La Virgen: el Papa no puede añadir ni quitar nada



Queridos hijos, Mi Jesús fundó Su Iglesia y la confió a Pedro. Esta es la Única y Verdadera Iglesia de Mi Jesús, fundada sobre el cimiento de los Apóstoles para anunciar el Evangelio a todos los pueblos de todos los tiempos. La Misión de Pedro es anunciar a Jesús y no quitar ni añadir ninguna coma de la Verdad revelada por Mi Jesús. 
El verdadero Sucesor de Pedro tiene la misión de cuidar del rebaño y no dispersarlo. 
Vivís en el tiempo de la gran tribulación espiritual y la Iglesia de Mi Jesús caminará hacia el Calvario. Será victoriosa, porque la promesa de Mi Jesús se cumplirá. Todavía veréis horrores en la Casa de Dios. Sed fuertes y firmes en la fe. 
La Iglesia de Mi Jesús no es una casa donde se cambia de propietario y éstos pueden cambiar sus colores. La verdad de siempre no puede ser cambiada. 

Sed fieles al Verdadero Magisterio y alejadlos del lodo de las falsas enseñanzas. Vosotros sois del Señor y sólo a Él debéis seguir y servir. Adelante en la verdad. (...)

Queridos hijos, yo soy vuestra Madre Dolorosa y sufro por aquello que viene para vosotros. Los enemigos de Dios ofrecen puertas anchas y hacen oposición a las Verdaderas Enseñanzas de Mi Jesús y de Su Iglesia, pero vosotros podéis cambiar esta situación por la fuerza de la verdad. Vosotros podéis contener el avance de las falsas doctrinas llevando la verdad a todos Mis pobres hijos. La verdad es vuestra única y gran arma de defensa. Mostrad los Tesoros de la Iglesia de Mi Jesús a aquellos que no lo conocen. Anunciad a Jesús y Su Evangelio. 

Los justos beberán el cáliz amargo del sufrimiento, serán perseguidos y echados fuera. Tened valor. Imitad Nehemías; Él venció a los enemigos porque el Señor estaba a su lado. 

En esta gran batalla espiritual, llamad por Jesús. Él estará con vosotros. Adelante en la verdad. Orad. Sólo en la oración podéis escuchar la Voz del Señor. Él quiere hablaros. Escuchadlo. 

Este es el mensaje que hoy os transmito en nombre de la Santísima Trinidad. Gracias por haberme permitido reuniros aquí una vez más. Yo os bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Quedad en paz.