Una turba ataca la Catedral Primada en Colombia


Tensión en Bogotá 

Los colombianos quedaron atónitos al observar por televisión y en las redes sociales el violento ataque contra uno de los símbolos más respetados del país: la Catedral Primada, una hermosa edificación de estilo neoclásico construida entre 1807 y 1823, y en la que se conservan valiosas obras de arte y ornamentos litúrgicos de las épocas colonial y republicana.

Aunque la histórica Plaza de Bolívar -en donde está el templo- es el lugar en donde siempre concluyen las cada vez más frecuentes y violentas marchas de protesta, no hay referencias de agresiones de este tipo contra la Iglesia en los últimos 70 años.

Según algunos registros, los hechos más graves se remontan al 9 de abril de 1948 cuando fue asesinado el líder liberal Jorge Eliécer Gaitán e incendiadas y saqueadas varias iglesias y conventos bogotanos. Además, fue destruido el Palacio Arzobispal, justo al lado de la catedral, y reducida a cenizas la Nunciatura Apostólica.

En los años recientes, la ira de los manifestantes siempre se ha dirigido contra otros símbolos ubicados en la misma plaza, entre ellos el Capitolio Nacional —sede del Congreso de la República—, la Alcaldía Mayor de Bogotá y el Palacio de Justicia, reconstruido después de la cruenta toma del grupo guerrillero M-19 y la desmedida reacción del Ejército en 1985.

También han sido blancos predilectos de los desadaptados —según la Policía— innumerables establecimientos comerciales y bancarios del centro histórico, en particular, de la carrera Séptima.

Por eso a las autoridades y a la gente del común les sorprendió que en una jornada nacional de protesta pacífica, grupos de jóvenes, encapuchados o con el rostro cubierto por pañuelos, lanzaran piedras y bombas explosivas a los piquetes policiales que custodiaban los diversos edificios.

Primero lo hicieron contra el Palacio de Justicia —en donde funcionan las altas cortes judiciales— y luego la emprendieron contra policías apostados en el atrio de la Catedral y el Palacio Cardenalicio.

Varios agresores descolgaron con fuerza las mallas de tela puestas por las autoridades para proteger los edificios y luego las quemaron. Otros activaron explosivos, se armaron con objetos contundentes y arrancaron ladrillos de las calles para arrojarlos contra los policías y la iglesia.

También se observó a jóvenes pintando grandes letreros en los muros de la Catedral, el Palacio Cardenalicio y el Sagrario Nacional, una pequeña capilla aledaña a estas construcciones.

Al término de la jornada, el presidente Iván Duque Márquez condenó “los actos de violencia y vandalismo contra la Catedral Primada de Colombia” y pidió a las autoridades que avancen rápidamente en la judicialización de los responsables.

Por su parte, el ministro de Defensa, Guillermo Botero, rechazó “los actos vandálicos contra un patrimonio histórico de la ciudad” y anunció la captura de 35 atacantes, entre ellos 17 jóvenes que estarían seriamente comprometidos con los disturbios y el ataque al templo.

La jornada, denominada ‘Paro Nacional', reunió a diversos sectores sociales, entre ellos, sindicatos, campesinos, empleados hospitalarios, organizaciones indígenas, maestros, estudiantes y trabajadores judiciales. Todos protestaban por medidas o acciones adoptadas recientemente por el Gobierno.


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