Sarah contradice a Viganò: el Vaticano no es pro sincretista


María Ferraz


El cardenal Sarah vive en el País de las Maravillas. Considera que Bergoglio no es responsable de que los católicos informados anden inmersos entre el asombro, el escándalo y la condena por lo que sale de Roma, y por supuesto, las voces de cardenales y obispos como Müller, Brandmüller, Viganò, Schneider y Burke intentando buscar aclaraciones del pseudo papa sin conseguirlo, y condenando sus disparates, no le dicen nada. Las críticas que se han alzado, contra la reciente Casa Abrahámica (Viganò) o el Sínodo Amazónico ¿son declaraciones esquizofrénicas que no merecen tenerse en cuenta?, le pregunto. ¿No se da cuenta de que añade más confusión a la confusión?. 


Dice Sarah, cuya ceguera en pro del pseudo papa le hace perder la objetividad sin querer desprenderse de su forma de pensar a pesar de las pruebas evidentes: "El Vaticano no es sincretista". 
Esto desmiente la declaración de Bergoglio en el Documento de la Fraternidad en Abu Dhabi y el desparrame de ídolos de la Madre Tierra incluso encima del altar de la misa de clausura del último sínodo, para más recochineo o burla del Sacrificio del Dios Encarnado, en la figura de una maceta ritualizada con una flor roja, que por lo visto es el color que más le gusta a la Pachamama.

Este debe ser el motivo por el que Bergoglio lo conserva en su puesto ya que no es una amenaza contra sus herejías, ni siquiera contra la moda de instalar ese cacho de madera con los pechos al aire en todas partes, él que como Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos debería haber vertido su protesta más contundente.

Informa en.news:

"El sincretismo no es un proyecto del Vaticano", afirmó el cardenal Sarah en una presentación de su libro en la Abadía de Weltenburg, Alemania, (21 de noviembre).

Negó que el Vaticano quiera fusionar el cristianismo y el islam y crear una "religión mundial". Sin embargo, cree que las Naciones Unidas "buscan una enseñanza universal sin dogma", pero no puede probarlo ya que no hay documentos.

Sarah respondió a la pregunta qué deberían hacer los fieles laicos en la confusión actual de la Iglesia: "Tienen que seguir a sus obispos". 

Agregó que esta regla no se aplica "si alguien declara una doctrina diferente" [lo cual, entre los obispos alemanes y los nombrados por Bergoglio es la regla].