Protesta silenciosa en Roma, pide ayuda a los ángeles


Llegaron y se quedaron en silencio, pero hicieron una declaración para siempre.

Doscientos fieles católicos, reunidos con anticipación, cierto temor y oración. ¿La causa? El Sínodo del Amazonas de la próxima semana.

La oración silenciosa: compuesta por fieles de varios países y continentes.

José Antonio Ureta: "El proceso de auto-demolición de la Iglesia ha alcanzado un punto tan tremendo y dramático que ya no hay solución humana. Y tenemos que pedir la intervención de San Miguel Arcángel".

Michael Voris: "Lo que está sucediendo es realmente como la batalla en el cielo, donde Lucifer fue arrojado por Miguel y sus ángeles, y nosotros los fieles católicos tenemos que estar aquí y representarlo de la misma manera".
Se está señalando que el Sínodo del Amazonas será una revolución en la enseñanza de la Iglesia, no tanto con respecto a la posibilidad de sacerdotes casados, sino más bien como la conclusión de un plan para rehacer la Iglesia, abrazando el panteísmo y el sincretismo, así como negando el único y singular papel de la Iglesia en la salvación de las almas.

John-Henry Westen: "Este es realmente un momento histórico, porque muchos hombres y mujeres de fe se han parado aquí y orado fervientemente por la defensa de la Fe, en un momento en que la Fe está siendo atacada más que nunca en la historia".

El organizador, el profesor Roberto de Mattei, dijo que ha llegado el momento de que los fieles católicos comiencen a testificar fuertemente la verdad de la fe católica.

Roberto de Mattei: "Nuestra manifestación [demostración] es sobre todo un llamamiento a los ángeles, a San Miguel y a todos los ángeles, por ayudarnos en la lucha que estamos luchando contra los enemigos de la Iglesia".

Los participantes permanecieron en silencio e inmóviles durante casi una hora, rezando el Rosario con un rosario de una década hecho especialmente para la ocasión por carmelitas enclaustradas.


Rezaron la oración de exorcismo compuesta por el Papa León, llamando a San Miguel a reunir su ejército celestial y vencer a los demonios en medio de la Iglesia.

Y concluyeron, al final de la hora, cantando en voz alta el Credo, la profesión de fe.

Este es solo el primero de una serie de eventos en Roma en esta semana, protagonizados por fieles católicos que piden a la jerarquía que regrese a una expresión ortodoxa de la fe.


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