El usurpador tomará el puesto que no le pertenece


Enero 27/2010

Hijos carísimos: venid y formad parte de mi Ejército Victorioso. Estáis en los umbrales de la Nueva Jerusalén. Os ha tocado el tiempo de la tribulación y de la justicia, tantas veces profetizado. Os falta poco
tiempo para que todos los acontecimientos predichos por mí en muchas de las apariciones, se cumplan.

Pedid la luz del Espíritu Santo, clamadle el don del discernimiento para que comprendáis que las señales y los avisos del Cielo apuntan al segundo advenimiento de mi Hijo Jesús, que está muy próximo. No seáis irracionales y mulos, no vayáis en contra de los designios de Dios, no interpretéis equivocadamente el libro del Apocalipsis; anatema es aquel que contradiga la Palabra, herejes son aquellos que se atreven a decir que lo que está escrito no todo se cumplirá, no acomodéis más las profecías bíblicas a vuestro antojo, no tergiverséis su sentido saliéndoos de la verdad.


Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; se desata una batalla espiritual entre las potestades del Cielo y los principados del infierno. Luchad junto conmigo, venceremos al dragón rojo y a la bestia negra; satanás y sus demonios serán arrojados al fuego eterno.
Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; os marcaré con el signo de la cruz; el adversario no podrá sustraeros de los caminos del Señor. San Miguel Arcángel es vuestra defensa. Yo que soy vuestra Madre os arrullaré entre mis brazos como a niños pequeños, como recién nacidos que necesitan ser amamantados de leche espiritual; venid y formad parte de mi Ejército Victorioso. Os haré mis soldados valerosos, ganaos una morada en el Cielo batallando contra las huestes del mal.

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; el imperio de satanás pronto será destruido, le ataré con la cuerda del Santo Rosario para que no vuelva a haceros daño; pronto Jesucristo vendrá a instaurar su reino en la tierra. Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; debilitad las fuerzas de satanás con la oración, el ayuno y la penitencia; armas poderosas con la que será aniquilado.

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; os esconderé en el refugio de mi Inmaculado Corazón porque grandes pruebas os esperan; la purificación llegará a su culmen, la tierra entera será renovada; bolas de fuego descenderán del cielo, sólo sobrevivirá la tercera parte de la humanidad.

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; os queda poco tiempo para que las puertas de la Nueva Jerusalén se abran de par en par.
Convertíos de corazón y volved vuestros ojos al Señor. Él os perdonará. Él ha condonado vuestra deuda con su muerte en cruz.

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; estáis en tiempo de oscuridad, pronto aparecerá el hijo de la perdición; su sagacidad será tal que engañará a algunos de mis elegidos.

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; la Iglesia está entrando en un período de consternación; pronto la silla de San Pedro estará vacía; el usurpador llegará a tomar el puesto que no le pertenece.

Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; no deis más tregua a satanás; abrazad el madero de la cruz y empezad el camino de la mortificación y de la penitencia.

Pronto mi Inmaculado Corazón triunfará.
Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso, atended a los llamados angustiosos de vuestra Madre Celestial; el diablo anda como león rugiente queriéndoos devorar.
Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; pronto escucharéis el toque de la trompeta; vuestro corazón estará sobresaltado por los sonidos estentóreos del cielo.
Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso: soy María, Maestra de los apóstoles de los últimos tiempos, que os educará con sus lecciones de amor, os dará toda la sabiduría necesaria en este tiempo de tribulación, os despertará de vuestro sueño letargo abriéndoos vuestros ojos a una realidad; realidad en la que los acontecimientos hablan por sí solos; realidad que os hace sentir cercano el triunfo glorioso de Jesucristo.


Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; ya no hay tiempo de decidir; el cáliz de la amargura será derramado en toda la tierra; la humanidad entera enfrentará grandes pruebas; pasará por el fuego del sufrimiento; la Iglesia llegará al máximo esplendor porque las obras de las tinieblas serán disueltas, los rayos del Señor resplandecerán en el Nuevo Mundo.
Venid y formad parte de mi Ejército Victorioso; consagraos a mi Inmaculado Corazón; seré vuestra Madre y os trataré como a hijos muy amados; las puertas del Cielo se encuentran abiertas, haced en todo la Divina Voluntad, cumplid con los mandatos de Dios y entraréis a tomar posesión de una de sus moradas; el infierno está atestado de almas condenadas; temedle al suplicio eterno; acogeos a la bondad y misericordia Divina; dejaos rescatar por mí. Os esconderé en mi Virginal Corazón.



La Virgen a Agustín del Divino Corazón