Fernando Haddad, el aspirante socialista a las elecciones presidenciales de Brasil, recibió la comunión a principios de octubre en una parroquia de Sao Paulo. Haddad apoya el aborto y los pseudo matrimonios gay. El político es un ortodoxo de origen libanés.
El párroco, el padre Jaime Crowe, dio la bienvenida a Haddad durante la misa y defendió el sacrilegio con la cita de Francisco "¿Quién soy yo para juzgar?", afirmando que cualquier persona (¿incluidos los pedófilos o las prostitutas?) puede recibir la Santa Comunión.
Pero después de la misa, a Haddad se le acercó una mujer que le dijo que era un "abortista" y no podía comulgar y que debería permanecer fuera de la iglesia.
Esta anécdota da cuenta del nivel de degradación del clero y al mismo tiempo sugiere que los laicos son los únicos que defienden abiertamente a Nuestro Señor del sacrilegio eucarístico.
en.news/María F