Oscar Wilde, más sensato que Francisco


Francisco ha dicho en alguna ocasión a un homosexual activo: "Dios te ha hecho así y te quiere así" (por ej. a Juan Carlos Cruz, chileno, activista gay además de víctima de abuso sodomítico del `padre´ Karadima).

Respecto al transexual español que le visitó con su compañera lesbiana, éste (aunque sea una mujer que se "cambió de sexo" a varón) afirmó, después de verse con el Papa: "salí con la cabeza bien alta; ahora voy a misa y comulgo" (se supone que en pecado mortal ya que vive con su pareja). 

Bergoglio es también conocido por soltar su frase más famosa: "quién soy yo para juzgar" cuando le presentaron el caso flagrante del cura sodomita Ricca. 
Esta falta de amor por las almas que las lleva por el camino del Infierno contrasta con un homosexual converso, que vio la luz en la doctrina de Jesucristo, doctrina que el supuesto Papa apaga con las tinieblas de un buenismo.



Informa en.news:

El icono gay Oscar Wilde dijo que la enseñanza de la Iglesia "me habría curado de mi degeneración"

El dramaturgo irlandés Oscar Wilde (1854-1900), un ícono de la propaganda gay moderna, insinúa en sus escritos a menudo su dolorosa búsqueda para resolver su problema homosexual, según un artículo de "Osservatore Marziano" en MarcoTosatti.com (marzo 20).

Antes de su muerte a los 46 años, Wilde aborrecía su estilo de vida gay, confesó y recibió la Comunión.

Notó que "gran parte de mi perversión moral se debe al hecho de que mi padre no me permitió convertirme en católico".


Y, "El aspecto artístico de la Iglesia y la fragancia de sus enseñanzas me habrían curado de mi degeneración".


Wilde escribe que "la Iglesia Católica es para santos y pecadores, mientras que está bien que las personas respetables sean anglicanas".

En su carta de prisión "De Profundis", Wilde afirma: "El credo de Cristo no admite dudas, y no tengo dudas de que este es el credo de la verdad".

"El catolicismo es la única religión por la que vale la pena morir", agregó.


Wilde tenía predilección por Pío IX, a quien había conocido en secreto a la edad de 23 años. En sus últimos días estuvo cerca de León XIII (+1903) porque recibió un milagro a través de él.