"Laicos católicos en favor de obispos ortodoxos y la reforma" (Laicos católicos) tiene serias reservas sobre el nombramiento del Arzobispo Wilton Gregory como Arzobispo de Washington.
Instamos a la Santa Sede a buscar un candidato digno que no tenga vínculos con el cardenal Joseph Bernardin, el señor Theodore McCarrick o el cardenal Donald Wuerl. El arzobispo Gregory era un protegido del cardenal Bernardin en Chicago, donde se convirtió por primera vez en obispo auxiliar.
El cardenal Bernardin dejó un legado de dilución de la enseñanza católica y la desestabilización en la lucha para proteger a los no nacidos y sus madres.
En 2004, el entonces obispo Gregory, como presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, colaboró con el entonces cardenal McCarrick para engañar a los obispos de los Estados Unidos sobre el contenido de una carta del cardenal Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación para La Doctrina de la Fe. La carta decía que los políticos que apoyan el aborto legal no deberían ser admitidos a la Sagrada Comunión, pero lo que revelaron a los demás obispos no fue eso (sino que quedaba a su elección).
El candidato demócrata a presidente ese año fue un católico, John Kerry, que apoyó el aborto.
La Arquidiócesis de Washington ha sufrido casi 20 años de liderazgo fallido, primero bajo un Arzobispo Cardenal que finalmente fue expulsado del estado clerical por su depredación de menores y adultos bajo su jurisdicción, luego bajo un Arzobispo Cardenal que en octubre pasado tuvo que pedir al Papa Francisco que aceptase su renuncia debido a que no protegió a los menores de los sacerdotes depredadores sexuales y sus evasivas con respecto a su antecesor en Washington. Estos dos hombres, el ex cardenal McCarrick y el cardenal Wuerl, han causado un gran daño a nuestra Arquidiócesis. Provocaron escándalos repetidamente, especialmente por su negativa pública a defender a los no nacidos y evitar la recepción sacrílega de la Sagrada Comunión. ¿Quién puede decir qué daño invisible causaron en la pérdida de la fe, la pérdida de conversos, la pérdida de vocaciones?
Otro nombramiento perteneciente a la misma camarilla de prelados que ha hecho tanto daño a las muchas almas confiadas a su cuidado sería devastadora y solo confirmaría que la Santa Sede no toma en serio los escándalos actuales de abuso sexual y tiene la intención de continuar como de costumbre - como una bofetada en la cara a las víctimas, sus familias y fieles asediados. La Arquidiócesis de Washington necesita un pastor digno con un historial comprobado de enseñanza y práctica de la plenitud de la fe católica. Necesitamos un líder sólido para el catolicismo, con el Corazón de Cristo, centrado en el mensaje del Evangelio, no en la política liberal.
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