V Montesinos entrevista a "Discípulo"


Mensaje de El Discípulo, 22 Agosto de 2018  (1ª parte):

Dado por la Virgen María a las 8:40 h. de la mañana. Villa Guerrero, Estado de México.

Amados hijos Míos de toda la Tierra que escucháis Mis palabras y Mis mensajes, que os doy de corazón:

Todos son para vuestra edificación personal, para la edificación de Mi Iglesia, del remanente fiel, que lucha por sostenerse en la Verdad, en el abandono total a la Voluntad Divina de vuestro Padre Celestial, confiando plenamente en la Palabra de Mi Hijo Jesucristo en Quien reside toda la Verdad y la Luz para la inteligencia humana.

El Universo entero se sacude ahora con la total confusión de una noche negra, de obscuridad total.

En donde los que dicen que ven, están ciegos; y los que dicen que oyen, están sordos.

Poned atención a Mis palabras y vivid de acuerdo a la Santa Voluntad de Mi Padre, vuestro Padre Celestial, que os bendice a todos los pueblos y Naciones de la Tierra.

Y de acuerdo a las promesas hechas a Abraham, que se han ido transmitiendo de una generación a otra generación: cuando sea establecido el orden total en esta Tierra y haya sido desterrado totalmente el desorden provocado por el enemigo de las almas, por el enemigo de la salvación, entonces, brillará la luz como la Aurora; entonces levantaréis vuestros ojos al cielo para contemplar la divina Majestad de vuestro Creador, Quién hizo todo con Su Palabra desde el principio. ¡Y con Su Palabra lo volverá a renovar!

Para que todo tome consistencia en Mi Hijo Jesucristo, Quién merece ser alabado, adorado, bendecido en todo instante y momento.

Os advierto queridos hijos que habéis entrado al umbral del Cisma más grande, de la confusión más terrible y de la oscuridad total, en la que muchos serán engañados.

Vivirán en ese engaño y propagarán el error y el engaño a través de una religión falsa que hará resaltar las comodidades y los placeres de esta Tierra, olvidando el Santo Sacrificio del altar como lo más importante para la salvación de las almas.

Por esto, Mis palabras os anuncian que se empieza a efectuar el acto más sublime de la Misericordia del Sagrado Corazón de mi hijo Jesucristo. Que en Su Perfecta Justicia, nada ni nadie escapará ante esa perfecta Justicia en la que se implantará la ley del Amor Verdadero; la Ley y el amor del Corazón de vuestro Padre Celestial, Quien espera en todo momento una respuesta de todas las almas de todos Mis hijos en la Tierra. Una respuesta de donación, una respuesta de confianza, de esperanza y de fe.

Cuando los cimientos y las bases de la Tierra sean conmovidos por el poder de vuestro Padre Celestial, entonces, comprenderán muchos que Mis palabras eran necesarias para este tiempo.

Como una madre que avisa a sus hijos de su manera de comportarse y vivir en esta Tierra para que alcancéis las más sublimes Gracias y Bendiciones de Vuestro Padre Celestial, que está en los cielos y que se hace cercano a vosotros a través de Mi Corazón Inmaculado, Yo soy vuestra Madre y os doy paz en vuestros corazones. Yo quiero que tengáis esa paz de Mi Hijo Jesucristo en los corazones de ustedes. Y que nunca habite la maldad, el desasosiego, las dudas y la confusión.

Porque, en eso incluso están cayendo Mis almas consagradas; en el error y la propagación de ese error; en el espíritu de la blasfemia y la degradación de lo espiritual hasta llegar a un conformismo, hasta llegar a una situación, en la que no admiten ninguna corrección porque la soberbia del diablo dominó sus corazones, porque apegaron su corazón a las riquezas, a las comodidades del mundo y al pensar del mundo.

¡Estáis hijos Míos entrando al umbral del Cisma!

El espíritu de la blasfemia y del error del falso profeta, arroja veneno sobre las cosas sagradas, sobre la Casa de vuestro Padre Celestial, en donde se realiza el Milagro más grande de la vida espiritual para las almas.

