Testimonio sobre Garabandal



El Padre Ramón María Andréu Rodamilans, S.J., con residencia en la casa de Ejercicios Cristo Rey, de Valladolid dice que:

Con autorización especial de S. E. Rvdma. El Dr. Doroteo Fernández, Administrador Apostólico de Santander y con el beneplácito de mis Superiores R. P. Conrado Pérez Picón S. J., Vice-provincial de Castilla Occidental y del R. P. Cipriano Arana S. J., Rector de las Escuelas Profesionales de Cristo Rey y mío: He visitado el lugar de San Sebastián de Garabandal, cerca de Cosío y del Ayuntamiento de Puentenansa, en la provincia de Santander, con motivo de los sucesos que allí tienen lugar y que se refieren a cuatro niñas que afirman ver y oír a la Virgen.

El conjunto de días que he estado en San Sebastián de Garabandal, en diversos viajes, suman 13 días poco más o menos y en ellos he obtenido los siguientes datos que pongo a disposición de las Autoridades Eclesiásticas con el fin de facilitar la labor, que, con motivo de tales sucesos, habrán de realizar.

LAS NIÑAS.

Los nombres propios de las niñas son: María Concepción, de 12 años. Jacinta, de 12 años. María Dolores, de 12 años. María Cruz, de 11 años.

No son hermanas, ni primas entre sí, al menos en sentido propio. La edad psicológica que representaban durante el primer mes de las llamadas visiones sería de unos 8, ó 9 años, correspondientes a niñas de ciudad y colegio.

La conducta de las niñas hasta la fecha en que comenzaron los acontecimientos era buena, según juicio del Sr. Cura, de la Maestra y de los padres de las niñas. Su normalidad como más adelante se dirá, era también correcta hasta que comenzaron sus trances y lo siguen siendo fuera de los mismos.

ELECCIÓN DE NIÑOS

Cito al P. Arintero O.P. ¿Por qué prefiere Dios a los pequeñuelos?"... Porque los pequeñuelos, las mujeres, las almas vírgenes tienen un corazón más puro o hacen generosamente violencia a sus pasiones. El Espíritu Santo puede hacer que en ellos brille la luz. Las palabras de la sexta bienaventuranza. "bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios", encuentra ya su aplicación en esta vida.

Los hombres y los grandes talentos no tienen pues razón alguna para acusar por eso a las mujeres, antes lo tienen muy grande para acusarse así mismo. No es privilegio de los pequeños y de las mujeres el ver mejor las cosas sobrenaturales, sino que es un castigo para los hombres y para los sabios a fin de que se humillen. Y si no lo hacen, aún les aguarda mayor confusión, conforme lo declaró el Salvador a Santa Catalina de Siena.

Santa Teresa rogaba a Nuestro Señor que, en vez de colmarla a ella de tantos favores, los dispersare a hombres sabios, a los sacerdotes, a los religiosos y a los teólogos. Y El le contestó: "Estos ni tienen tiempo ni ganas de trabar relación de confianza conmigo". Y pues siempre me desdeñan, tengo que dirigirme a sencillas mujeres si he de tener el consuelo de tratar de mis intereses con los hombres". (Arintereno. La Evol. pág.737).

EL PUEBLO

En la historia de las Apariciones de Lourdes se dice lo siguiente: «El pueblo creía sinceramente en las Apariciones y señalaba con toda seguridad que la Señora era la Virgen María. Por eso habían limpiado la gruta, colocando floreros con flores, velas que ardían ... »

Hay una analogía entre la intuición del pueblo de Lourdes y el de Garabandal. Los vecinos del pueblo de Garabandal, no afirman ni niegan nada. No cuentan más que lo que ven, pero todos ellos, conocedores de la sinceridad y normalidad de las niñas dicen es verdad.

La avalancha de curiosos y el rodar de las noticias, va creando o al menos transformando determinados hechos en fantásticos bulos. Tratando de actuar con seriedad, no se pueden tomar para un estudio más datos de los que proceden de testigos de primera línea. Tampoco se pueden eliminar datos o hechos auténticos.

Los datos que cito en este informe son constatados por mí directamente, salvo los casos en que explícitamente se cite la fuente de donde proceden.

AISLAMIENTO DEL PUEBLO

El aislamiento de San Sebastián de Garabandal da al pueblo y a sus habitantes una sensación de tranquilidad y paz, que se ha roto con la afluencia de peregrinos y curiosos.

Al anochecer una mujer del pueblo, María, la madre de Jacinta, recorre las callejas del mismo según costumbre, tocando una campanilla, para invitar a los vecinos a rogar por «las ánimas del purgatorio». El Rosario se reza todos los días en la Iglesia.

PACIENCIA DE LOS PADRES

La paciencia de los padres de las niñas ha sufrido una gran prueba con estos acontecimientos, siendo gente sencillísima y humilde, se han encontrado de repente, con que sus hijas experimentan un fenómeno que constantemente les está exponiendo ante el público que acude, a la vez que les crea una situación que ellos no pueden dominar.

El público no siempre sabe ser correcto en sus palabras y en sus obras. Así que algunas veces han creado situaciones desagradables que han soportado con abnegación.

La falta de autoridad, de orden, hace que los padres y mozos del lugar tengan que defender a las niñas. Ellos quieren saber de qué se trata y se encuentran solos ante unos hechos que no alcanzan a entender. Solamente el que en tres meses de esta situación, con tantas carreras y tantas y tan diversas personas que acuden, no haya sucedido nada desagradable, lo interpretan como una señal más de que hay una mano que vela por las niñas y que las cuida con cariño.

EL PUBLICO Y LAS VISIONES

Se ha observado una relación entre el público que acude a Garabandal y las llamadas visiones. Es así. Se ha repetido el caso de que cuando el público ha sido más numeroso y dando aspecto de romería, incluso cuando ha habido borrachos y música o canciones profanas, la Aparición no ha tenido lugar. El público quedó defraudado.

