Monumento sobre derrota otomana rechazado (Viena)



El monumento al Rey polaco Jan III Sobieski se exhibió en una exposición temporaria frente a la ventana papal del Palacio Episcopal en Cracovia, desde la cual el Papa Juan Pablo II acostumbraba hablar a las multitudes. Jan III Sobieski fue rey de Polonia y gran duque de Lituania desde 1674 hasta su muerte y jefe de la Confederación Polaco-Lituana, apodado por los turcos «León de Lehistán«.

El monumento, que será instalado en otras localidades polacas hasta llegar a Varsovia, fue expuesto para recordar a la gente la existencia de este valiente monarca y desde el principio fue objeto de un boicot: las autoridades vienesas decidieron, por ejemplo, no erigirlo en la colina Kahlenberg en Viena, desde donde el rey polaco lanzó el ataque que cambió la historia hace 336 años. De hecho, estaba prevista una escala de esta estatua precisamente en la significativa ciudad de Viena.

El monumento representa a Sobieski a la cabeza de una columna de húsares mientras derrotaba al ejército otomano durante el cerco de Viena en 1683, una batalla que contuvo a los otomanos en Europa. El asedio de Viena marcó el comienzo del fin de la dominación turca en Europa del Este, gracias precisamente a la victoria militar del rey Sobieski.

La primera piedra del monumento fue colocada hace seis años, con motivo del 330º aniversario de la batalla. La inauguración del monumento estaba programada para el 12 de septiembre del 2018, con motivo del 335º aniversario de la ayuda proporcionada a Viena. Sin embargo, en el mes de julio último, el nuevo alcalde de Viena, Michael Ludwig, anunció la retirada del proyecto, es decir, Viena no iba a acoger el monumento.


El alcalde temía, de hecho, que ello pudiera ser percibido como una ofensa al pueblo turco y declaró que no era el momento adecuado para acoger «monumentos militares«. Piotr Zapart, promotor del proyecto y presidente del comité organizador del monumento, declaró lo siguiente en una entrevista para la radio FM RMF: «Todos los acuerdos eran buenos, la colaboración con Viena y con Cracovia fue excelente; fue también firmado un acuerdo entre el alcalde de Cracovia, Jacek Majchrowski, y el alcalde de Viena, Michael Häupel».

«El 11 de julio fui convocado con el alcalde Jacek Majchrowski a reunirme con el nuevo alcalde Michael Ludwig. Y allí fue dicho que una nueva comisión había alegado que el monumento no cumplía con los estándares artísticos, era arcaico y, por lo tanto, Viena ha retirado su consentimiento». El creador del monumento, Czesław Dźwigaj, dijo que la obra, de ocho metros de largo y tres toneladas de peso, con Sobieski a caballo, no tiene símbolos turcos o islámicos.
Según las autoridades locales, el monumento permanecerá en Cracovia a lo sumo dos semanas. Más tarde será trasladado a Nowy Sącz, Brzeg y Nysa, siempre en Polonia, lugares relacionados con la vida del rey, y finalmente a Varsovia, donde será colocado colocará de forma permanente frente al Castillo Real. Es triste constatar que también el arte está sujeto al imperante «políticamente correcto», al punto que se decidió no albergar un monumento que representa nada más y nada menos que un evento histórico fundamental para nuestra civilización cristiana.


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