Jesús: ustedes, ¡no Me conocen enojado!



(...)Se acabó el tiempo. Yo Soy Jesús, fui Paciente, Misericordioso, Justo, presto a perdonar y a sanar a todo enfermo, tanto del alma como del cuerpo, que se acercara a Mí, pero fui vilmente engañado ya que los hombres solo buscan la salud y cuando la obtienen, se alejan de Mí o rehusan hablar conMigo, o hacerMe compañía.

¡Cómo Me duele el abandono en el que las Almas Consagradas Me tienen! Tan solo bastaría cinco minutos en Mi Presencia, meditando en el Poder de Mi cruz, de Mis Llagas y de Mi Sangre, para que una multitud obtuviese infinidad de Gracia y Bendición.
Soy el que Soy, Infinitamente Bueno, pero muchos se alejan de Mí, como si Yo fuera un cazador furtivo, un juez injusto y un Dios miserable, ¡Ay, los hombres no se imaginan con cuanto amor voy tras ellos. Sí, Yo los busco y los espero para darles Mi Amor, Mi Esperanza, Mi Consuelo, pero huyen de Mí por su propia maldad. ¡No quieren convertirse!

¡No quieren ninguna clase de compromiso Conmigo! Mi Santa Madre, y Madre de ustedes, ruega y suplica, pero han ignorado Sus Mensajes, por eso Voy a acortar el tiempo de Mi Venida. Mi brazo caerá y no habrá quien lo detenga, porque no puedo tolerar más injusticias, desacatos, blasfemias y toda clase de maldad. ¿Dónde hallaré al ladrón arrepentido? ¿Dónde, a la mujer que toque el borde de Mi manto? ¿Dónde, quien con sus lágrimas, me unja de nuevo con perfume y lave mis cansados y doloridos pies?

Vienen momentos duros, difíciles, ya Mi Madre se los ha advertido. Yo sacudiré al mundo con Mi Palabra y con Mi Poder. Todos Mis enemigos, los enemigos de Mi Madre y de Mi Iglesia reconocerán que Yo Soy el que Soy, el Único, el Fuerte, el Inmutable, al que se le ha dado Poder tanto en el Cielo como en la Tierra, así mismo en el abismo del infierno.


¡Levántense, Hijos Míos, de la ruina moral y espiritual! Laven sus vestiduras, pues están sucios y malolientes. Vengan a Mí y lávense en la Fuente de la Vida, de Agua Viva que hay en Mi Sagrado Corazón. Yo voy a castigar a los malvados, a los que conociéndome tiraron su cruz y dieron marcha atrás.

Aborrezco el mal, todo el mal será borrado de la tierra y habitará en ella mi remanente fiel, lo que es justo, bueno y verdadero. Apártense de Mí, los tibios, pues son causa de Mi nausea, los indiferentes, los perezosos, apártense de Mí, pues solo buscan los bienes temporales y solo se aman a sí mismos, despreciando a los más débiles.

No toleraré más los sacrificios de los ídolos, ni toleraré más a los hechiceros y adivinos; huyan lejos de Mí los que rinden culto a su perverso amo, satanás; pues Mi Santa Ira y Mi Santa Justicia viene ya, purificándolo todo. Los malvados no hallarán reposo, fuera de Mí, los que roban usando la Sagrada Escritura, los ladrones de la Virtud, los adúlteros, los blasfemos, no tendrán ningún derecho, Mi espada está afilada, si no se  arrepienten de sus fechorías, serán partidos en dos y ya no serán más. Sí, Soy Yo, el que Soy, el Alfa y Omega, Principio y Fin, el Primero y Último, Soy su Jesús, quien habla y habla en serio.