La primera vez que lo observé fue el día 15 de Agosto, fiesta de la Asunción, por la tarde. Ese día toda la multitud esperó en vano. A la vista de los que se comportaban como de romería y al oír las canciones profanas y el estado de semiborrachera que algunos mostraban, me dijeron algunos hombres y mujeres sencillos del pueblo: «Me parece que hoy no habrá nada, porque ya sucedió otra vez y aquí nos alegramos que no haya nada cuando vienen en ese plan».

Otro día me llamó Amalia, hermana de Loli, de once años, para decirme en secreto que Jacinta estaba viendo a la Virgen en casa de Loli. Entré y la encontré en estado de trance. Entre otras cosas (que en su lugar haremos mención) dijo hablando con la Visión:

¿Por qué te vas tan luego?... Ah, claro como el día de Nuestra Señora... están cantando.

Al terminar el éxtasis la pregunté. Y ella me respondio: «Dice que se va porque están cantando y de juerga».

Al salir de la casa, pregunté: ¿Hay alguno que esté cantando? Y me respondieron: Sí, allí hay un grupo que están en plan de romería. Ese día no hubo Visión hasta que ese grupo, que había venido en un autobús, se marchó.

Esto ha sucedido otras veces más. Las que yo he podido constatar hasta hoy han sido cinco y los cinco días la incorrección e irreverencia del público fue manifiesta.

NORMALIDAD DE LAS NIÑAS

En la vida ordinaria, fuera de los trances, las cuatro niñas dan muestras visibles de normalidad. Ese ha sido el parecer de los médicos que las han visto, aún de los que se han mostrado más escrupulosos en analizarlas.

Para un observador normal, para sus padres, para el Párroco y para todos lo que las conocieron de tiempo atrás, esas cuatro niñas han sido siempre normales. Las niñas, después de tres largos meses, se encuentran perfectamente normales: juegan, corren, dan grandes caminatas a los prados, unos cinco kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, siguen reaccionando como niñas.

El hecho de que una persona esté enferma, no es obstáculo para que en ella puedan darse fenómenos místicos. Bemardita Soubirou, padeció de asma hasta su muerte. Santa Gema Galgani fue muy enferma.

En el caso de Garabandal, se da normalidad en las niñas a mayor abundancia. Dice el P. Royo Marín en la Teología de la Perfección Cristiana, n2 566: «La historia de las almas admitidas en estos favores de la Divina Gracia, atestigua claramente que Dios se acomoda a las más diversas complexiones y que ninguna de ellas puede representar un obstáculo insuperable a Aquel que con sola su voluntad, pudo sacar todas las cosas de la nada».



NUMERO Y HORAS

El número de visiones no se puede contar por días. Aunque en los quince primeros, no ha habido visión todos los días; después se han ido multiplicando hasta tener varias cada día.

Las horas han sido también muy variadas: A primera hora de la mañana, a media mañana, después de comer; lo normal durante un tiempo fue de siete a nueve de la tarde. Después fueron por la noche. Terminaron en algunas ocasiones a las cinco de la madrugada.

Dice el P. Royo Marín:

Frecuencia:

En algunos santos ha sido grandísima. Para Santa Magdalena de Paccis, San Miguel de los Santos y San José de Cupertino, la vida no fue si no una serie continúa de éxtasis... (Teol. de la Perfección Cristiana, nº 465).

DURACIÓN DE LAS VISIONES

Ha sido muy variada. A veces ha sido una cosa casi simultánea, como de dos a cinco minutos. Estas visiones breves han sido pocas y siempre han coincidido con algún aviso o noticia referente a las mismas visiones: «Hoy no vendré porque cantan mucho» (esto era cuando había mucha juerga en el pueblo), o también: «Vendré a veros hacia tal hora.»

De ordinario duran más de media hora y se pueden prolongar hasta las dos horas. A veces, recuerdo el caso en que Loli estuvo desde las nueve de la noche hasta las cinco de la madrugada. Se interrumpen las visiones cuando éstas son muy largas como la que aludimos de Loli: las dos pausas vinieron a durar entre las dos una hora y media.

Es interesante ver la enorme variedad que en la historia de los místicoas se da a la duración de estos estados, desde un toque rápido, a 40 días sin interrupción en éxtasis.

Dice Santa Teresa: «Aunque a veces dura gran rato, otras de pronto se acaba, como cuando quiere comunicarle el Señor que no es cosa que se pueda procurar por ninguna vía humana. Más aunque está algunas veces rato, quítase y toma...»

EL TIEMPO NO CORRE

Cuando las niñas están en estado de visión, la impresión para ellas es de que el tiempo no corre. Por eso es muy frecuente, que después de una hora o más de estar en visión, digan ellas: «No te vaigas ¿eh? ¿Por qué te vas tan luego? No has estado más que un poquitín... ¡Ay!... ¿tanto tiempo?... yo creía que solo un minutín», a pesar de las posturas que a veces a los visitantes nos parecían incomodas y ellas no lo notaban, como cuando estaban de rodillas sobre cantos puntiagudos, y después de las marchas que duraban largo tiempo; y siempre la impresión para ellas es como si fuera un instante.

Al terminar quedan alegres, con sensación de estar descansadas y su aspecto corporal también lo indica así, ya que a pesar de las marchas y carreras, no dan sensación de cansadas, tampoco se acaloran, si no más bien tienen un aspecto tendiendo a pálido y dan sensación de frescor.

EL ÁNGEL

La primera persona que tuvieron la dicha de ver fue un Ángel. Cuando más adelante las reveló su identidad resultó ser el Arcángel San Miguel. Los primeros días no las hablaba, luego se identificó y más tarde las anunció que el día 2 de Julio verían a la Santísima Virgen.

Según el P. Royo Marín, es frecuente que las apariciones de la Santísima Virgen sean precedidas por un Ángel. En Fátima, el Ángel era el de la Paz, que los escritores identifican con San Miguel.

MIEDO

«Las visiones que vienen de Dios, suelen producir al principio gran temor, pero luego dejan el alma llena de amor, de humildad, de suavidad y de paz» (Padre Royo Marín, Teología de la Perfección Cristiana n2 591).

