Señalados por uno de los más grandes santos marianos de todos los tiempos, San Luis de Montfort.
En su pequeño folleto El secreto del rosario, St. Louis Marie de Montfort explica dos errores comunes cometidos por quienes emprenden esta devoción.
Aquí está su explicación:
Después de haber invocado al Espíritu Santo, para rezar bien su Rosario, colóquese por un momento en la presencia de Dios y haga la ofrenda de las décadas ...Antes de comenzar una década, haga una pausa por un momento o dos, dependiendo de cuánto tiempo tenga, y contemple el misterio que está a punto de honrar en esa década.
Siempre asegúrese de pedir, por este misterio y por la intercesión de la Santísima Virgen, una de las virtudes que más se destaca en este misterio o una de las que usted necesita particularmente.
Tenga mucho cuidado para evitar las dos trampas en las que la mayoría de las personas caen durante el Rosario:
El primero es el peligro de no pedir ninguna gracia en absoluto, de modo que si a algunas buenas personas se les preguntara su intención de Rosario, no sabrían qué decir. Entonces, cada vez que reces tu Rosario, asegúrate de pedir alguna gracia o virtud especial, o fortaleza para vencer algún pecado.La segunda falla comúnmente cometida al decir el Rosario es no tener otra intención que la de terminarlo lo más rápido posible.
Esto se debe a que muchos consideran el Rosario como una carga, que pesa mucho sobre ellos cuando no se recita, especialmente cuando hemos prometido decirlo regularmente o se nos ha dicho que lo digan como una penitencia más o menos contra nuestra voluntad.
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