Yasinski es un popular predicador norteamericano y hace 20 años que se dedica a dar charlas en parroquias, además de tener un visitado canal de YouTube llamado Catholic Minute con mini exhortaciones.
Transcribo algunas de las ideas que expone en este vídeo:
Cuando estalló la crisis de abusos él se replegó y temió hablar por ser un tema sensible, por no ofender a Dios o por escandalizar. Un día su hijo le reprochó su silencio, pues mientras ocurría la crisis más grave de los últimos siglos, él estaba callado. Y así se decidió a empezar a defender las cartas de Viganò.
Respecto a esta última él considera que sería muy necesario que McCarrick pidiera perdón en público. Cosa que no hizo el difunto Marcial Maciel, deshonrando el movimiento de los Legionarios, que él fundó, y además no dio signos de arrepentimiento en su lecho de muerte después de haber abusado de sus propios hijos carnales y espirituales, además de hacer uso fraudulento de las donaciones, lo cual fue muy doloroso para todos los miembros de la asociación. Yasinski dice que McCarrick puede acabar deshonrado para la historia, como Maciel.
Este laico critica el silencio de los obispos -salvo el de Tyler, Texas que ha apoyado la petición de Viganó a McCarrick. También reprocha a Bergoglio su no respuesta (de que no diría una sola palabra) cuando se le preguntó sobre la primera carta de Viganò en la que le hacía cómplice de encubrir a McCarrick, en lugar de advertirle que su salvación estaba en riesgo.
Este laico no entiende y no puede ver cómo los obispos pueden seguir en silencio:
"Porque mientras viajo por América del Norte haciendo misiones parroquiales hablando en conferencias, lo que he estado haciendo en los últimos veinte años, veo dentro de la iglesia lo que no he visto antes: gente frustrada, personas enojadas, gente herida (por el escándalo de los abusos) y mientras los obispos no dicen nada". "(Casi) ninguno se ha hecho responsable personalmente de sus errores"
Yasinski dice que la carta de Viganò es una hermosa carta porque habla esperanza.
En una situación desesperada y le dice a McCarrick que puede hacer algo maravilloso: arrepentirse en público de su pecado, de los crímenes contra menores y su abuso de seminaristas y hacer así una restitución a las víctimas que ha abusado y llevar curación a la Iglesia. Y desearía que el Papa Francisco hubiera dicho algo como esto cuando estaba en el avión que volaba de vuelta de Dublín a Roma y le preguntaron por la carta de Viganò.
Yasinski apoya esta llamada a McCarrick al arrepentimiento porque su salvación eterna está en juego: "agrego mi voz a la súplicas del arzobispo Viganò que usa el lenguaje de la salvación eterna rara vez escuchado a lo largo de esta pesadilla"
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Cada vez hay más católicos comprometidos con la fe que públicamente critican a una parte -mayoritaria- de la jerarquía que se niega a abordar con profundidad el cáncer de los abusadores sodomitas insertados en la Iglesia y a actuar con castigos proporcionados para preservar esta institución de origen divino de las influencias del Infierno.