RITMO

Comienzan las visiones con el Ángel como hemos dicho el 18 de Junio de 1961. A partir de esa fecha se van sucediendo de forma creciente. Desde el 18 de Junio al 2 de Julio, hay unos días en que las niñas no tienen Visión.

Los demás días ven al Ángel pero éste no habla. El día 2 de Julio las niñas ven por primera vez a la Santísima Virgen que previamente fue anunciada por el Ángel y les habla a las niñas por primera vez.

El día 5 de Agosto comienzan las marchas extáticas en varias formas que más adelante se dirá. Ante el alboroto de los curiosos o devotos, venidos al pueblo en gran número, sus padres determinan cerrar las puertas de sus casas y tener a las niñas dentro.

La Virgen dice a las niñas que obedezcan y que la seguirán viendo. Así ha sucedido a veces, pero de nuevo las niñas han recorrido las calles cuando sus padres han abierto las puertas.

LAS CAÍDAS

A partir del día 3 de Agosto, las caídas cuando están en éxtasis, se han multiplicado bastante. A veces han sido las cuatro juntas. Otras veces no todas juntas, sólo dos o tres. Otras veces una sola. Las posturas en que quedan al caer, son generalmente escultóricas y de gran belleza. Nunca han caído en posturas indecorosas e incorrectas.

«La actitud del extático es muy varia, pero siempre digna y decorosa» (P. Royo Marín Teol. de la Perf.. Cristiana nº 463).

«A Santa Catalina de Siena se le contraían las manos y los pies simultáneamente, siendo imposible arrancarle los objetos que tenía entre las manos.»

LAS MARCHAS EXTÁTICAS

Comienzan hacia el día 5 de Agosto y desde entonces han adoptado las formas siguientes: Unas veces han sido todas juntas, de frente y a ritmo normal. Otras veces han comenzado las cuatro juntas y se han separado durante la marcha, yendo cada una por calles distintas, encontrándose después, dando muestras de alegría en ese momento por el hecho.

Entre ellas, estando en trance, se ven perfectamente; a quien no pueden ver es al resto de las personas que las rodean mientras dura la Visión. Con frecuencia las marchas han sido de frente y a gran velocidad, de forma que ni los más rápidos podían seguirlas:

Con alguna frecuencia las marchas han sido hacia atrás, a ritmo de danza, con gran agilidad, a través de muchas callejas llenas de piedras puntiagudas y sueltas sin caer ni golpearse. A veces las marchas han sido de rodillas.

Dice el P. Royo Marín: «Sin embargo santos hubo que durante sus éxtasis hablaban del objeto de su visión contemplativo e incluso echaban a andar marcha extática. Son famosos los casos de Santa Catalina de Siena y Santa Magdalena de Paccis» (Teol. de la Perf. Cristiana nº 467).

POSTURAS.

El día 31 de Agosto, una de las niñas fue sentada varios metros de ida hacia la Iglesia y varios de regreso. El público que lo presenció quedó tan emocionado que muchos lloraron, y no tanto por el hecho de ir sentada por el suelo, sino porque en todo el trayecto, los vestidos cubrían a la niña hasta la rodilla, sin que nadie los hubiera tocado ni arreglado. Se constató después que el vestido no se había manchado. Esto se ha repetido bastantes veces. Ese mismo día cuando Loli entró en trance, la Virgen aconsejó a Loli que se alargase un poco la falda del vestido. Se lo dijo sonriendo, dicen las otras videntes.

Dice el Padre Arintero en la «Evolución Mística», pág. 529: «En los éxtasis naturales, los movimientos convulsivos que suele haber, son desordenados e indecorosos y exponen a grandes riesgos; mientras que en las divinas se guarda una modestia y compostura admirables y no hay peligro de ningún daño, aunque la vidente caiga sobre fuego. A estas niñas no se las conoce daño alguno en las caídas durante los trances.

DOS CAMPOS

Dos son los campos que se pueden distinguir. El del espectador y el de las niñas en estado de visión. El espectador ve a las niñas y su manera de hacer en cuanto a los fenómenos externos, movimientos, risas palabras, etc.,... pero no ve la visión.

Las niñas ven la Visión, la luz, oyen, etc.,... pero no ven al público, aunque saben que está allí, porque muchas veces se lo ha dicho la Visión. Las niñas que están en visión se ven unas a otras, pero cuando una sale de la visión y las otras no, las que siguen en visión dejan de ver a la que ha salido. Cuando vuelva a entrar la vuelven a ver. Véase lo que pasó el día 29 de Julio:

Estando Jacinta en éxtasis en los Pinos, con mucho público alrededor, estaba yo pensando (el Padre Ramón Mª Andréu) en qué solución se podría dar a aquel fenómeno.

Este informe fue hecho al principio de las Apariciones y después de ser escrito, siguieron las Apariciones varios años hasta que públicamente llegó su final en el año 1966.

Pensaba en hipnosis, histeria, sugestión, impresionabilidad... cuando de pronto, de las dos niñas que estaban en éxtasis, una de ellas, Loli, vuelve a la normalidad. Esta vuelta a la normalidad es instantánea. Al volver a la normalidad me miró y dijo: «Se fue.» Y tuvo lugar este diálogo:

-P. Andréu. ¿Ya no ves a la Virgen?

-Loli. No señor.

-P. A. ¿Por qué?

-L. Se fue.

-P. A. Mira a ésta (Jacinta que seguía extasiada). Loli miró y sonreía al ver a su amiga).

-P. A. ¿Qué te dijo la Virgen? (Cuando iba a responder quedó de nuevo clavada en Visión.)

-L. (En éxtasis) ¿Por qué te fuiste?

-L. A la Virgen ¿Por qué te me retiraste? (Loli y Jacinta a la vez en éxtasis y hablando con la visión) ¿Entonces es por eso?

-L. ¿Entonces es para que crea?.

Se ve bien claro que la Virgen María quiso dar una prueba de que era Ella la que estaba allí y que todo lo presente estaba muy lejos de ser histeria, sugestión, hipnosis, etc.,.. sino éxtasis. 

