Sagrado Corazón de Jesús: poderoso escudo contra pandemias



En una época de pandemias cuando las incertezas rondan todas las personas, existe una certeza que está siempre a nuestro alcance: ¡Alto allá! ¡El corazón de Jesús está conmigo! ¡Venga a nosotros Vuestro Reino! La protección del Sagrado Corazón de Jesús. Cuenta la tradición que, en el siglo 18, quien usaba con devoción el Escudo del Sagrado Corazón, quedaba libre de una epidemia que afectó a Francia. Lo que sucede es que el clima psicológico creado en torno de ese tipo de flagelos, en muchos casos, desconcierta y hace olvidar verdades que conocemos y que ya fueron, para muchos, ocasión de devoción, de alcance de gracias, dones y favores. 

Devoción y oración Para recordar a los que se olvidaron y tornarla conocida a los que no la conocían, publicamos una pequeña y poderosa oración que en momentos como estos que vivimos pueden ser de una eficacia que ni los hombres con su ciencia y su sabiduría humanas son capaces de realizar. Esta oración fue escrita en el Escudo Protector que el Propio Nuestro Señor mostró a Santa Margarita María Alacoque cómo debería ser elaborado. 

La devoción al Escudo del Sagrado Corazón de Jesús, libró toda la ciudad de Marseille de una epidemia feroz. 

Oración al Escudo del Sagrado Corazón de Jesús pequeña, simple y eficaz. Aquí está la oración del Escudo protector del Sagrado Corazón de Jesús: ¡Alto! ¡Detente, demonio; deténgase toda maldad, todo peligro, todo desastre. Deténganse todos los asaltos, todas las balas de bandidos, todas las tentaciones! ¡Deténgase todo enemigo, toda enfermedad, y deténganse nuestras pasiones desordenadas, pues el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo! ¡Alto! El corazón de Jesús está conmigo. Venga a nosotros Vuestro Reino (3X). 

El origen de la devoción Nuestro Señor Jesucristo se reveló a Santa Margarita María Alacoque, religiosa francesa, mostrándole su deseo de que fuesen confeccionados escudos con la imagen de su Sagrado Corazón, y que los fieles, como forma de homenaje, colocasen este escudo en sus casas y los tuviesen junto a sí llevándolos consigo por todos los lados. 

Esta devoción era inicialmente practicada apenas en los monasterios de la Orden de la Visitación. Sin embargo, los acontecimientos llevaron a que la devoción al Escudo Protector del Sagrado Corazón de Jesús se esparciese extraordinariamente para fuera de los monasterios. Quien más la difundió fue la Venerable Ana Magdalena Rémuzat. Esa religiosa que pertenecía a la misma Orden de la Visitación, falleció en olor de santidad. A ella Nuestro Señor hizo saber, con mucho tiempo de antecedencia, el estrago que una grave epidemia haría a los moradores de la ciudad francesa de Marsella, en 1720. 

Pero, Nuestro Señor reveló también a esta venerable religiosa la promesa de todo el bien, de todo el maravilloso auxilio que los habitantes de Marsella practicasen la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Con la ayuda de sus hermanas de hábito, la Venerable Ana Magdalena Rémuzat confeccionó millares de esos Escudos del Sagrado Corazón y los distribuyó entre los habitantes de Marsella que estaba siendo flagelada por una violenta y devastadora peste. Luego después de esa distribución y del fomento de la devoción al Escudo del Corazón de Jesús, los registros históricos relatan que milagrosamente la epidemia cesó. 

No solo cesó como tampoco contagió a muchos de aquellos que portaban el Escudo del Sagrado Corazón de Jesús. Además, las personas contagiadas, con esta devoción, fueron auxiliadas de un modo extraordinario. Los registros narran también que en otras localidades ocurrieron hechos análogos. A partir de entonces, la devoción al Sagrado Corazón de Jesús tuvo gran desarrollo y la devoción a su Escudo se esparció no solo a otras ciudades de Francia, sino a otros países también. Al tomar conocimiento de esta devoción y de esos hechos históricos de Marsella, el Papa Pío IX, años más tarde, concedió una bendición especial a todos los escudos elaborados según el modelo de esa devoción. 

Gaudium Press