“No”, el coronavirus “no” es un castigo de Dios, aseguró el cardenal Marx el 20 de marzo en el sitio web Merkur.de.
Su débil argumento es que “eso nos llevaría a una imagen muy difícil y negativa de Dios”.
Con la frase “Dios nos ama y nos acepta, ese es el mensaje de Jesús”, Marx se saca de encima a Dios.
Pero Cristo dijo lo contrario: “Habrá hambrunas, pestes y terremotos” (Mt 24, 7).
En la actual situación Marx confía en “Alemania”, el “Estado”, la “democracia liberal”, la “solidaridad”, la “unión de nuestra sociedad” y en “los que tienen la responsabilidad política”.
En otras palabras: Marx no confía en el poder de Dios, de la oración para eliminar las enfermedades o producir la conversión, como sabe un niño de primer curso de catequesis y se niega a convertirse a pesar de la pandemia que puede afectarle a él también, trabajando para subvertir los Mandamientos de la ley de Dios en su camino sinodal de la iglesia alemana. Todo un ejemplo y una muestra de hasta donde han llegado a infiltrarse los enemigos de Dios y de su descaro al hacer declaraciones públicas.
en.news/maría F
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