Cardenal amenaza: las mujeres deben llegar a cardenales o se irán de la Iglesia


Estos bergoglianos amañan las normas de la Iglesia y la Tradición como un juguete de piezas que puede descomponerse y volverse a componer según el antojo particular de cada uno. Lo malo es que su inspiración constructiva viene del diablo, aunque lo hagan pasar por la voz del Espíritu Santo y así sus decisiones no hacen más que perjudicar la salvación de las almas, disfrazando sus sínodos y demás paripés como una preocupación por los más desfavorecidos. ¡Hipócritas!

Un cardenal amenaza: las mujeres deben convertirse en diáconos, en cardenales o "abandonarán la iglesia"

El cardenal luxemburgués liberal y pro invasión musulmana, por lo visto no entiende nada de lo que significa ser católico, ni de que, lo que debe regir en la Iglesia, no es consecuencia de una votación democrática: Jean-Claude Hollerich quiere que las mujeres se conviertan en "diáconos" y "cardenales", dijo a La Nación (24 de octubre).

Observamos lo que ya es una norma en el reinado bergogliano: después de que Bergoglio ha convocado un sínodo o ha sacado algún escrito, salen estos tipos de todas partes a empujar su agenda, la de las diaconisas en este caso, como surgieron los voceros sacrílegos tras Amoris L, para que no dé la sensación de que Fco actúa por su cuenta y riesgo sino que es una decisión sinodal.

Hollerich cree que las mujeres deberían participar en la elección de los papas como si el papa fuera algún tipo de representante de la gente.
Amenaza que las "mujeres" podrían abandonar la Iglesia si no se sienten escuchadas y bienvenidas, aunque esto no depende de convertirse en diácono o cardenal, ya que la abrumadora mayoría de los católicos no es ni lo uno ni lo otro.
Ya sabemos que lo de "dar la bienvenida" a alguien a la iglesia modernista significa adoptar los pecados de los que vienen, los cuales no quieren convertirse sino a convertir lo católico en otra cosa.

Si hubiera mirado la realidad, Hollerich habría notado que las parroquias de hoy son mantenidas casi exclusivamente por mujeres.

Son los hombres los que han dejado la Iglesia. 

Además muchos sacerdotes y obispos carecen de masculinidad ya sea porque son homosexuales o porque son unos cobardes incapaces de defender la Verdad de Cristo, la dignidad de Su Esposa la Iglesia, desamparando a los fieles desconcertados ante las herejías de Roma.


María F/en.news