De nuevo, el Fuego del Celo por Mi Causa (La Iglesia Católica) Me consume, tejo de nuevo el látigo para repetir la escena de los mercaderes en el templo. Yo soy el Rey de las naciones. Juzgo al Mundo con justicia. Yo Soy Amoroso, Atento, Solícito, Compasivo; los sentimientos humanos los recibí de Mi Santa Madre (Por medio de su Carne y de su Sangre), durante nueve meses Fuí formado en su Seno Virginal y Purísimo, fueron tejidos Mis músculos y Mis nervios, Fuí engendrado, no creado, no Fuí formado de la nada, sino del vientre más Puro y Virginal que en la Tierra haya existido, Fuí amamantado con leche maternal Santa, y protegido durante mucho tiempo por los brazos amorosos de Mi Madre Santa, Vuestra Madre. ¿Cómo no voy a  defender a la que Me dió el Ser? ¡Quién ha ofendido con palabras o proceder a Mi Santa Madre, a Mí me ha ofendido y no voy a quedarme callado!

Ustedes, Queridos Hijos de esta generación ¡No me conocen enojado! No provoquen más Mi Enojo. No vayan aquí y allá diciendo que Yo no vivo, que Yo, Jesús ya no hago milagros; que Yo Jesús, no reino. No vayan aquí y allá de chismosos sembrando cizaña, esparciendo amargura y discordias ¿Por qué no Me han encontrado? ¿Por qué no Me buscan? Mi corazón estremecido de dolor está, porque nadie quiere cargar con su cruz, nadie quiere seguirMe y ser Mi discípulo, sin recibir nada a cambio.

Hay dos faltas graves que acusan a los hombres, sin  embargo, su conciencia aletargada les dice que no hay falta, porque sus mentes están embotadas de vino y de placer. El moderno pensar les ha lavado el cerebro, y la apatía por mis cosas ha menguado la fuerza de voluntad, ¡Son como hojas arrastradas por vientos de tempestad! ¡Ah, si los hombres volvieran a Mí con corazón contrito y humillado, Yo borraría para siempre sus culpas y no Me acordaría jamás de la maldad, vivirían conMigo y Yo les diría: Ustedes son Mis Hijos amados, predilectos del Corazón Inmaculado de Mi Madre, predilectos de Mi Corazón Sagrado!

¡Perdón, imploren hoy perdón! No sea que Mi Brazo Justiciero caiga sobre ustedes y sus familias.

Este Primer Mensaje Universal que dicto a Mi Instrumento, es un llamado al arrepentimiento. ¡Vuelvan a Mí! Es Mi grito, ¡Vuelvan a la Roca, a la Fuente , al Alcázar, a la Herida de Mi Costado, donde brota Sangre y Agua.

Las dos graves faltas son el Abuso de Confianza y la Usurpación de Funciones

La humanidad de este siglo abusó de Mi Misericordia, mientras unos pocos tienen en abundancia, otros muchos, padecen necesidad. Su justo pago es la violencia y el desorden, ¡En eso tienen ya su paga! 

Muchos Sacerdotes también han participado en la Primer grave falta o han sido cómplices de una u otra manera.  Sí, abusaron de su autoridad, no pensaron que las almas me pertenecen a Mí y que ellos son los dispensadores de Mis Gracias. Atendieron bien a unas y mal a otras, abusaron de su autoridad y su justo pago es la ausencia del amor y la discordia. Tuvieron bienes y denigraron su Vocación Santa al incurrir en los delitos de desobediencia, falta de amor a la Santa Pobreza y pecaron contra la Castidad; pues bien, siendo hombres de mundo, sin Oración, sin Fe fueron seducidos y confundidos en su propio saber, pero aún es tiempo.

Pido en este Mensaje que sinceramente se arrepientan y no vuelvan a incurrir en faltas que ponen en peligro la fe y la Salvación de miles de almas. ¡Sí, Yo, Jesús Sacramentado, pido que reflexionen en esto, a más que pedirlo... ¡Lo exijo!

