El cardenal Raymond Burke debía celebrar una misa en latín el 15 de febrero en la catedral de Ostuni, Italia.
Entonces, la diócesis local de Brindisi comenzó a intrigar, informó LaNuovaBq.
El rector de la catedral exigió que la misa se celebrara en privado y a puerta cerrada. Sólo los organizadores, algunos hombres de negocios, fueron autorizados a asistir.
En este punto, Burke "eligió" cancelar la misa.
Los modernistas quieren la desaparición de la misa tradicional, pues el latín es un gran obstáculo e incompatible con introducir los nuevos ritos amazónicos y demás chorradas en la liturgia.
en.news/María F