Ofrecer misas por los que están en el limbo




—¿Quién a lo largo de la historia de la Iglesia podría confirmar con más autoridad lo que nos cuenta usted del purgatorio?
—Jesús.
En el evangelio de san Mateo, Jesús dice: "Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas
pagado el último centavo". Y se refiere al pecado. Luego, más adelante, haciendo referencia a los
pecados contra el Espíritu Santo, Jesús dice que tal pecado "no será perdonado ni en este siglo ni en el venidero" . Aquí Jesús nos dice claramente que hay pecados que serán perdonados en el otro mundo. Puesto que el infierno es definitivo, y en el Cielo no existe el pecado ni ningún efecto del pecado en absoluto, el "mundo siguiente", ese mundo intermedio, se ha conocido durante mucho tiempo y hasta el día de hoy como purgatorio.
En épocas recientes, nombraría al papa san Pío X, un papa muy importante a los ojos de muchos. En su época se quiso innovar con muchas ideas modernas, pero él se negó y se enfrentó a ellas.
También debería nombrar a san Agustín, a santo Tomás de Aquino, a santa Brígida y muchos otros. Al padre Pío, a Teresa Neumann, a María Anna Lindmayr, a Anna Catalina Emerich, al Cura de Ars y al cardenal Journet; investigando un poco se pueden encontrar muchos más.
—¿Existen otras personas que hayan experimentado lo mismo que usted?
—Sí, existen varias personas muy conocidas y otras que no lo son. El padre Pío veía a las almas del purgatorio con frecuencia; existen muchos libros acerca de su vida . También santa Catalina de Génova, Juan Bosco, Cristina de Bélgica y santa Brígida.
—Todas esas personas son santas. Y se encuentra acompañada de santos. ¿También usted es santa?
—¡Por Dios, no! ¡Estoy muy, muy lejos de ser santa! Las benditas ánimas del purgatorio me han dicho que muchos otros hubiesen manejado este tema mejor que yo. No por vivir una experiencia como la mía, o por tener una revelación privada, somos santos. Si es por eso, conozco a una mujer que tenía el mismo carisma que el mío, que con el correr de los años se volvió orgullosa y su alma acabó perdiéndose.
Todos tenemos la misma oportunidad de llegar a ser santos, incluso aquellos que no reciben ninguna revelación privada. Justamente porque se me ha dado esta experiencia, para mí es mucho más difícil llegar a ser santa, puesto que se me ha dado mucho más que a otros. Trato de obrar bien; pero al igual que los demás, caigo muchas veces.
—Antes me dijo que las almas pueden leer. ¿Podría considerarse como un buen gesto, y un gesto de amor, tener una Biblia abierta para que lean, por ejemplo, el evangelio de san Mateo? —Sí, podría, pero solo las ayuda por tratarse de un gesto bueno y simpático, lleno de cariño y de confianza; pero dudo mucho que les sirva para algo leer ese texto ya habiendo visto la luz de Dios por ellas mismas. La Palabra de Dios es solamente para los vivos.
—¿Le han dicho algo las benditas ánimas del purgatorio sobre los hombres ya casados que quieren ser sacerdotes? ¿Es correcto?
—Sí, me han dicho que lo es, pero solo si la mujer desea acompañar a su marido, y esto significa que está dispuesta a vivir en una sede separada. Sin embargo, las almas dicen que no está permitido que los sacerdotes ordenados contraigan matrimonio y, al mismo tiempo, sigan siendo sacerdotes.
—Jesús dijo que es difícil que los ricos entren en el reino de Dios. ¿Qué le han contado las benditas ánimas del purgatorio sobre esta frase?
—Depende del amor al prójimo. Si los ricos hacen buenas acciones por los pobres, por supuesto que ellos también irán al Cielo tan rápido como cualquier otra persona. Sin embargo, es más difícil cumplir la voluntad de Dios cuando uno está cargado de riquezas y tiene la necesidad de protegerlas y administrarlas. Generalmente los ricos se preocupan más por los bienes materiales que aquellos que no tienen más alternativa que depender de la ayuda de los demás. Y en la Iglesia encontramos cada vez menos gente rica. Cuando Jesús pronunció estas palabras, también se refería al reino de Dios en la tierra, porque su reino también está aquí. Podemos formar parte de su reino aquí en la tierra de la misma forma que también podemos formar parte del infierno. Dios nos invita a escucharle, en lugar de al César o a Satanás. Jesús nos quiere en el Cielo con todas sus ansias, y esta es una de las miles de invitaciones para que caminemos libres de todas las cosas que nos empujan fácilmente hacia abajo.
—De los dos hombres crucificados junto a Jesus, ¿qué fue lo que hizo el bueno para llegar al Cielo?
—Reprendió al otro, que todavía se burlaba del Salvador. Le dijo que mientras que ellos sí se merecían aquel sufrimiento, Él lo había aceptado sin haber cometido falta alguna. Simplemente porque le dijo "sí" a la voluntad de Dios y reconoció la inocencia de Jesús.
—En cuanto a las enseñanzas de la Iglesia durante estas últimas generaciones, ¿cuáles piensa que fueron los errores que hicieron que tantos se alejaran de la iglesia y perdieran la fe?
—Eso no es culpa de lo que enseña la Iglesia. Quienes se encontraban en posición de autoridad dejaron de enseñar a los jóvenes que Jesús es todo bondad y todo amor. Predicaron demasiadas amenazas y poco acerca del amor. No enseñaron casi nada acerca de la belleza de la oración y del ayuno. Dejaron de lado a Nuestra Madre y al arcángel san Miguel, ignorando a dos de los mayores intercesores, y las consecuencias fueron drásticas. Resumiendo, diría que se debe a la falta de todo esto: amor, oración, ayuno, penitencia, Nuestra Señora y san Miguel; así se ha permitido que Satanás ganase terreno en todos los frentes.
—¿Hay algún pasaje de la Biblia que crea que confirma lo que ocurre cuando rezamos por los difuntos?
