Vox no puede ceder ni en ideología de género ni en inmigración


Vox no puede avalar el programa de 100 medidas del hipotético Gobierno PP-Ciudadanos en Andalucía porque perdería su alma. Vox no puede ceder en materias claves como ideología de género e inmigración. La arribada del barco Open Arms a Algeciras transportando a 310 inmigrantes ilegales pone de manifiesto la gravedad de la situación: el Gobierno de Pedro Sánchez ha convertido Andalucía en el puerto de desembarque de toda la inmigración islámica africana en un auténtico proceso de ingeniería social que busca la sustitución de la población española autóctona y pone las bases de conflictos gravísimos, que ya se vienen mostrando con incrementos de la inseguridad, especialmente para las mujeres.


El programa de Gobierno acordado por PP y Ciudadanos muestra que esas dos formaciones son decadentes y están satelizadas en lo ideológico respecto a la izquierda. No representan cambio alguno en el modelo de sociedad, con lo que se pretende continuar con dos derechas sumidas en la corrupción ideológica a la búsqueda simple de cargos.

En ideología de género esas dos derechas cobardes, parafraseando a Santiago Abascal, blindan al susanismo y van más allá convirtiendo las escuelas andaluzas en campos de concentración para el adoctrinamiento y la promoción agresiva del homosexualismo. Lo que tiene Andalucía es un problema de natalidad y otro generado e inducido, con intencionalidad mercantilista, de persecución de los varones eliminando su presunción de inocencia.



Ciudadanos está abocando a Andalucía a nuevas elecciones estableciendo un marco imposible. Según José Manuel Villegas, Ciudadanos “no estará en un acuerdo diferente“, además la negociación será exclusivamente bilateral entre PP y Vox, para que Ciudadanos no se contamine en su imagen macronista. El pacto de las tres derechas ya ha funcionado en la elección de la Mesa del Parlamento, la postura de Ciudadanos es ofensivamente estética. Tampoco Vox puede ningunear a Francisco Serrano y a sus diputados andaluces con un pacto madrileño a la baja.



El cambio tiene que ser real o naufragará pronto. Vox no puede, por supuesto, imponer todo su programa, sus 100 medidas, pero tampoco puede ser una mera comparsa que respalde a una derecha exclusivamente economicista que mantenga incólume y legitime toda la agenda socialista.

La nueva Junta de Andalucía tiene que frenar la invasión migratoria, enfrentándose si es preciso al Gobierno de Pedro Sánchez sin medias tintas. Y tiene que desmontar el negocio de la ideología de género.

O eso o nuevas elecciones. No hay otro dilema, ni pueden libarse más sacrificios en el ara del mal menor.


Rambla Libre