ANESTESIA

La anestesia en lo que se refiere al dolor cuando están en éxtasis es completa. Aparte de las pruebas que se les ha hecho a las cuatro videntes, como pincharlas, quemarlas con cigarrillos, etc. yo las he visto dar unos grandes rodillazos sin acusar el menor gesto de dolor.

Lo más impresionante para mí en este sentido fue cuando vi a Loli darse un gran golpe en la cabeza (estando en éxtasis) en la arista de un peldaño de cemento. El ruido fue enorme. Los presentes ahogaron un grito de la impresión, pero la niña en éxtasis, sentada en el suelo sonreía, mientras hablaba con la Visión (Al salir del éxtasis la preguntamos sí había sentido dolor. Ella no recordaba ningún golpe y no sentía dolor. En el lugar del golpe tenía un chichón.)

«Cuando el éxtasis es total y perfecto, la insensibilidad es absoluta. Las incisiones más dolorosas, las sacudidas más bruscas, las mismas quemaduras, etc.,... son inútiles para hacer volver del éxtasis antes de que dejen de ver a la Visión. Con frecuencia (como pasaba en Garabandal) los ojos conservan su actividad, pero es para tenerlos fijos en la Visión Divina, con una vivacidad que parece agrandárselos considerablemente.

 No perciben absolutamente nada de las cosas materiales, como puede comprobarse pasando bruscamente por delante de sus ojos abiertos una potente luz o un objeto cualquiera, sin que se produzca el más mínimo movimiento en sus pupilas o párpados.» (P. Royo Marín, Teol. de la Perfección Crist. Nº 467)

REFLEJOS

Las niñas lloran a veces con unas lágrimas tranquilas que les caen por las mejillas. Estas lágrimas corresponden a los momentos que se encuentran extasiadas y parecen ser consecuencia de lo que ven o de lo que oyen, ya que las palabras que dicen son algo así como: «Perdón» o: «Misericordia» o: «No lo volveremos a hacer» o: «Ya se lo diremos»

PARTICIPACIÓN DEL ESPECTADOR

Ellas, según su explicación, no ven a las personas que las rodean pero las sienten con el tacto. Para localizar a las personas que les han entregado objetos para que la Virgen los besase, después de esto haber sucedido, lo hacen de dos formas: Suelen señalar en varias direcciones hasta que la Virgen les dice: «en esta dirección es», y allí está y otras veces es la Santísima Virgen quien las toma de la mano y las lleva hasta estar delante de la persona que buscan para entregarle el objeto besado.

Si eran rosarios o cadenas, a veces ellas mismas se lo metían por la cabeza o se lo depositaban en el bolsillo. Preguntaban a la Visión: ¿«Dónde está el bolsillo»? Ah, ya entiendo... dentro?.

En una ocasión, así me metió una de las niñas unas cuantas medallas en el bolsillo de la sotana después de soltarme un botón. Cuando meten los rosarios o cadenas por la cabeza, una vez que los besó la Virgen suelen decirla: «Cójeme Tú las manos y llévalas, porque yo no la veo.» Entonces el movimiento es mucho más rápido y tan exacto que meten el rosario o la cadena sin tocar ni rozar para nada la cabeza.

Ha habido otros éxtasis con participación colectiva. La Virgen le dijo a una de las videntes que rezase el Rosario en la Iglesia al terminar la Visión.

Como la Iglesia estaba cerrada la niña lo fue a comenzar a la puerta; allí mismo entró en éxtasis. La Virgen le dijo que lo rezase fuerte para que el público allí congregado pudiese contestar. Así en éxtasis fue rezando un Rosario maravilloso por las calles del pueblo, mientras la seguía todo el público acompañándola en el rezo.

No contaba las Avemarías pues no llevaba Rosario ni lo hacía con los dedos, ni se equivocó nunca en el número de Avemarías, pues al terminar el éxtasis y el Rosario la niña nos dijo: «La Virgen nos anuncia cuándo llega el Gloria».

ESPECTACULARIDAD

Las niñas, fuera del éxtasis, cuando están en estado normal, no tienen ansia de espectacularidad; al revés, las gusta huir de la gente que viene a verlas.

Un día, viniendo del prado, al llegar a un alto desde donde se veía el pueblo, dijeron Loli y Jacinta: «Que pena, con lo bien que estábamos solas y ahora otra vez con gente».

Por otra parte a las niñas las gusta que venga gente para que crean, pero sin hacer caso de ella cuando han venido

Las niñas además de a la Visión obedecen a sus padres y a los sacerdotes. No se inquietan para nada, si después de venir mucha gente, no hay visión. Eso demuestra la veracidad de los hechos, pues de lo contrario, siempre hubiera habido éxtasis para demostrar lo que ellas querían, si hubiera sido fingido o un juego de niñas, como decía la pretendida Comisión del Obispado, que nunca llegó a existir formalmente como tal.

Respecto a las descripciones de lo que ven, están las cuatro niñas siempre de acuerdo. También están de acuerdo en lo que oyen cuando están escuchándolo las cuatro.

Hay algunas pequeñas oscilaciones en lo que se refiere al día en que sucedieron determinados hechos y se refieren a que digan que no se acuerdan exactamente de como ocurrió algo determinado y eso es normal.

 Respecto a un milagro o prueba, las niñas dicen que la Virgen les dijo que lo haría.

«Cuando la locución se hace inmediatamente a la inteligencia, no está sujeta a error; mas cuando se hace a la imaginación o a los sentidos pueden caber a veces ciertas ilusiones». (Lalbermant, Doctr. pág. 7.c. 4, a 5).

«No se debe rechazar, sin más, una revelación porque alguna de sus partes o algún detalle sea evidentemente falso. Puede ser que lo restante sea verdadero» (T. de la Perf. Cristiana n2 608)

En la historia de Fátima, se lee así: «A los niños les molestaba esta clase de preguntas.» Se encontraban aún algo aturdidos por lo que habían visto; no era fácil retomar sus pensamientos a los asuntos cotidianos. A algunos les contestaban lacónicamente. A otros de ninguna forma. Por lo general decían: «Es un secreto. No puedo hablar de ello» (Thomas Wash).

