Los tejemanejes de Baldisseri



Realmente es hora de que el Cardenal Lorenzo Baldisseri, el Secretario General del Sínodo de los Obispos, de 78 años, cuelgue sus espuelas.

Después de una demostración inicial de bonhomie en el primer día de trabajo del Sínodo, el Cardenal Baldisseri volvió al estilo petulante que ha marcado sus interacciones con los miembros del consejo general del Sínodo y las comisiones de trabajo de cada Sínodo desde su nombramiento hace cinco años. Su negativa intransigente a que los documentos se traduzcan a otros idiomas además del italiano es tanto un obstáculo para una discusión real como un medio de manipulación y control. Se negó sistemáticamente a permitir que los miembros de la comisión de redacción del Sínodo-2018 tuvieran materiales de borrador en formato electrónico, quejándose de "filtraciones" de personas de habla inglesa. Salió de una reunión de la comisión de comunicación de este sínodo después de una acalorada discusión de traducciones, y dijo al salir: "¡La próxima vez todo estará en latín!" Como se mencionó anteriormente, no proporcionó traducciones de la tercera parte clave del Reporte Final del Borrador (RFDFR) (que incluyó la discusión más extensa de "sinodalidad"), y nadie pensó que esto era simplemente una cuestión de tiempo-presión. Además, y como también se señaló anteriormente, se resistió a una fuerte declaración sobre abuso sexual clerical y malversación episcopal en el RFDFR, aparentemente sin tener idea de la gravedad de la crisis en toda la Iglesia mundial.

Nada de esto contribuye a la cortesía o la colegialidad; y lo que sea que signifique “sinodalidad”, no se avanza con un comportamiento tan grosero. La agresividad obstinada del cardenal es también un insulto para los obispos que son tanto sucesores de los apóstoles como Baldisseri, pero a los que, sin embargo, trata como si fueran niños de kindergarten refractarios, especialmente cuando insisten en que conocen su situación mejor que Baldisseri (como sobre la crisis del abuso). Si el Papa Francisco se toma en serio el hecho de que el Sínodo de los Obispos funcione mejor, agradecerá a Lorenzo Baldisseri por sus servicios y traerá un nuevo secretario general, de inmediato.

Despues del agotamiento

El proceso del Sínodo parece estar diseñado para agotar a todos, lo que facilita que los mandarines del Sínodo se salgan con la suya. Así que no es sorprendente que haya un sentimiento de deflación al final del Sínodo-2018. También hay más que algunas preocupaciones acerca de cómo la Iglesia va a sobrellevar los mares agitados hacia los que se dirige. Aún así, hubo un muy buen trabajo hecho aquí el mes pasado. Se construyeron nuevas redes de conversación y colaboración. Nada completamente atroz llegó al Informe Final, gracias a un trabajo duro y efectivo. Nuevos líderes católicos surgieron en el escenario mundial.

Y hubo, como siempre, muchas experiencias de compañerismo y la gracia que fluye del Espíritu Santo a través de la solidaridad en una gran causa (?). En ese sentido me alegro de haber estado aquí. Y como otros, estoy agradecido de que Synod-2018 me haya dado una idea más clara de que `continuar como simpre´ no es un modelo adecuado para los próximos meses y años de la vida católica.



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