El obispo Athanasius Schneider escribió el 24 de junio que el Vaticano II necesita correcciones y por qué.
Este texto se lee como una respuesta a la demanda del Arzobispo Viganò de que el Vaticano II sea desechado por completo.
Schneider quiere corregir los siguientes problemas en el Vaticano II:
- la afirmación de que la libertad religiosa es un derecho querido por Dios para practicar incluso una religión falsa;
- la afirmación de que se puede distinguir entre la Iglesia de Cristo y la Iglesia Católica de forma que la primera "subsista" ("subsistit in") en la segunda;
- la actitud del Concilio hacia las religiones no cristianas y el mundo.
Schneider enfatiza que el Vaticano II expresamente no quería presentar enseñanzas infalibles, se veía a sí mismo como un concilio pastoral, y no era claro. Lo prueba diciendo que Pablo VI sintió la necesidad de publicar una nota explicativa sobre la Lumen Gentium.
Schneider describe el impacto del Vaticano II como "catastrófico". Elogia al fundador de la Fraternidad de San Pío X, el arzobispo Marcel Lefebvre, quien criticó fuertemente al Vaticano II y compara su franqueza con la de algunos grandes Padres de la Iglesia.
Schneider critica la tendencia incluso antes del Vaticano II. Con Benedicto XV (+1922) comenzó una infiltración de los obispos con un espíritu secular y modernista que siguió creciendo hasta el Concilio.
También Juan XXII (+1963) a quien Schneider no considera un modernista, mostró un complejo de inferioridad hacia el mundo, pero "ciertamente" tenía buenas intenciones, cree Schneider.
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