La "iglesia abierta" que el Papa Francisco proclamó al principio de su pontificado celebrará la Semana Santa y la Pascua a puerta cerrada.
La noticia de que la Pascua también sería cancelada para los fieles ya estaba en el aire cuando se anunció que el proveedor de flores holandés no suministraría arreglos florales para el Domingo de Ramos y la Pascua. La razón dada fue el coronavirus.
Observadores atentos se preguntaban si esto era un primer indicio de que el Vaticano planeaba suspender las misas no sólo hasta el 3 de abril, sino hasta después de la Pascua. Esto fue confirmado hace unos días.
La Prefectura de la Casa Pontificia anunció:
"Debido a la actual emergencia sanitaria internacional, todas las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa se llevarán a cabo sin la presencia física de los fieles. También se informa que hasta el 12 de abril [Domingo de Pascua] las Audiencias Generales del Santo Padre y el rezo del Ángelus estarán disponibles sólo en transmisión directa por Internet en el sitio oficial de Noticias del Vaticano".
Las medidas son necesarias para crear "seguridad" contra la propagación del coronavirus. Las medidas ulteriores dependerían de la "evolución de la situación de la epidemia". Aparentemente el Vaticano tiene información del gobierno italiano de que extenderá la emergencia más allá de la Pascua.
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