Muchos pensarán que es dura esta amonestación, pero de cierto digo, que es muy necesaria. ¡Para qué quiero o de que me sirven Mis Sacerdotes dados al mundo y a la buena vida, alejados de sus deberes, del ayuno y la oración... Me repugnan los fieles y Sacerdotes que huyen de sus responsabilidades ¡No Me sirven para nada! Son como las bancas vacías que ocupan el templo, son como los floreros sin flores en Mi Casa de Oración; como el silencio mudo en Mi Sagrario, cuando en Mi Soledad anhelo fervientemente alguien venga a confiarme sus luchas, sus penas, sus afanes diarios, pero más para darle Mi Fortaleza, para darles Mi Fe, porque Yo sé que
cada día, las almas se enfrentan a mil luchas, las cuales sin Mi Paciencia y Mi Fortaleza, no podrán soportar.
¡Estoy Solo en los Sagrarios!  

El Segundo delito del hombre es la Usurpación de Funciones, pues Yo solo, Dios Uno y Trino, el Dios-Hombre, Soy el Único que debe de juzgar las acciones de los hombres. Los hombres de ciencia quieren crear vida artificial, en todos los espacios y los medios, se han adjudicado el derecho a la vida (El ser y no ser), a través del aborto, la eutanasia y muchas otras cosas.

¿Quién decide sobre la vida sino Yo? El justo pago es la necesidad material, el hambre, la enfermedad y la guerra. Yo no quiero el hambre, ni la enfermedad, ni la guerra, pues Soy un Dios que ama la Paz.

Por si fuera poco quieren imponer al Santo Papa Juan Pablo II, Mi Vicario en la Tierra, al Pedro de estos últimos tiempos, cargas pesadas, resoluciones a favor del permisivismo, al libertinaje sexual y hasta al abuso de autoridad. Yo digo que el Papa en materia de Fe es infalible, ¡Su Palabra es Mi Palabra! Y quien le desobedece a él, Me desobedece a Mí, porque él es Mi portavoz y a donde va él, o a donde está él, allí también Voy y allí también Estoy. ¿Por qué, pues, son rebeldes a Mi Voz? Muchos no quieren al Papa, algunos se toman libertades hasta de decir lo que él no ha dicho y proclamado. Yo dije a Mi Santa Madre: “Cuida de él, Madre Mía” y el manto de Mi Madre lo protege.

Yo, Jesús, no Soy una leyenda, mucho menos un mito. Yo Jesús, Soy actual, todo lo veo y todo lo escucho, hasta los pensamientos más íntimos del hombre; nada escapa a mis ojos. Yo escucho las conversaciones de los hombres y sé que un noventa y cinco porciento son conversaciones inútiles, profanas, obscenas, sin pudor ni recato. La impureza espiritual y corporal está cobrando poder, atando con cadenas de hierro las voluntades.


Miro..., busco..., y no encuentro ni una alma de vida santa.  ¿Quien debatirá Mi Palabra? ¿Quien tendrá de ustedes los argumentos necesarios para contender Conmigo? Los que piden, no reciben, porque no piden con Fe y, si acaso piden, lo hacen con con el fin de derrochar todo lo que recibirán. Yo, Jesús he repartido, por las súplicas eficaces de Mi Santa Madre María, por su Llama de Amor, que Me obliga a ello, Gracia sobre Gracia, pero muchos no han recibido nada por su obstinación en seguir en el fango maloliente de sus pecados.
¡No han sabido aprovechar la efusión grande de Gracias de la Santa Trinidad! 

Algunos por miedo y cobardía, la han guardado celosamente como aquél que solo recibió un talento y lo escondió en tierra.

¡Llora, Pueblo Mío, tu pecado, tu idolatría y tu enfermedad!
¡Gime por la Causa Santa de Miguel Arcángel! 
(...)
¡Levántate, Pueblo Mío!, vístete de ceniza, de saco y de silicio, pues llegó Mi Hora, Hora de Santidad y de Justicia. ¡Iglesia que vives, pero estás herida, enferma!
¡Tu enfermedad no es incurable, Iglesia Mía! Yo, Jesús, puedo restablecer en Tí, los Signos Vitales, si tu quieres...

¡Clama, Hijo Mío, Mi Pequeño Instrumento...! Sube a las montañas, que tus ojos se dirijan al valle, una y mil espadas están prestas y mil jinetes para la batalla.
¡Llama Miguel a los Escuderos del Reino! (...)