Porque muchos perecen por falta de conocimiento; y los que saben, aún lo poco que saben se lo guardan por falsos respetos humanos, por miedo, por inseguridad, por confusión; porque todavía no están seguros que el Espíritu Santo está dirigiendo los destinos del mundo.

Para aquellos que saben escuchar, para aquellos que tienen sus oídos abiertos, sus ojos abiertos a los deseos de Mi Corazón Inmaculado, sólo Yo doy Paz a Mis hijos; pero cuando éstos comienzan a confundirse, cuando comienzan las dudas en los corazones de Mis hijos, ya no se cumple La Voluntad de Mi Padre.

Porque la perfecta acción del Espíritu Santo, se da en aquellos hijos Míos, que están seguros de la misión que han recibido y han de cumplir. Y hacen entonces sacrificios y oraciones y se abandonan totalmente a la Voluntad Divina del Padre en su Misericordia. Tenéis un Padre Bueno, Mis hijos.

Si vuestra Madre ahora crítica a la Iglesia contemporánea, es porque ha caído en el error de luteranismo, de una iglesia protestante y falsa, de una herejía que se está perpetrando ahora cómo una traición. ¡Esto es la Apostasía que viene!

Muchos apostatarán de su Fe Católica, que habéis recibido de vuestros antepasados, simplemente por prestar oídos a toda clase de murmuraciones y calumnias contra el Sagrado Cuerpo de Mi Hijo Jesucristo que está en el altar y Quien merece ser adorado de rodillas.

Postraos ante Él, doblegando vuestro corazón y vuestra cerviz, vuestra soberbia ante Él para que tengáis la paz y la valentía de saber defender las Cosas Sagradas. Este es un llamado de vuestra Madre del Cielo.

¡Defender las Cosas Sagradas, es vuestra misión, guerreros Míos de La Fe! ¡Abandonaos a Mi Corazón! Yo vuestra Madre, os protejo de las asechanzas del demonio, en cuanto el mundo se envuelve en la densa oscuridad del falso profeta en las herejías, las blasfemias, toda clase de sacrilegios, falta de respeto a la Casa de Mi Hijo Jesucristo donde Él quiso quedarse Eternamente, vivamente Presente en el Santísimo Sacramento que contiene en Sí Mismo, Su Cuerpo, Su Sangre, Su Alma y Divinidad.

Por eso, Mis hijos de la Tierra, ¡reparad ahora, que es el tiempo! Inclinad vuestras cabezas y no os llenéis de soberbia.

Vuestros pastores, se han equivocado -en su mayoría- en el camino, por la falta de oración; porque han abandonado el camino del sacrificio, ayuno y penitencia; y porque se acomodan fácilmente al pensar del mundo, sin invocar Mi ayuda y Mi protección. Yo soy la Madre de los consagrados.

Yo los cuido y los protejo, aun cuando ellos no quieren Mi protección, no la piden, no me la solicitan… aún así, de todas maneras, Yo ruego a Mi Padre, para que sus almas, no vayan a la condenación eterna.

Porque el error más grande de los consagrados, es sostener en la ignorancia y en la mentira a aquellos que deberían ser salvados por conocer la Verdad por vuestro testimonio y por vuestras palabras de la abundancia del corazón habla la boca.

Yo soy vuestra Madre del Creador y Madre de la Iglesia. Tenéis que rectificar muchas cosas, porque la Justicia Divina de vuestro Padre se ha acercado hoy más que nunca a vosotros.

Por eso, os enfrentareis a grandes calamidades, a grandes pruebas y durante un período corto de purificación y tribulación. Vuestras lágrimas serán secadas con el Rocío del Cielo. Y recibiréis en vuestras almas la fortaleza para permanecer firmes, hasta que sean abiertos Cielos Nuevos y Tierra Nueva, hasta que la herejía haya desaparecido totalmente de la faz de la Tierra; y las palabras de Mis consagrados, y de los que dirigen ahora Mi Iglesia, sean puras y santas, venidas del Corazón de Mi Padre, que es Amor, cuyo acto sublime final de su Misericordia es Su Justicia Perfecta. ¡Ésta Justicia está pronta a caer sobre la Tierra!

