Queridos amigos y enemigos de Stilum Curiae, hemos recibido del arzobispo Carlo Maria Viganò esta carta de solidaridad con el cardenal Joseph Zen, objeto de una carta con contenidos que, en nuestra opinión, son peligrosos para la fe y la Iglesia, y en ciertos aspectos delirantes, firmada por el decano del Colegio, Giovanni Battista Re, y enviada a todos los cardenales. Aquí está el texto.
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Querida Eminencia,
Soy el arzobispo Carlo Maria Viganò, antiguo nuncio apostólico de los Estados Unidos de América.
Seguí con profunda participación, compartiendo su sufrimiento en la oración, sus muchos y sinceros llamamientos al Papa Bergoglio, por la dramática situación de la Iglesia Mártir en China, que él mismo ha agravado culpablemente con el prodigioso y desafortunado Acuerdo Secreto firmado por la Santa Sede con el Gobierno Comunista Chino.
Sus sinceros llamamientos, Querido Hermano en Cristo, fueron sistemáticamente desoídos e incluso burlados de manera hipócrita y perversa. En cuanto al Cardenal Parolin, actuó como un simple ejecutor imprudente de una orden superior malvada.
Leí esta mañana la ignominiosa y vergonzosa carta que el Card. Giovanni Battista Re ha dirigido a todos los cardenales en su contra. Estoy profundamente triste e indignado, y deseo expresarles a todos ustedes mi afecto, mi oración y mi solidaridad fraternal en el episcopado.
¡Es un valiente confesor de la fe al que le dedico toda mi veneración y admiración!
Desafortunadamente, la mentira en el Vaticano se establece como un sistema, la verdad es totalmente volcada, el engaño más perverso es practicado descaradamente incluso por los más insospechados, que ahora se prestan a actuar como cómplices del oponente. Incluso se ha llegado a decir que "el Papa Benedicto XVI había aprobado el proyecto de Acuerdo" firmado en 2018, cuando en cambio todos sabemos de su fuerte resistencia y su repetida desaprobación de las condiciones impuestas por un régimen perseguidor y sangriento.
El Vaticano hizo todo y más para entregar la Iglesia Mártir China en manos del Enemigo: lo hizo firmando el Pacto Secreto; lo hizo legitimando a los "obispos" excomulgados, agentes del régimen; lo hizo con la deposición de los obispos legítimos; lo hizo imponiendo a los fieles sacerdotes que se inscribieran en la Iglesia sucumbiendo a la dictadura comunista; lo hizo diariamente guardando silencio sobre la furia persecutoria que precisamente desde ese Acuerdo desfavorable ha ido en un crescendo sin precedentes. Lo hace ahora con esta innoble carta a todos los cardenales, destinada a acusarle, denigrarle y aislarle.
Nuestro Señor nos asegura que nada ni nadie podrá arrebatar de su mano a los que resisten al enemigo infernal y a sus acólitos, triunfando sobre ellos "por la Sangre del Cordero y por el testimonio de su martirio" (Ap. 12, 11).
Su ejemplo, querido Cardenal, y el altísimo precio que está pagando por defender la Causa de Dios y su Iglesia, nos causan una saludable conmoción, arrancándonos de la inercia y la adicción con la que estamos presenciando la rendición de la Iglesia Católica en sus más altos niveles y en su jerarquía, la herejía y la apostasía, por haberse propuesto seguir al Príncipe de este mundo, un mentiroso y asesino desde el principio.
Parce, Domine, parce populo tua,
quem redemisti, Christe, sanguine tua,
ne in aeternum irascaris nobis.
+ Carlo Maria Viganò
Arzobispo titular de Ulpiana
Nuncio Apostólico
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