—En la Biblia podemos encontrar mucho sobre este tema, pero el pasaje más claro y, probablemente más completo, es la historia de la resurrección de Lázaro. Hay prácticamente cientos de referencias sobre la necesidad y lo bueno de rezar por los difuntos. En la segunda Carta a Timoteo, san Pablo reza por los difuntos. Y aún en el Antiguo Testamento, Judas Macabeo envía limosnas a Jerusalén para que se ofrezcan sacrificios por los pecados de los difuntos .
—Hay cristianos que dicen que sin Jesús somos solo polvo. Y otros dicen, que cuanto más nos acercamos a Jesús acabamos convirtiéndonos en meras marionetas. ¿Cómo respondería a estos comentarios?
—¿Hay cristianos que dicen esas cosas? Mmm...
El primer comentario suena correcto y puede ser una referencia exagerada al hecho de que no sería posible vivir sin adorarlo cada día. Pero en verdad este no es el caso. Las personas siempre son mucho más que polvo, estén o no cerca de Dios; el amor de Dios por ellas no cambia nunca. Su amor permanece siempre infinito y solo ese amor es lo que hace que cada persona sobre la tierra sea infinitamente más que el polvo. ¡El padre Pío dijo que Dios valora cada alma mucho más que al universo entero!
Y en cuanto a los cristianos que se vuelven marionetas de Dios, es lo más alejado de la verdad que he oído. Cuanto más cerca estemos de Dios más libres nos volvemos, y no al contrario. Ser una marioneta implica perder nuestra libertad de hacer el bien. Uno de los mayores regalos que nos hace Dios es la libertad que nos ha dado para hacer buenas obras; con el tiempo solo podría arrebatárnosla Satanás. Estar poseído significa estar dominado por Satanás.
Estos cristianos a los que menciona deberían rezar mucho para que Dios les muestre de qué se trata el verdadero amor divino.
—¿Le han pedido las benditas ánimas del purgatorio algo que sea, ante la falta de una mejor palabra, más material, pero que también sea una enseñanza de la Iglesia?
—Bueno, varias veces me han pedido que les diga a todos que hagan más donaciones a las misiones. Yo me he negado siempre a que me den a mí dinero para eso porque pienso que cada uno debería ir a su parroquia. Es muy importante ayudar a extender la palabra de Dios por todo el mundo. Se reciben muchas gracias cuando lo hacemos, borramos muchos pecados y aceleramos así nuestro viaje al Cielo. Sin embargo, para recibir todas las gracias que Dios está dispuesto a darnos por nuestro gesto, hay que hacerlo de modo silencioso. Si hacemos una donación con mucha publicidad, las gracias que recibiremos serán mucho menores.
—Algunas personas dicen que no podemos intentar cambiar a los demás, solo podemos cambiarnos nosotros mismos. Por lo que me ha dicho esto parece ser parcialmente cierto. ¿Qué piensa al respecto?
—Es cierto que lo primero que quiere Dios de nosotros es que luchemos cada día por acercamos más y más a Él. Se puede ver lo justo que es esto. Todos tenemos las mismas oportunidades de mejorarnos a nosotros mismos, pero lo que Dios nos ha dado no termina ahí. Dios nos ha dado como poderosos intercesores a María, a los ángeles, a los santos, a las almas del Purgatorio y a cada uno de nosotros. Cuando enumeramos todo lo que Dios nos brinda, observamos que podemos hacer que sucedan cambios en las circunstancias de los demás y así, en consecuencia, cambiarán su forma de ser. Y también tenemos la responsabilidad de ayudarles. Se trata solamente de una muestra de amor hacia nuestro prójimo, especialmente cuando Dios quiere también que amemos e invoquemos intercesores para nuestros enemigos.
Con amor podemos ayudar a que nuestros enemigos cambien de comportamiento solamente reconociendo nuestros propios pecados y pidiéndole a Dios que intercedan por ellos. Tengamos un poco de fe, insistamos en seguir amando, pidámosles cosas a los amigos de Dios y le aseguro que muchos de esas personas sin amor cambiarán su forma de ser.
—¿No es cierto que mucho de lo que se han quejado las benditas ánimas del purgatorio son aspectos que han salido del Concilio Vaticano II? ¿Qué piensa usted sobre el Concilio Vaticano II?
—Sí, muchos de estos asuntos modernos han salido en el tiempo del Concilio, por así decirlo,
pero estos cambios no tienen nada que ver con el espíritu del Concilio. En la esencia del Vaticano II hay mucho bien e indudablemente el Espíritu Santo ha obrado con fuerza. Por ejemplo, estuvo muy bien el que se empezara a reconocer a Dios más claramente en las otras denominaciones cristianas;
y también el acento por el ecumenismo, que fue un tema fuerte en el Concilio. Sin embargo, como suele ocurrir con todo lo sagrado, Satanás está al acecho al otro lado de la puerta, y ataca, divide y causa disturbios siempre que puede en la periferia, con el fin de debilitar lo que esté en el centro.para ser todavía más precisa, los seguidores de Satanás se encuentran mucho más organizados y son
más insistentes que la mayoría de los católicos. Me han dicho al menos tres fuentes de mucha
confianza que los masones se juntaron ya en 1925 para empezar a promover la comunión en la mano . ¡Les llevó un poco de tiempo pero ciertamente lo lograron!
Y en cuanto a todas esas otras cosas modernas que algunos creen erróneamente que fueron fruto del Concilio, puedo asegurar que no es así, y que los masones se organizaron por adelantado dentro del Vaticano con el solo propósito de reforzar el poder de Satanás dentro de la iglesia. Cuando se les preguntó a los obispos de todo el mundo sobre la posibilidad de permitir que se distribuyera la Comunión en la mano, la gran mayoría votó en contra . Por otro lado, en ningún
lugar de los documentos del Vaticano II se puede encontrar mencionada, ni siquiera una vez, la comunión en la mano, y el mismo papa Pablo VI dijo después del Concilio que el humo de Satanás había penetrado en el templo de Dios con la intención de ahogar los frutos del Concilio. ¡Estaba tan en lo cierto!

