Mensajeros del cielo ayudan a los santos



EL ÁNGEL BOMBERO

En la vida de la venerable Sor Mónica de Jesús, agustina recoleta, cuentan los testigos en el proceso de beatificación: En el incendio que ocurrió en el convento de la Magdalena el año 1959 y que amenazaba destruir el convento, ya que ardieron 400 cargas de leña, que se encontraban en el depósito, las llamas eran espantosas y dificultaban totalmente el que pudieran actuar los bomberos, ya que las llamas y el humo impedían el poder penetrar para poder introducir la manguera que llevara el agua necesaria para sofocar el incendio, que cada vez era más grande. En estas circunstancias, se presentó en el convento un joven de unos quince años, aproximadamente, con camisa verde. Este chico se puso un pañuelo en la boca y arrastró consigo la manguera con la que pudo introducir el agua necesaria. Todas las personas que estábamos allí, tanto religiosas como seglares, que habían entrado para ayudarnos a sofocar el incendio, pudimos comprobar la presencia de este muchacho al cual no conocíamos ni vimos después. Después de unos días, y comentando las religiosas quién podría ser aquel muchacho, Sor Mónica nos dijo que no sabríamos nunca quién fue. Todas tuvimos la convicción de que se trataba de un fenómeno sobrenatural y que aquel muchacho sería el ángel de la guarda de Sor Mónica

EL ÁNGEL MENDIGO

San Felipe Neri andaba un día por las calles de Roma y un pobre se le acercó a pedirle limosna. El santo hizo ademán de darle las pocas monedas que tenía, cuando el otro, excusándose y sonriendo, le dijo: Quería sólo ver lo que tú sabes hacer, y desapareció. Más tarde, comunicó a sus amigos sacerdotes que el mendigo era su ángel custodio, que se le había aparecido así para darle a entender cuán grata es a Dios y a sus ángeles la caridad con los pobres50.

EL ÁNGEL MISIONERO

La Venerable Sor María de Jesús de Ágreda (1602-1665) en su famoso libro Mística Ciudad de Dios, habla de cómo iba frecuentemente a evangelizar a los indios de México, aunque no sabía si era personalmente o por medio de su ángel. Dice:

Para juzgar que iba realmente, era que yo veía los reinos distintos, y sabía sus nombres y que se me ofrecían al entendimiento distintamente; que veía las ciudades y conocía la diferencia de la tierra y que el temple y calidad era diferente, más cálido, las comidas más groseras y que se alumbraban con luz como de tea. Yo los amonestaba y declaraba todos los artículos de la fe y los animaba y catequizaba, y lo admitían ellos y hacían como genuflexiones. En una ocasión, me parece, di a aquellos indios unos rosarios; yo los tenía conmigo y se los repartí y los rosarios no los vi más. El modo a que yo más me arrimo y que más cierto me parece fue aparecerse un ángel allí en mi figura y predicarlos y catequizarlos y mostrarme acá a mí el Señor lo que pasaba para el efecto de la oración, porque el verme a mí allá los indios fue cierto.

También conocía las guerras que tenían y que no peleaban con armas como las de acá, sino con instrumentos para tirar piedras a la traza de hondas y con ballestas y cuchillos de fuste... Serían quinientas veces, y aún más de quinientas, las que tuve conocimiento de aquellos reinos, de una manera o de otra, y las que obraba y deseaba su conversión, que el cómo y el modo no es fácil saberse y que, según los indios dijeron de haberme visto, o fue ir yo o algún ángel en mi figura. Esto del reino y las cosas exteriores duraron sólo tres años51.
¡Qué hermoso, si nuestro ángel pudiera tomar nuestra figura con el permiso de Dios y poder ir a evangelizar y bendecir y dar cariño a tanta gente necesitada de Dios y de amor!

EL ÁNGEL SUPLENTE

En la vida de la venerable Sor Mónica de Jesús, de la que hemos hablado anteriormente, se cuenta que, al menos en cinco oportunidades, tuvo el don de bilocación y fue a animar a los soldados españoles que luchaban en Marruecos en guerra contra los moros. El día 2 de octubre de 1921 regresó herida de bala. Según el juicio del censor del Vaticano en su proceso de beatificación, parece que estaba físicamente allí, porque el ángel se había ofrecido a suplir su presencia en la comunidad y, la segunda vez, volvió con una grave herida en la pierna izquierda52.
El ángel la suplía, haciendo por ella todas las tareas de la Comunidad sin que las demás se dieran cuenta de que era su ángel, que tomaba su figura. Ella misma dice a su director espiritual: En Semana santa me tocaba servir en el comedor. El ángel me dijo, al instante, que por qué temía, sabiendo que, cuando yo no había podido hacer las cosas (se quedaba extasiada en Semana santa), él las había hecho y nadie se había enterado (carta al Padre Cantera del 28 de marzo de 1926).

La Madre Priora, Sor Dolores, en sus testimonios dice que su ángel le ayudaba a salvar almas y personas que estaban en peligro, por encargo suyo. Dice: Hoy 29 de julio de 1919 me ha dicho que su “hermano mayor" ha salvado a un pecador, que estaba ahogándose y a otro que estaba desesperado y se iba a ahorcar. Otro estaba enfermo, y ha impedido que entraran en su habitación unos amigos de sus vicios y pecados53.


Del libro de Ángel Peña sobre los ángeles