Fco: vale vender bienes de la Iglesia para ayudar a los pobres



María Ferraz

El `Papa´, en el "Mensaje al congreso sobre la dimensión de los lugares de culto inutilizados": "si sirve, hay que vender bienes de la Iglesia para ayudar a pobres". "El cambio no hay que tomarlo con ansiedad, sino como un signo de los tiempos que nos impone adaptarnos" (fuente Vatican Insider)

Está claro que Bergoglio no ha abordado, en dicho mensaje, el por qué una iglesia se queda sin fieles y sin curas y tiene que enfrentar un supuesto cierre. 

Además, la realidad es que, en ciertos países como EEUU y Alemania, algunos obispos, fomentan la reagrupación de parroquias, cerrando la mayoría en una zona, para que, efectivamente la diócesis se quede con el dinero de las ventas de inmuebles, al tiempo que muchos fieles por razones diversas, abandonan así la práctica religiosa, lo cual no parece importarles mucho. Eso sí, todo en nombre de los pobres, los inmigrantes y los marginados a los que por otra parte no pretenden enriquecer llevándoles el Evangelio de la salvación eterna (hablo en general)

El modernismo que lleva desacralizando la verdad y los sacramentos desde hace décadas tiene mucho que ver con el cierre de iglesias, porque cuando en una parroquia se priva a los laicos de la visión sobrenatural, de la realidad escatológica, es decir, de las consecuencias de nuestros pecados y buenas obras, no se fomenta la confesión, se maltrata la Eucaristía, y se habla sólo de los pobres y los excluidos, la gente termina por quedarse en su casa. Los curas marxistas alejan a los fieles de Dios porque sustituyen a Dios por el hombre como objeto de adoración, y entregan a los católicos a las sectas protestantes, en bandeja, porque ellos, al menos, sienten gran fervor por Jesucristo. 

Muchos han sido los signos de Bergoglio en pro del comunismo, donde las oraciones ante las tumbas de pseudocuras y obispos más rojos que un tomate, el colgarse un crucifijo con una hoz y un martillo, el dedicar una parte del Óbolo de san Pedro a la campaña de la abortista Hillary Clinton, sus conversaciones izquierdistas con el masón Scalfari que han proyectado sobre el mundo, que el "pontífice" niega el Infierno, las declaraciones de que él le debe mucho a la comunista Esther Ballestrino en la forma de ver la política, o su rendición ante el Partido Comunista Chino respecto a los católicos, sin embargo, han sido sólo cosas anecdóticas para la mayoría. 


Se entendió perfectamente su pensamiento cuando poco tiempo después de instalarse fraudulentamente, por medio de la Mafia de san Gallen, en el trono de Pedro dijo: "Cómo me gustaría una iglesia pobre para los pobres" y otras sandeces como que `deberíamos arrodillarnos ante un pobre´ o algo por el estilo. 

Pienso que la neoiglesia, antes de afanarse en vender inmuebles eclesiales, obras de arte religioso u objetos litúrgicos para favorecer a los pobres, debería saciar el hambre de los que no conocen a Dios y tomar graves medidas contra la huída despavorida de los fieles bajo el influjo bergogliano. Así es como llenarían de nuevo las iglesias y no habría necesidad de clausurarlas.

Pero, ¿a qué no montan un Sínodo urgente para resolver, en su origen, la caída dramática de la práctica religiosa? Porque, el cierre de iglesias, sólo es la consecuencia.