Los bergoglianos no creen en el pecado

(extracto)
María Ferraz

Con motivo del coronavirus, Fco y sus socios han dejado claro que éste es la respuesta, o como él prefiere decirlo, el "grito" de la tierra, al cambio climático, a los abusos del hombre contra el planeta. Lejos de él considerarlo como un castigo por los pecados gravísimos que hoy asolan la tierra, como en su tiempo refirió san Alfonso M Ligorio y otros santos, y hasta la misma Escritura. ¿Qué son las plagas que Dios envió a Egipto, las copas del Apocalipsis y las derrotas contra Israel sino castigos por el pecado?
Más recientemente Burke, Schneider, Viganò y demás clero ortodoxo han declarado que, en efecto el Covid es un castigo. 

Los bergoglianos menos aún consideran que este virus haya sido creado artificialmente por eugenistas como el Dr Fauci, Bill Gates y otros homicidas, o sea por los mismos pecadores que han sido usados por Dios para llamarnos al orden.

De hecho, en la oración con motivo del Covid 19 (imagen), Fco se ha saltado a la torera que en la Cruz Jesús murió por nuestros pecados, y sólo hace referencia a que el Sacrificio palió nuestros "dolores y sufrimientos". ¿Y cuál es el fin? En la Nueva Religión no existirá el pecado como transgresión a los 10 Mandamientos de la Ley de Dios, sino otro tipo de "pecados" que impedirían al Nuevo Orden Mundial establecerse y florecer.

Muy distinto es el pensamiento del mismo Jesús a través de la mística Valtorta en un episodio del Resucitado, con los apóstoles en el Cenáculo:

"Y tú, Santiago, hermano mío, estás ahí echado en ese rincón como si hubieras perdido todos los bienes. ¿Por qué?
-Porque esperaba que... ¿Entonces sientes las Heridas? ¿Las sientes todavía? Esperaba que todo el dolor, para ti, hubiera quedado anulado; que estuviera borrada toda señal. También por nosotros. Por nosotros, pecadores. ¡Esas Llagas!... ¡Qué dolor verlas!
-Sí. ¿Por qué no las has borrado? A Lázaro no le quedaron señales... ¡Son una... una censura esas Llagas! ¡Gritan con tremenda voz! Son más fulgurantes y terribles que los rayos del Sinaí - dice Bartolomé.
-Gritan nuestra cobardía. Porque nosotros huimos mientras Tú las recibías... - dice Felipe.
-Y, cuanto más se miran, la conciencia más censura y echa en cara cobardía, necedad, incredulidad - dice Tomás.
-¡Por nuestra paz y la de este pueblo pecador, puesto que moriste y has resucitado para el perdón del mundo, borra 
esas Llagas que acusan al mundo, Señor! - dice Andrés en tono de súplica.

-Son la Salud del mundo. En ellas está la Salud. Las ha abierto el mundo que odia, pero el Amor ha hecho de ellas Medicina y Luz. En ellas ha quedado clavada la Culpa. En ellas quedaron colgados y sujetos todos los pecados de los hombres, para que el Fuego del Amor los consumiera en el verdadero Altar. Cuando el Altísimo prescribió a Moisés el arca y el altar del perfume, ¿no quiso que estuvieran perforados por anillos para ser alzados y llevados a donde quería el Señor? (Éxodo 25, 12-15; 30, 4; 37, 3-5.27) Yo, también perforado. Yo soy más que arca y altar, mucho más que arca y altar. He quemado el perfume de mi caridad hacia Dios y el prójimo y he llevado el peso de todas las iniquidades del mundo. Y el mundo debe recordar esto. Para recordar cuánto le ha costado a un Dios. Para recordar cómo lo ha amado un Dios. Para recordar lo que producen los pecados. Para recordar que sólo en Uno está la salvación: en Aquel al que traspasaron. Si el mundo no viera rojear mis Llagas, en verdad pronto olvidaría que por sus pecados un Dios se inmoló, olvidaría que verdaderamente morí en el más atroz de los tormentos, olvidaría cuál es el bálsamo para sus heridas. Aquí está el bálsamo. Venid y besad. Cada beso es un aumento de purificación y gracia para vosotros. En verdad os digo que purificación y gracia no son suficientes nunca, porque el mundo consume lo que el Cielo infunde, y se hace necesario compensar con el Cielo y sus tesoros los descalabros del mundo. Yo soy el Cielo. Todo el Cielo está en mí, y los tesoros celestes manan de las Llagas abiertas.


Por otra parte, el cura Zampini puesto por Fco en el Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral que pondrá al corriente a Bergoglio del virus de Wuhan, no cree que el pecado de Adán y Eva fuera el pecado original tal como lo entiende la fe católica, sino un delito ambientalista, en sus palabras:

"(Adán y Eva) rompieron el mandato de Dios de dejar el Árbol del Conocimiento intacto. Fue por una "pérdida ambiental" y una ruptura en la "relación entre hombres y mujeres".
"Dios restauró esta "destrucción ambiental haciendo un nuevo pacto no sólo con Noé y su familia: fue con Noé, la familia, los animales y las plantas. El nuevo pacto fue de nuevo un pacto ambiental".


Y más recientemente el Presidente de los obispos alemanes ha afirmado que "Dios no castiga" (fuente: en.news)
El obispo de Limburgo Georg Bätzing, presidente de los obispos alemanes, no puede entender a la "gente" que considere el coronavirus como un castigo de Dios, dijo en una homilía del 23 de abril, e incluso fue un paso más allá,

"Mi Dios no ha conocido tales pensamientos desde que Jesús murió por nosotros; fue entonces cuando Dios tomó su decisión de por vida: Dios no castiga", fantaseó.

Bätzing no es el único obispo que niega la doctrina católica sobre el castigo divino como se expresa en Hebreos 12:5-7 dice:

"Habéis olvidado la exhortación que se os dirige como a hijos: 'Hijo mío, no tomes a la ligera la corrección del Señor, ni desmayes cuando seas reprendido por él; porque a los que ama el Señor los disciplina, y a todo hijo que recibe los azota'. Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay al que su padre no discipline?"