Un día sin misa es un día perdido



Jesús dice:

El Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes le dará primacía, relevancia a la Sagrada Eucaristía.

La Eucaristía ha de convertirse en la oración más perfecta, oración en la que el Cielo se junta con la tierra.


Oración en la que recibiréis innumerables gracias. 

La Sagrada Eucaristía ha de ser para vosotros alimento diario, alimento que os fortalecerá en vuestras debilidades, alimento que os dará coraje para sobrellevar los sufrimientos de cada día, alimento que perfumará vuestros corazones a óleo bendito, a nardo purísimo de celestial perfume, alimento que os unirá a mi Sacratísimo Corazón porque os lo recuerdo hoy, nuevamente hijitos amados: cuando un alma llega a Mí con las debidas disposiciones a recibirme presente en la Sagrada Hostia le regalo fibras de mi Sagrado Corazón por ende mi Corazón es unido al vuestro.

La Sagrada Eucaristía, el Santo Sacrificio de la Misa ha de ser la razón de vuestras vidas.

Un día sin Eucaristía es un día perdido.
Un día sin Eucaristía es un día lúgubre, solaz.

La Eucaristía, hijos míos, os dará coraje, agallas, fuerzas
para resistir el tiempo fuerte de la tribulación, para resistir todos los acontecimientos que sobrevendrán a la humanidad entera.


La Eucaristía es el alimento que os dará salvación y vida eterna. No permitiré que un alma que frecuente este Sacrificio, esta oblación perenne y este Santo Sacramento sea engañada, que sea seducida por doctrinas pasajeras, por doctrinas extrañas que desacralizan mi real presencia en el Santo Sacrificio de la Eucaristía.

Hijos míos: alimentaos de mi Cuerpo y de mi Sangre, es el mejor de los banquetes, la mejor de las comidas.


Fortificaos, nutríos de mi Cuerpo y de mi Sangre. Vivid con espíritu de recogimiento y de piedad, con espíritu de oración el Santo Sacrificio de la Misa.


Hijos míos: llegará un momento en que será suspendido este Santo Sacrificio; por eso aprended a que mi presencia en vuestro corazón sea duradera. No os asustéis por, éstas, mis palabras pero el Santo Sacrificio de la Eucaristía será suspendido; por eso, hijos míos: defendedla, aún, si fuese posible con vuestras vidas.

El principal de los enemigos que tiene la Eucaristía es satanás porque él sabe de la real presencia de Jesús en la Sagrada Hostia, de mi real presencia.
Hijos míos: no os dejéis desviar ni a derecha ni a izquierda, caminad en línea recta.

Nunca compartáis el falso criterio que mi presencia en la Eucaristía es simbólica, no lo creáis; reconoced que mi Corazón Eucarístico palpita en cada Hostia de Amor, me doy en la plenitud de mi Amor Divino, bebed de mi Sangre, comed de mi Cuerpo y nada os faltará, hijos míos, nada os faltará. Es tan verdadera mi presencia en la Sagrada Hostia que he alimentado por muchísimos años a grandes místicos de mi Iglesia Católica y han sabido subsistir con este alimento y maná de Ángeles.

En la Santa Misa se da el más hermoso de los espectáculos celestiales, los Santos Ángeles danzan, los Santos Ángeles entonan los más bellos himnos de adoración y de alabanza. Allí, mientras el sacerdote celebra este gran misterio, mi Madre, Madre de la adoración y de la reparación me adora como a su Dios y como a su hijo.
Os recuerdo, hijos amados del Ejército Victorioso de los Corazones Triunfantes: la Eucaristía ha de convertirse en el alimento diario. La Eucaristía ha de ser la oración más perfecta. Un día sin Eucaristía es un día perdido.

Os amo y os bendigo soldaditos rasos del Ejército Victoriosos de los Corazones Triunfantes:



. Amén. Amén. Amén.


A Agustín del Divino Corazón