Cardenal Burke: el documento de trabajo del sínodo de Amazon es "apostasía", no puede convertirse en enseñanza de la Iglesia
13 de agosto de 2019 (LifeSiteNews) - El cardenal Raymond Burke dijo que el documento de trabajo utilizado para el próximo sínodo pan-amazónico organizado por el Vaticano a pedido del Papa Francisco equivale a "apostasía".
El Cardenal hizo este comentario cuando se le preguntó -en una entrevista de Youtube el 13 de agosto- si el documento de trabajo conocido como Instrumentum Laboris para el Sínodo del 6 al 27 de octubre puede ser definitivo para la Iglesia Católica.
El cardenal Burke respondió: “No puede ser. El documento es una apostasía. Esto no puede convertirse en la enseñanza de la Iglesia, y si Dios quiere, todo el asunto se detendrá ”.
Burke hizo este comentario en una amplia entrevista con el presentador del programa católico Patrick Coffin. Los principales organizadores del Sínodo del Amazonas han sido criticados por utilizar el evento para presionar la aprobación de mujeres diáconos y sacerdotes casados. El Cardenal, en una discusión con Coffin sobre los políticos y otros que públicamente se apartan de las creencias básicas expuestas por la Iglesia, definió la herejía y la apostasía.“La herejía es la negación, la negación consciente y voluntaria de una verdad de la fe. Por ejemplo, el sacerdote Arrio que negó las dos naturalezas y una persona de nuestro Señor Jesucristo.
Entonces, la herejía apunta hacia una verdad particular que alguien niega, mientras que la apostasía es una deserción general de la fe, un alejamiento de Cristo en general, y las muchas verdades de la fe ", afirmó.
Burke, en una entrevista diferente, habló sobre los comentarios que hicieron los organizadores del sínodo sugiriendo una relajación del celibato en el sacerdocio para la región amazónica, y dijo que afectaría a toda la Iglesia mundial. "No es honesto" sugerir que la reunión de octubre "trata la cuestión del celibato clerical solo para esa región", dijo en junio.
El Papa Francisco anunció el año pasado que el Sínodo de los Obispos de la región Pan-Amazónica de octubre se reuniría en Roma con el propósito de identificar "nuevos caminos para la evangelización del pueblo de Dios en esa región", especialmente los pueblos indígenas que a menudo son "olvidados y sin la perspectiva de un futuro sereno ".
Los cardenales Walter Brandmuller y Gerhard Muller también han condenado el documento de trabajo del Sínodo del Amazonas. El cardenal Walter Brandmüller también criticó el documento de trabajo, calificándolo de "herético" y una "apostasía" de la divina Revelación. Llamó a la jerarquía a "rechazarlo" con "toda decisión".
El cardenal Gerhard Muller ha denunciado la terminología ambigua y la "falsa enseñanza" del documento. También cuestionó lo que llamó la "hermenéutica boca abajo" del documento. Preguntó retóricamente si la Iglesia es una masilla en manos de los obispos y papas para ser "reconstruida" como un instrumento" con objetivos seculares "
Muller dijo que el texto" hace un giro radical de 180º de la hermenéutica de la teología católica ".
En lugar de subrayar las enseñanzas de la Iglesia o citar la Sagrada Escritura, Muller escribió que el Instrumentum Laboris, en cambio, gira "en torno a los últimos documentos del Magisterio del Papa Francisco, amueblado con escasas referencias a Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Leonardo Boff, un teólogo brasileño y sacerdote laico que es ampliamente reconocido por ser el "teólogo de referencia" para el sínodo y un importante exponente de la teología de la liberación, declaró que ve la elección del Papa Francisco como una "primavera" para la Iglesia Católica.
En su libro `Francisco de Roma y Francisco de Asís´, Boff afirmó su creencia de que el Papa Francisco encarna la teología de la liberación debido a su supuesta dedicación a los pobres.
Él ha declarado que el resultado del sínodo puede ser la ordenación de hombres casados. En una entrevista con Deutsche Welt, Boff atribuyó al pontífice el inicio de una "revolución" en la Iglesia.
La teología de la liberación fue condenada específicamente por el Papa Juan Pablo II en 1985 por tratar de conciliar los preceptos marxistas con las enseñanzas católicas con el supuesto propósito de ayudar a los pobres, especialmente en América Latina.
El cardenal Burke dijo en su entrevista con Coffin que los medios seculares y algunos medios católicos se están "glorificando" al llamar al Papa Francisco "revolucionario".
Al decir que el cargo del papado no es revolucionaria, Burke afirmó que su función principal es "salvaguardar el doctrina de la fe y la disciplina de la Iglesia para ser el principio y el fundamento de la unidad en la Iglesia " y agregó: "Si me dices que el Papa es un revolucionario, estaría muy preocupado porque eso no tiene nada que ver con el papado".