Al igual que los videntes de Fátima, los de Garabandal decían y reaccionaban de la misma manera.

He observado, además de lo dicho, la seguridad de las niñas, su paz y alegría, así como su obediencia, aún en contra de la Visión; si sus padres les decían lo contrario, lo más importante -según la Virgen, les decía- era la obediencia.

Las Videntes de Garabandal son niñas de un pueblo remoto donde parece que aún no ha llegado la civilización. No hay teléfono, no hay carretera de acceso, solo un camino de cabras, la luz eléctrica que llega es peor aún que la que puede proporcionar un candil. Algunas de ellas no habían visto jamás un ferrocarril y hablaban un castellano de lo más imperfecto que puede haber.

¿Cómo es posible que cuando estaban en éxtasis o hablaban algo relacionado con la aparición o por ejemplo en algún éxtasis hablaban en griego, latín, alemán, lo hicieran con una perfección nada común en ellas por lo anteriorniente explicado? Sólo cabe la idea de que estaban iluminadas por algo sobrenatural, si no, no es posible que ésto suceda.

LA LUZ

La luz acompaña a todas las visiones. Es como luz de sol pero es una luz diferente. De noche también ven la luz: Esta luz les impide ver las demás cosas excepto las personas de la visión y a las otras niñas que están también participando de la Visión. Cuando una niña deja de ver la Visión y vuelve a la normalidad, las que continúan en la Visión dejan de verla.

LOS OTROS ÁNGELES

Al menos en una ocasión vieron las niñas a la Virgen rodeada de otros Ángeles pequeños, el número era de cinco. En esa ocasión les dijo la Virgen que Ella era Reina de los Ángeles, que por eso la acompañaban los Ángeles.

Recuérdese una analogía con una visión de Santa Teresa, en que vió también Ángeles pequeños.



LA VOZ

A veces sólo tienen locución. No ven a la persona pero sí lo oyen. En estos casos ven también la luz como de sol que es, al parecer, lo que las fija y abstrae de la realidad. La Virgen les dijo que oirían una voz y que la siguieran.

La voz que oyen con más frecuencia es la del Padre Luis Andréu. No le ven, pero le oyen y le sienten la mano cuando las ayuda a levantarse o se la toma para indicarlas dónde está alguna persona determinada. La luz es como de sol pero difuminada y salen rayos hacia abajo. La voz sale de la zona de los rayos, las marchas extáticas son porque ven que la luz y la voz o la virgen se va y ellas la siguen. No saben definir si van corriendo, andando, tumbadas, ni siquiera si se mueven o no. Es una sensación muy diferente.

Al hablar de las llamadas dicen así: «Como si la Virgen nos dijese: corre, corre, y lo sienten por dentro y sin palabras».

Así cuando quieren decir cómo es la voz de la Virgen, se expresaron en una ocasión: «No hay voz como la de Ella».

La sensación que tienen en las marchas extáticas, que es como descansando, o dormidas, pero recuerdan lo que dicen. Al final de una explicación de esas suelen añadir un «bueno, así, o no se». No aciertan a dar más explicaciones algunas veces pues debe ser tan grande lo que ven o escuchan que sus mentes, hasta que se aclaran (como en Fátima) pasa tiempo. La impresión es que no aciertan, en esos casos, a describir algo real que ellas sienten, pero en esto siempre están de acuerdo las cuatro niñas.

«Mas no se puede decir lo que se siente, cuando el Señor le da a entender secretos y grandezas suyas; el deleite está tan sobre cuantos acá se pueden entender, que bien con razón hace aborrecer los deleites de la vida, que son basura todos juntos ... » (Vida 27, 12)

«Los místicos no aciertan a expresar con claridad lo que les pasa». «No hay lenguaje para platicar estas cosas» diría Santa Teresa. La misma santa, al comenzar a describir la contemplación infusa en las Cuartas Moradas, escribe textualmente: «Comienzan a ser como sobrenaturales y es dificultosísimo de dar a entender, si su Majestad no lo hace».

«Sólo a fuerza de metáforas, ejemplos, comparaciones, que no les contentan y otros rodeos y circunloquios aciertan a decir algo de lo que les pasa a los que nunca lo han experimentado. La razón es siempre la misma. La acción sobrenatural de los dones transciende el modo discursivo de la razón humana. Lo intuitivo se percibe, pero no se puede expresar con propiedad a base de discursos y razonamientos humanos» (T. de la P. C: n2 426)

A propósito de la frase de las niñas, queriendo explicar cómo se hablaba en sus marchas y éxtasis me dijeron: «Íbamos como en el aire, como tumbadas, no sé. Como en otro mundo. Era como de día y con sol».

Leyendo después en Santa Teresa, encuentro esta frase de asombroso paralelismo con la de las niñas: «Parécele que todos juntos han estado en otra región, diferente de en esta en que vivimos, donde se le muestra otra luz tan diferente de la de acá... (Moradas VI-cap.V)

Al terminar la visión es, generalmente, o santiguándose, o dando un beso. Pero la impresión, tal como ellas lo explican, es así: «La Virgen se va como si se desharía».

La manera de marcharse la Virgen en Fátima: « ... dieron cuenta por seis veces en 1917, de haber visto una Señora hecha toda luz, que, de pié sobre un pequeño árbol, les hablaba y desaparecía».

A semejanza de lo que ocurrió en Lourdes y Fátima, las niñas de Garabandal hablaban en sus visiones de las incidencias del día especialrnente de los temas que las impresionan más y sobre todo de los sacerdotes y religiosos que vienen.

En el caso de Bernardita Soubirou, esta parte de los diálogos con la Virgen era la que provocaba risas y burlas en los que la escuchaban. De hecho parece significar una especie de manifestación de su alma y conciencia, con un lenguaje tan sencillo y elemental como el que emplean en sus conversaciones normales.