Y un buen ejemplo de algo muy bueno que salió del Concilio, y que después también se modernizó demasiado, es la Renovación Carismática. Fue algo muy bueno en los primeros años; pero repito, sin la presencia de Nuestra Madre ¡simplemente no hay renovación! Hoy en día, ese movimiento se encuentra muy fragmentado y solamente podría volver a unirse si sus líderes incluyeran a la Virgen en todas sus actividades. ¡No se olvide ni por un minuto que Nuestra Madre se encontraba en la habitación de arriba cuando descendió el Espíritu Santo!: Su modernización ha permitido que Satanás la fragmente de forma muy eficiente.
Y si pensamos en los diversos Concilios que se han dado en la historia, se ve claramente que después de cada uno viene un tiempo de confusión. Este Concilio ha sido el más largo hasta el día de hoy, ¿no es cierto? Toda esta confusión, sin embargo, pronto se asentará.

—Efectivamente fue el más largo, pero volvamos a la Renovación: ¿tiene algún consejo para aquellos que pertenecen a ella?
—Sí, deberían hablar menos, ser más humildes y rezar más. La fe y los sentimientos no deben mezclarse.

—¿Alguna vez las almas han respondido a una pregunta que usted u otra persona formulara, cuya respuesta estaba más allá de lo que la teología acepta?
—Bueno, quizá, y desearía el consejo de los buenos teólogos, si no tuvieran inconveniente en contestarme. Recuerdo que alguien preguntó una vez si solo los niños abortados van al limbo, en vez de al purgatorio o directamente al Cielo, o si también van allí los niños que nacen muertos y los más pequeños por falta de oración. A esto, un alma respondió: "Entre los más jóvenes también hay
algunos adultos". Con respecto a esto, debo admitir que no sé qué circunstancias pueden permitir que esto ocurra. (adultos con deficiencia mental?)

—Entonces, ¿esto quiere decir que deberíamos, de cuando en cuando, ofrecer una misa u otras oraciones por aquellos que se encuentren en el limbo?
—Sí; parece que deberíamos hacerlo, pero es muy poco lo que tenemos que hacer para que Jesús se los lleve al Cielo. Una misa seguro que permitirá a un gran número de almas que sean recibidas en el mejor de los lugares.


María Simma entrevistada por Nicky Eltz