Bergoglio sustituye a Cristo y a Dios por la globalización

María Ferraz

Que nadie pierda el tiempo viendo al pseudo papa haciendo de político globalista vendido a la masónica ONU 

Como va siendo habitual en 10 minutos el "vicario" de Cristo no sólo no se digna a nombrar a Aquel que supuestamente representa sino que en su paripé se olvida hasta del nombre de Dios, y bueno, de la Iglesia. A lo sumo y ya al final invoca las "bendiciones divinas" y "le pido al Señor", ambigüedades en las que cabe desde Buda hasta Alá pasando por la Pachamama

Habla de los problemas globales que necesitan de la intervención de la justicia internacional, o sea hace apología de una única autoridad (que debe ser ostentada por el Nuevo Orden Global para obligar a todos a cumplir las normas de la élite, que ya sabemos que girarán preferentemente en torno al calentamiento del planeta, para hacernos la vida imposible y sacarnos los cuartos).

Las metas que propone son, entre otras:

Derechos del inmigrante
Hospitalidad
Acceso a la educación, sanidad
Desarrollo integral
Solucionar la crisis migratoria


y otros conceptos buenistas con los que los políticos hipócritas se llenan la boca. 

Ah, pero esperen, me olvidaba de citar el característico grito con el que a Bergoglio le gusta aderezar sus discursos más políticamente correctos asimilándolos a las arengas comunistas:
Esta vez no la Madre Tierra la que grita, se ve que con el susto del baño de agua fría en el Tíber está más tranquilita y se la han quitado las ganas de armar jaleo, sino los hermanos que quieren liberarse del yugo de la violencia, la injusticia y la pobreza y bla, bla, bla ése es el grito que le preocupa en Tailandia, cuando cambie de país, veremos.