MILAGRO

Desde que D. Valentín (el párroco) les dijo a las niñas que pidieran a la Virgen un milagro, para poder tener una prueba y creer, a las niñas se las ha oído varias veces pedirlo a la Santísima Virgen. Al decirle las niñas a la Virgen que muchos no creían, la Virgen sonreía y contestaba «Ya creerán»; ésto lo ha repetido la Virgen muchas veces.

Dicen que la Virgen les habla de que habría un milagro pero aún no saben más.

REZAR

Rara es la visión en que las niñas no recen el Rosario o la estación a Jesús Sacramentado. Las niñas no cuentan nunca las Avemarías y jamas se equivocan. Ellas dicen que la Virgen las avisa cuando el «Gloria».

La Virgen al parecer reza con ellas la parte que le corresponde, a veces el Avemaría y a veces el Santamaría. La fórmula que emplean normalmente es la que les enseñó mi hermano Luis Mª y yo «Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo, bendita eres entre las mujeres.... ». La estación al Santísimo la rezan con el «Viva Jesús Sacramentado».

Este tema de rezar con la Virgen presenta analogías con Lourdes y Fátima, a la vez que parece poner de relieve la devoción al Rosario y al Santísimo Sacramento.

NO TE VAIGAS

Es muy frecuente cuando están en estado de trance oír decir a las niñas esta frase «No te vaigas ¿eh?». Así expresan su deseo de continuar en estado de trance, aunque a veces se les ha oído decir también: «Bueno, cuando usted quiera pues se va». (Hablando con el P. Luis María Andreu que según ellas está en el cielo).

Otras veces, en estado de trance, vuelven a la realidad por espacio de un minuto o de varios minutos y de nuevo entran en Visión en una fracción de segundo.

Son interesantes las palabras de Santa Teresa, como expresión de este «no te vaigas» y de este entrar y salir brusco. «No osa bullirse ni suenearse, que de entre las manos le parece que se la ha de ir aquel bién, ni resolgar algunas veces no querría. No entiende la pobrecita alma que, pues ella por sí, no pudo nada para traer aquel bien, que, menos podrá detenerle más de lo que el Señor quisiere» (Vida, 15-1).

Es interesante leer todo el número (42, o 421) de Teología de la Perfección Cristiana del Padre Royo Marín 0.P:, del que aquí cito solamente algunas frases: «Nadie consigue ponerse en contemplar cuando le plazca».

Esto se ha observado muchas veces, en realidad siempre en las niñas de Garabandal, que tienen que estar esperando, sin poder adelantar acontecimientos a pesar de sus grandes deseos. «A veces se recibe de improviso (sin ninguna preparación previa) y otras veces no se recibe por mucho que el alma se prepare para ello».

He visto a las niñas, una vez recibida la tercera llamada, entrar en éxtasis, salir, volver a entrar, etc... sin aviso previo. O quedando en trance agarrando en sus manos los objetos que tenían v. gr. una linterna, un vaso, el vestido o, la mano de otra niña, dejando a medio terminar una palabra, etc.

Otras veces han estado esperando, recogidas, aisladas de todos, y la espera ha sido en vano. Se ve claramente que no está en ellas entrar o salir del estado de trance.

«Nada hay más propicio para inspirar sentimientos de humildad. Porque el alma ve claramente que desempeña un papel muy secundario».

Es muy frecuente oírles respuestas llenas de humildad, cuando se les pregunta referente a esto: «No sé cuándo». «Donde ella diga». Al preguntarlas: «¿Siempre vais a ver a la Virgen?», dicen: «no sabemos, o no sé». «¿La vais a ver mañana?». «No sé, o no sabemos».

Cuando afirman que la van a ver, es porque Ella se lo ha dicho, o han tenido llamada, o porque se ha despedido hasta mañana.

Al principio, las niñas (cogíamos a correr) se escapaban del público que subía a verlas; dicen ellas que la Virgen les dijo que no huyesen, sino que, si las preguntaban algo que podían responder las cosas que ellas sabían podían decir. Desde entonces ya no huyeron.

Otro consejo es «que seamos modosas». Ellas me lo interpretaban como que significaba que no debían ser vanidosas, vestirse con sencillez y ser humildes. Dicen las niñas que la Virgen les repite mucho el consejo de que sean obedientes.

Les ha dado el consejo de hacer sacrificios. Ellas no sabían el significado de la palabra. Se lo preguntaban a los sacerdotes. Yo les tuve que dar la explicación.

Les infunde horror el pecado. A Conchita, estando extasiada, se le oyó decir: «Esos son pecados, quítamelo, no lo quiero ver» le dijo a la Virgen y lloró.

En otro éxtasis Mª Loli estuvo mucho rato, como veinticinco minutos, y se la vio cómo le corrían las lágrimas por la cara al tiempo que exclamaba: «Misericordia, misericordia». Después comentaron que la Virgen les había dicho que lo que más ofende a Nuestro Señor es el pecado.



PROGRESO ESPIRITUAL DE LAS NIÑAS

No es fácil calibrar el progreso espiritual de un alma, como no sea para un director espiritual con quien se tenga un trato constante. El progreso espiritual de las niñas, había que medirlo más por lo interno que por lo externo. Por eso se notará en el ejercicio de las virtudes.

Dice Santo Tomás: «La gracia es doble; una por la cual el hombre mismo se une con Dios y se llama gracia gratum faciens; otra por la cual el hombre coopera a que el otro se vuelva a Dios, y esta se llama gracia gratis data, porque está sobre el poder de la naturaleza, y se concede al hombre por encima del mérito de la persona. Pero no se la da, para que quede el mismo justificado, sino más bien para que coopere a la justificación de otro, por eso se llama gratum faciens». Y de ésto dice el Apóstol (1 Cor. 12-27): «A cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu para común utilidad, esto es, para utilidad de los demás». (I-Il, 111, I).

«Que la causa instrumental de que Dios se vale para producir tales hechos milagrosos -el hombre- no necesita estar unida sobrenaturalmente con El por la caridad, ni mucho menos ser un santo».

