El Vaticano aparentemente ha decidido crear "grupos de trabajo" (suena bien, ¿no?) para proteger a los menores.
Ya es lo suficientemente atroz que la Iglesia debe crear "grupos de trabajo" para proteger a los menores de ... sus propios sacerdotes.
Lo que es peor, sin embargo, es que esto demuestra la falta de voluntad total de los responsables de entender las causas fundamentales de todos los problemas: la homosexualidad y su acompañamiento perverso, la sodomía.
El verdadero problema es, y siempre ha sido, no la protección de los jóvenes de los sacerdotes depredadores, sino proteger a la Iglesia de los sacerdotes homosexuales. Esto es lo suficientemente claro para todos los que tienen ojos para ver.
De manera bastante predecible, tampoco es realmente la prioridad de aquellos que sufrirían primero la limpieza que ahora se ha vuelto indispensable. Sería como si los pavos trabajaran para restaurar el Día de Acción de Gracias.
Esta jerarquía podrida no hará nada significativo para abordar los crímenes de los sacerdotes homosexuales. Tampoco harán nada en absoluto para abordar el problema de la homosexualidad en el clero. Lo que harán es anunciar alguna iniciativa estética a medida que continúen con sus tweets " buenas noches, cariño" (atribuido al card J Tobin y destinado a su amante)" y sus homo-orgías vaticanas protegidas por Francis.
La solución vendrá cuando ... Nuestro Señor haya decretado que venga; es decir, cuando Él haya decretado que la inmensa rebelión sin precedentes desde el CV II, ha causado suficientes problemas a quienes la iniciaron y, como corresponde, a sus propios hijos; o, para decirlo en términos diferentes, cuando finalmente seamos considerados dignos de un clero y una jerarquía decentes, en lugar del grupo de sodomitas afeminados, depredadores sexuales y guerreros chiflados de la justicia social que hemos atraído sobre nosotros mismos y merecidamente.
Aún así, el problema es uno y es muy simple: una mafia homosexual y sodomítica ha tomado (humanamente hablando) el control de la Iglesia. Se mantendrá hasta que el Señor ya no quiera permitirla. También devastarán a la Iglesia, de modo que aquellos que la traicionaron puedan experimentar el resultado de sus fantasías rebeldes en su piel y en la piel de sus hijos.
Todo me parece tan lineal. Rebeldes a Dios y a su Iglesia, se obtiene sacerdotes y obispos pervertidos, y un Papa tan malo como ellos.
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