El homosexual Tolentino y su amor a la tierra


El Cardenal José Tolentino Mendonça, el Bibliotecario del Vaticano 

El blog Rorate-Caeli.blogspot.com supo el 4 de agosto de 2018, por parte de un par de fuentes, que un funcionario nombrado por Fco para un alto cargo en el Vaticano, José Tolentino, es ampliamente conocido por la jerarquía y por laicos informados de su país natal europeo como un promiscuo homosexual activo.

El 26 de junio de 2018 Francisco nombró al portugués Mendonça, quien es conocido como poeta y que fue quien predicó en el retiro cuaresmal de este año para la curia romana, como el nuevo Bibliotecario vaticano y lo hizo arzobispo. Una se pregunta el afán de Bergoglio de rodearse de maricas.

Cuando ejercía como sacerdote vestía como laico. Pertenecía al grupo de poder de la Iglesia liberal de su país y era el vicerrector de la Universidad Católica de Portugal. Era considerado una “estrella” de los medios de comunicación comerciales de su país. 

Tolentino es un representante del emocionalismo, el cual evita hablar claramente como todo modernista.

En una entrevista en el 2016 con la radio Renascença, de Lisboa, Mendonça dijo sobre los homosexuales que “nadie puede ser excluido del amor y de la misericordia de Cristo”.

Agregó que los homosexuales “deben encontrar en la Iglesia un espacio para ser escuchados, un lugar de bienvenida y misericordia”.

Tolentino se perdió en un arrebato emocional cuando delineó una "espiritualidad cristiana para el futuro" durante un evento reciente del 29 de enero con los dominicos en Salamanca, España.

Le pidió a la cristiandad de hoy que escuchara un supuesto "sentimiento de orfandad" en la "cultura moderna".

En el florido lenguaje de Tolentino somos "una gramática de Dios" y "una profecía de ese amor incondicional descrito en los Evangelios". Sin embargo, el Evangelio nunca habla de "amor incondicional".

Propuso tres relaciones "que están íntimamente ligadas: con Dios, con nuestro prójimo y con la tierra" - que suena como una nueva trinidad de Francisco.

En su momento, Tolentino llamó a promover una espiritualidad que muestre "el poder santo del corazón", añadiendo que "la humanidad siempre necesita ser abrazada".


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