Por fin Benedicto apoya a la Iglesia remanente




María Ferraz

Ya afirmó el card Brandmüller, vistas las maniobras de Bergoglio en el último Sínodo del Amazonas, que el fin del celibato significaría el final de la Iglesia.

Y por fin, Benedicto alza su voz ante la catástrofe que se avecina, y que sin embargo no la detendrá sino que abrirá la brecha aún más profundamente entre los que se dan cuenta de las estrategias masónicas para desestabilizar a la Iglesia y despojarlas de sus riquezas, las cuales son distribuidas principalmente a través de los "otros Cristos" que son los sacerdotes, y los que excusan toda palabra discordante del que está sentado en la sede petrina.

¿Qué dirán ahora los santos sacerdotes del Opus Dei, entre otros, los cuales en su mayoría nunca discuten las barbaridades de Bergoglio sino que achacan sus novedades a un "desarrollo de la doctrina"? ¿De parte de quién se pondrán esta vez, de Benedicto o de Bergoglio? 

Difícil elección y sin embargo no todos comprenderán todavía que el que se dice papa no es más que un enviado del Infierno el cual no puede ser seguido sino que debe ser, no sólo ampliamente rechazado sino combatido. Si todos los sacerdotes buenos alzaran su voz frente a las tropelías del falso papa él no podría llevar a cabo sus objetivos. Y por eso el pecado de omisión es tan grave en nuestros días ya que permite al mal avanzar e instalarse en las conciencias de los débiles y más ignorantes en la fe, tal como reiteradamente nos ha advertido la Virgen en las apariciones actuales de Anguera, Brasil. Por no hablar de los papólatras que no saben distinguir cuando un falso profeta se ha instalado para derrocar los principios del catolicismo de forma astuta y subversiva de acuerdo con los mandatos de la masonería dentro y fuera de la Iglesia, que es, ha sido y será la principal enemiga de la Iglesia que Dios vino a instaurar en la Tierra con el fin de salvar a los hombre. Y es que Dios y su Iglesia no pueden aceptar los errores de un vicario, mucho menos de un usurpador.

Por eso, y vuelvo a repetir, quien se opone a la salvación de las almas blandiendo una pseudo moralidad que se adapta al mundo con el pretexto de poder acercar a los alejados, abriendo la puerta a la aceptación del pecado no viene de Dios sino del Maligno.

Este libro supondrá un apoyo moral al remanente fiel que ya no se encontrará desamparado pues la máxima autoridad eclesial, un papa, con uno de los cardenales guardianes de la ortodoxia ha salido a la defensa del sacerdocio.