«Que estas gracias gratis datas, no santifican de suyo al que las recibe, el cual puede recibirlas en pecado mortal, y permanecer en el después de recibirlas (Teolo. de la P. Crist. ng 5 5 2).

Y al contrario, dice Suárez, «las gracias gratis datas, aunque se dan para utilidad de los demás, sin embargo, puede y debe el que las recibe, procurar con su uso la propia utilidad y provecho espiritual» (De gratia, prolog. 3 ch. n" 7)

En las primeras oraciones contemplativas, la transformación no es tan profunda que desaparezcan del alma toda clase de defectos, incluso voluntarios. Y así se equivocaría grandemente el director espiritual que juzgare ilusoria la contemplación de un alma sujeta todavía a ciertos defectos, que provienen muchas veces más del temperamento y del carácter que de la propia voluntad. La contemplación ayuda eficacísimamente a la santificación de un alma, pero no produce instantánea y necesariamente un Santo (Teol. de la P. Crist. d 43 l).

PERDONAR

Especialmente a un sacerdote que la forzó a decir el secreto, haciéndoles poner un palote por cada letra, en un papel, junto al Altar Mayor, muchas veces decían en trance, que le perdonaban. También lo decían en estado normal, añadiendo que la Virgen les dijo que perdonasen. Lo mismo a los médicos u otras personas que las pinchaban, quemaban con cigarrillos o hecho pruebas más o menos dolorosas, o que intentaban sacarlas de Garabandal.

HUMILDAD

Desde que comenzaron los sucesos de Garabandal, se mantienen las niñas en humildad. Lo demuestran en la manera de vestir, en la manera de hablar, en el poco caso que hacen del público que viene a verlas, y en los trabajos humildes que hacían y siguen haciendo delante de todo el mundo, en la docilidad ante los sacerdotes aunque sean desconocidos.

Conchita era la única que llevaba pendientes y en un trance delante de la Iglesia preguntó a la Virgen «¿Qué tengo yo de malo? ¡Ah, bueno!». Volviendo a la realidad corrió a su casa y se quitó los pendientes y una pulsera. Volvió corriendo y nada más llegar a la Iglesia quedó de nuevo en trance.

VIDA DE PIEDAD

Desde que comenzaron los sucesos, las niñas comulgan todos los días. Oyen todas las Misas que se celebran y rezan varios rosarios cada día.

El día 8 de Agosto dijo Mª Cruz a la Virgen en una visión: «Ahora sí sé mejor rezar, antes sabía mejor jugar». Al preguntar las niñas a la Virgen qué quiere de los españoles les respondió: «Que confiesen y comulguen».

SACRIFICIOS

Desde que han aprendido el significado de la palabra «sacrificio» lo han estado practicando; por ejemplo, repartir entre otros lo que tienen, si les hacen regalos se desprenden de ellos, el no ponerse pulseras y chucherías, etc.

LIMPIEZA DEL ALMA

La conciencia no la tienen aún bien formada y así no diferencian lo que puede ser pecado mortal, venial o nada, pero se ve que tienen deseos de enterarse. Preguntan a la Virgen si son pecado tales o cuales cosas.



EL PECADO

El horror al pecado va tomando en ellas el aspecto de reparar por los pecados de los hombres, pero los pecados de los hombres en ellas no tiene sentido correcto, sino solamente de algo que entristece a Dios y a la Virgen.

La manera de ser, reaccionar, etc... es de modo infantil, ya que aunque la edad de las niñas es de 12 años, su psicología corresponde a la que va entre los 8 y 9 años de niñas de ciudad.

Garabandal no tiene carretera, por allí no pasan trenes ni automóviles y fuera de las multitudes que ahora acuden por las Apariciones antes no llegaba nadie.

En uno de los diálogos que he presenciado, tal vez el más dramático que he oído, hablando con la Virgen, una de las niñas veía algo que la hacía decir con angustia: «¿Esa cinta qué es? Ah, la cinta de los pecadores... no la quiero ver … quítamela … qué miedo me da, muchos pecadores… ». Por la cara de una de las videntes corrían lágrimas abundantes y se le escuchó decir: «Misericordia, misericordia».

MODESTIA

La modestia de las videntes en su manera de vestir, de andar, de hablar, de mirar etc, es el cumplimiento del consejo varias veces repetido por la Virgen. No les gustan las mujeres escotadas, de hecho una de las niñas rehusó retratarse con una señora que estaba demasiado escotada.

PACIENCIA

Se ve al tratarlas que la paciencia que tienen es muy grande. Prefieren no estar con la multitud; pero desde que la Virgen les dijo que respondan cuando puedan, lo hacen con dulzura.

La gente, cuando las ven, las tocan, las besan, han llegado hasta a cortarlas trozos de pelo y ellas nunca se han enfadado. Cuando les hablan y están cansadas, en días de aglomeración, se limitan a callar y sonreír.

LOS SACERDOTES

Desde el principio manifestaron las videntes una especial predilección por los sacerdotes y religiosos. Contaban los que llegaban, se fijaban en sus hábitos y se lo contaban a la Virgen. La Virgen les aconseja la obediencia a sus padres y a los sacerdotes, aunque no los conozcan.

EL DIABLO

El día 29 de Agosto a las 00:30 Poco más o menos empezó el trance. Loli tenía un frasco con agua bendita y lo lanzó pues le habían dicho que las Apariciones podian ser del diablo, y al hacerlo dijo después del trance: «La Virgen sonrió».

Leyendo la historia de Lourdes encuentro esta frase: «Bernardita se levantó y comenzó a echar agua bendita a la Visión. La Señora sonrió» (Redención, agosto, septiembre, pág. 354, párr. 49).

CONVERSIONES

Las personas que han acudido a Garabandal han experimentado reacciones diversas. Entre los efectos espirituales existen bastantes cambios de vida; incluso que yo sepa, dos conversiones al catolicismo. Estas conversiones son del protestantismo. Uno de ellos es persona de alguna edad. Ambas conversiones están ahora en período de instrucción y preparación, para el paso definitivo.

