Infiltración a través de notas al pieBarth cree que los Padres del Concilio no tenían la intención de crear una revolución litúrgica como sucedió en 1969. Sin embargo, determinaron su base con formulaciones ambiguas contenidas en el documento Sacrosanctum Concilium. Barth cita, por ejemplo, la declaración del Concilio de que algunos elementos litúrgicos tuvieron que ser restaurados porque se habían perdido en el transcurso del tiempo. Señala que el padre Emil Lengeling, un erudito de la época, admitió que los documentos del Concilio fueron escritos de manera encubierta para lograr un amplio consenso entre los Padres del Consejo.
El padre Lengeling dijo: "La forma en que se formularon los documentos hizo posible permitir desarrollos para los cuales una mayoría de dos tercios ciertamente no se habría alcanzado, ni siquiera en la sesión final".
Las grietas de la presa finalmente causan un maremoto
Incluso los padres del Concilio modernista se sorprendieron por el desarrollo litúrgico después del Concilio. Barth cita al cardenal de Colonia, Josef Frings, cuyo consejero era el padre Joseph Ratzinger. Cita: "Por supuesto, no tenía idea en ese momento hasta dónde llegaría la implementación de los cambios iniciados por el Concilio".
El método: encontrar excepciones, descartar la regla
Barth usa el ejemplo de la comunión bajo ambos tipos para mostrar cómo procedió la reforma litúrgica. El Concilio permitió que los laicos pudieran recibir el cáliz en raras ocasiones, como la profesión religiosa o el bautismo de adultos. Sin embargo, Barth muestra que éste mantuvo la puerta abierta para nuevas concesiones mediante el uso de la palabra latina "velut" (en inglés: "como"), lo que significa que se pueden encontrar otras excusas. Por lo tanto, la comunión bajo ambas especies durante las confirmaciones, las misas nupciales o en los conventos aparecieron rápidamente. Ahora, la distribución de la comunión bajo ambas especies quedaba a discreción del celebrante.
La charla aleatoria en la liturgia es parte de una nueva misa
Barth señala que la "cita" de "charlas insoportables" durante muchas misas de Novus Ordo no solo se debe culpar a los celebrantes, sino también a las rúbricas oficiales del rito nuevo. Además del sermón, las rúbricas permiten presentaciones espontáneas en el saludo, antes de las lecturas, antes del prefacio y al final de la liturgia. Sin embargo, también estipulan que el celebrante debe limitarse a "citar" unas pocas palabras, una orden judicial que rara vez se observa.
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La intención de Pablo VI con respecto a lo que comúnmente se llama la Misa, era reformar la liturgia católica de tal manera que casi coincidiera con la liturgia protestante, había una intención ecuménica de eliminar, o al menos corregir, o relajar, lo que fuera demasiado católico, en el sentido tradicional
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