2 ateos y 2 respuestas de 2 Papas


Bergoglio contesta así a una de las preguntas en la rueda de prensa en el avión de vuelta de los Emiratos:
"A mí me impresionó un coloquio que tuve antes de salir con un chico de 13 años en Roma. Quiso verme y lo atendí. Me dijo, ‘bueno, yo algunas cosas me parecen interesantes, pero quiero decirle que soy ateo, ¿qué cosa debo hacer como ateo para convertirme en un hombre de paz?’ Yo le dije ‘haz lo que sientas’, le hablé un poco, pero me ha gustado el coraje de este muchacho: es ateo pero busca el bien.
Comentario de María Ferraz: 

La pregunta del niño se las trae: convertirse siendo ATEO en hombre de PAZ. Como si eso fuera compatible. Por eso digo que esta cuestión, como otra anterior en la que un niño -cuyo padre ateo acababa de fallecer pero había bautizado a sus 4 hijos- y le preguntó al Papa si estaría en el Cielo*, están orquestadas, para demoler todo sentido ascético y anular el esfuerzo de Jesucristo muriendo en una cruz y fundando Su Iglesia.

Francisco, al padre ateo de este 2º niño, lo tildó de "gran hombre" y "bueno" y añadió que "Dios estaría orgulloso de él". 

Pregunto yo, entonces, ¿para qué esforzarse en practicar el catolicismo?

Volviendo a la respuesta: para Francisco, entonces, el bien consiste en hacer lo que te salga de ahí y si es con mucho sentimiento, pues mejor, pero no especifica si positivo o negativo, lo cual es bastante peligroso.

"Es ateo" pero busca el "bien", dice Bergoglio, pero a esa búsqueda él no le responde con un "acércate y conoce a Jesucristo" sino con "haz lo que sientas": cero razón, cero espíritu sobrenatural. 


Ya sabemos por Amoris L, y sentenciado por el mismo Bergoglio, que uno puede agradar a Dios viviendo en pecado mortal, porque Él no nos pide más en ciertas circunstancias si no alcanzamos el  `ideal´ del matrimonio, y es más, podremos acercarnos a comulgar cometiendo un sacrilegio, porque el sentir es lo que manda y al final "nadie puede ser condenado para siempre porque no es la lógica del Evangelio" . 

Pero este teatrillo preparado para rematar su viaje y dar al mundo un mensaje anticatólico con un `sabio´consejo,  puede comprometer la eternidad del niño supuestamente ateo y de los oyentes. Aunque es verdad que a Bergoglio no le interesa, según dijo, que un chico sea educado por un judío o por un católico, mientras le llenen la barriga.

Francisco es un hombre que es todo carne y nada espíritu, y no puede entender las cosas de Dios, siendo imposible que no provoque estragos cada día que pasa, ya sea aposentado en la Silla de Pedro o volando alocadamente de aquí para allá, rodeado por una corte de sodomitas. 

Ya no digo nada si para convertirse en un `hombre de paz´, según Francisco, uno debe hacer lo que siente, destrozando así el Evangelio y anulando el significado de la Paz que nos vino a traer Cristo que se obtiene, únicamente, muriendo a nosotros mismos y viviendo de Él, la Verdad, el Camino y la Vida.

Comparémoslo con la respuesta de Juan Pablo ll ante un hecho similar: 

“Hace varios años en París, durante un viaje que hizo el Papa Juan Pablo II, de feliz memoria, hubo una gran concentración de jóvenes. Cuando terminó el acto, un joven de unos veinte años logró acercarse y le gritó al Papa: “Soy ateo, ¡ayúdeme!”. El Papa se acercó al muchacho y, tomándole aparte, le dirigió unas palabras. Poco después, ya en Roma, el Papa le dijo a su secretario que tal vez no había sabido darle la respuesta adecuada al joven. 


Entonces el secretario, por encargo del Papa, le escribió al cardenal de París pidiéndole que encontraran a ese joven. Aunque parecía una misión imposible, gracias a muchas personas que colaboraron y a las fotografías que habían tomado a la salida del acto, pudieron identificar y encontrar al joven ateo.

Le dijeron que el Papa había pedido que lo buscaran para decirle que rezaba y seguía preocupado por él. El joven contestó que después del acto fue a una librería y compró el Nuevo Testamento. Al leerlo encontró la respuesta a sus dudas. Ahora ya estaba recibiendo clases de la fe católica y pidió que le dijeran al Papa que pronto recibiría el Bautismo. Sobra decir la gran alegría que le proporcionó al Papa”.


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*Emanuele le contó que su padre murió hace poco y que aunque no era creyente había bautizado a sus cuatro hijos, pero su duda era "si papá estaba en el cielo". 
Fco: "Si ese hombre ha sido capaz de tener hijos así, es verdad que era un gran hombre. Francisco resaltó que aunque este hombre "no tenía el don de la fe, no era creyente, hizo bautizar a los hijos" y, ante la duda de Emanuele, contestó: "Quien dice quién va al cielo es Dios". Entonces, Francisco preguntó a los presentes: "¿Dios abandona a sus hijos cuando son buenos?", a lo que respondieron "no" en coro. "Bueno, Emanuele, esta es la respuesta. Dios seguramente estaba orgulloso de tu papá, (...)



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