Después de treinta años que se escribió este informe estas personas dan gracias a Dios hoy por haberles dado la gracia de su conversión en Garabandal.



CONCHITA EN SANTANDER

Una de las cosas que se leen en la historia de Lourdes es esta: «La comisión informó un montón de vaguedades y dado que interesaba hacer desaparecer a Bernardita de aquel escenario, la conclusión del informe era que si bien no necesariamente, convenía llevarla a una casa de salud. La intervención del párroco Peyramale, impidió que Bernardita fuera encerrada en un manicomio». Sé bien cuales son mis obligaciones de pastor -dijo con firmeza a las autoridades-. No se ha demostrado que esta niña esté loca, y por lo tanto, no consentiré que la encierren ... ». Cuando el pueblo de Lourdes se enteró de que querían llevarse a Bernardita, casi se amotinó.

Cuando la mayor de las cuatro videntes, Conchita, fue trasladada a Santander al Obispado, acompañada de su madre, tuvo un éxtasis viendo a la Virgen y otro día tuvo una locución.

No volvió, a lo que parece, a tener más visiones en Santander, hasta que llegó de nuevo a Garabandal. Entre las cosas que hizo la niña en Santander una fue que la llevaron varios días a la playa. Dice la niña que le enseñaban fotografías y hacían con ella otras experiencias, sin duda a modo de test (por mandato del Obispado sin duda alguna, que fue quien la mandó a buscar). La finalidad fue la de sacarla del ambiente en que la niña vivía, y pensaban influía en las visiones (¿Entonces por qué tuvo visión y locución en Santander?).

De vuelta a Garabandal y sin yo preguntarle especialmente a la niña sobre el período de vida en Santander, ella, «delante de algunas otras personas, me dijo: «Me ha dicho la Virgen que en Santander no me vino a ver más porque iba a la playa, Pero ahora ya me he confesado».

Hubo otros incidentes durante su estancia en Santander, son varias las versiones que me llegan; prefiero silenciarlas aquí, aun dando por supuesto que la niña, ante ciertas preguntas o documentos de determinadas personas (que no quiero nombrar) llegase a no decir la verdad, por miedo a ser castigada o recluida.

El dato que aporta D. Valentín (el párroco) es el de que a las niñas en Garabandal, en una Visión, les dijo la Virgen que Conchita la estaba viendo (era en Santander).

Las niñas hacen muchas preguntas a la Virgen y dicen que cuando no quiere responder, sonríe.

Leyendo la historia de Lourdes y Fátima, nos encontramos con el mismo caso. Dicen las videntes de estos lugares que cuando preguntaban a la Virgen y la Señora no quería responder, sonreía.

MAGNETOFÓN

Hay una escena sucedida en los primeros días del mes de Agosto, que se refiere a un magnetofón. Un señor llevó un aparato magnetofónico de pilas y grabó lo que las niñas dijeron en un trance en el pinar. La referencia de este suceso la tengo por D. José Salceda de Aguilar de Campóo, testigo de lo que aquí cuento.

Al terminar la visión pusieron en marcha el magnetofón para que las niñas lo oyeran. Acabado lo que correspondía al éxtasis, les tornaron algunas palabras a las niñas, en conversación normal, y les dijeron que pidieran a la Virgen que hablara por el magnetofón.

Estando en esta conversación, entraron las niñas de golpe en éxtasis. En este estado piden a la Virgen que hable por el micrófono, para que su voz quede grabada.

Terminada la visión y retiradas a sus casas, las videntes en compañía de sus padres, pusieron los que quedaron, que fueron bastantes personas, a funcionar el magnetofón para ver cómo había quedado grabado el trance. Al llegar a la frase de las niñas, en que pedían a la Virgen que hablase, «se oyó una voz inconfundible, dulcísima (son palabras textuales de D. José) que saliendo del aparato, dijo "No, yo no hablo"».

La emoción fue enorme y muchos llorando decían que eso debían llevárselo al Papa. Volvieron a ponerlo y en medio de la emoción, cuando llegaron a las frases citadas, no oyeron nada.

Bajaron desconcertados a casa de Conchita, que no había participado en la mencionada visión, para que oyera lo que habían hablado durante el éxtasis sus compañeras. Al llegar a las frases citadas, volvió de nuevo a oírse la voz que decía: «No, yo no hablo». Al oírla Conchita sonrió y dijo muy contenta, que era la Virgen la que hablaba. Volvieron a querer oírlo de nuevo, pero no se sabe que se haya vuelto a oír.

Las niñas al terminar la Visión, dijeron que la Virgen sonreía, cuando a Ella la decían que hablase por el micrófono. Una escena análoga a ésta del magnetofón, guardando la distancia de tiempo y medios, es lo ocurrido en Lourdes. Cito a Redención (agosto-septiembre, pág. 354) «... Continuaron rezando el Rosario. Cuando concluyó, la señora (una de las hijas de María) dio a la niña un tintero, papel y pluma y le dijo: Pregúntale a esa Sra. que es lo que quiere y pídele que lo ponga por escrito».

Bernardita obedeció. Se levantó y se dirigió hacia la gruta. Pocos momentos después volvió junto a las dos mujeres: «La Señora se ha sonreido cuando se lo he dicho».

PADRE ROYO MARÍN

El P. Royo Marín estuvo en Garabandal el día 8 de Agosto. Aunque subió como todos escéptico, a la vista de lo ocurrido ese día, cambió de opinión y dijo repetidas veces: «Aunque no soy infalible, pero soy especialista en la materia, tengo cuatro notas que no pueden fallar y que me hacen afirmar que ésto es sobrenatural».

Dado el prestigio y sabiduría del P. Royo Marín en la materia, y sus publicaciones sobre el particular, en especial «Teología de la perfección Cristiana» es conveniente, recogiendo su opinión, tomarla en cuenta para un estudio serio, sobre los acontecimientos de Garabandal. Repetidas veces ha manifestado su opinión.


http://www.virgendegarabandal.net/mita21.htm