Ya Mis Ángeles, Mis Mensajeros y Profetas van de un lugar a otro, pero muchos no quieren escuchar la Verdad y se tapan los oídos gritando: “dejadnos, dejadnos hacer lo que nos hace felices en esta Tierra, el pecado; no nos habléis de Dios” .

Habláis blasfemias de Mi Hijo Jesucristo, enseñáis equivocadamente la Fe, con un ecumenismo falso, del cual Yo como Madre de la Iglesia, no estoy de acuerdo.

Y digo a Mis hijos: ¡rectificad el camino antes de que sea tarde!; antes de que los ejes de la Tierra sean movidos y los anillos de la fuerza que la sostienen se desintegren, abriendo grandes grietas sobre la Tierra, de donde surgirán las plagas, para todos aquellos rebeldes, que no han escuchado la Voz de Dios en su corazón.

Jesús Mi Hijo amado, es El Buen Pastor. Yo como Madre, os digo como en las bodas de Canaán: “Haced lo que Él os diga”.

Llenad vuestros corazones del Amor sublime y sagrado; y que de vuestros labios, de vuestra boca y garganta no salgan palabras ofensivas al Sagrado Corazón de Mi Hijo Jesucristo en su Sagrada Presencia Eucarística.

Porque Él se da cada día a través del Misterio de la Fe, cuando vivís realmente la Santa Misa, como Yo quiero que se viva: con amor, con respeto, con santidad; porque muchos no saben ni entienden su significado.

Es Dios , es Mi Hijo, Quien se os entrega enteramente.

Él os hace sublimes en el amor y os acerca al Corazón de vuestro Padre Celestial, cuyo acto final de Su Misericordia será su Justicia Perfecta mediante los Truenos y Avisos Celestiales.

El Universo entero se conmoverá pronto, con muchas noticias.

De aquí a 3 meses escucharéis noticias graves que están sucediendo en el mundo nunca antes conocidas.

Mientras, en el espacio sideral se acerca la conjunción de los astros, se acerca el movimiento galáctico más fuerte que conmocionará vuestro Universo.

Por eso debéis consagraos todos a Mi Corazón cada día. Cada día debéis hacer vuestra Consagración de corazón. No solamente con palabras, sino también con hechos, sino demostrando que sois verdaderos hijos Míos.

¡Oh, amada Humanidad! ¡Oh, Iglesia Mía! Escucha dentro de tu corazón la voz de tu Madre Celestial que os entrega este mensaje para todas las naciones. Yo deseo que sea conocido y que lo escuchéis y lo deis a conocer porque grandes acontecimientos están a la puerta.

Habéis entrado al umbral del Cisma y la herejía del falso profeta se está extendiendo sobre la Tierra y el mundo se está cubriendo de tinieblas en vez de cubrirse de luz por falta de oración de Mis consagrados.

¡Ah!, sacerdotes Míos, volved vuestro corazón a Jesús Sacramentado, porque de esto depende vuestra salvación eterna. Y hacer caso omiso de Mi llamado, también significa, que el diablo os atrapará con sus zalamerías, con sus engaños, con sus intuiciones sutiles, que sin el discernimiento pastoral no podrán detectarlo y envenenará vuestras almas. ¡Despertad ahora, escuchando la voz de la Madre del Cielo!

¡Yo soy vuestra Madre, Madre de la Iglesia! ¡Yo soy vuestra Señora Reina de la Paz! Recibid la Bendición de San José, de Mi Hijo Divino El Niño Jesús, a Quién tengo en Mis brazos. Recibid la bendición de Padre Pío. Recibid la bendición de San Francisco de Asís.

Ave María Purísima, sin pecado concebida
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.