Si nuestra época, en su orgullo, se ríe y rechaza el Rosario de Nuestra Señora,
una innumerable legión de los hombres más santos de todas las edades y de todas las condiciones, no solo lo han apreciado mucho, sino que lo han recitado piadosamente.
Pero también lo han usado en todo momento como el arma más poderosa.
para vencer al diablo, para preservar la pureza de sus vidas,
para adquirir la virtud con más celo,
en una palabra, promover la paz entre los hombres.
Papa Pío XI
A quien tiene fe,
ninguna explicación es necesaria
A quien no tiene fe,
ninguna explicación es suficiente
Sto. Tomás Aquino
Cuando no puedas hacer oración,
haz actos de humildad, comparando
tu nada con la grandeza de Dios,
tu ingratitud con sus beneficios,
tu falta de virtud con la pureza y perfección de los santos.
San Claudio de la Colombière