El Vaticano ensalza al gran blasfemo, José Saramago

Saramago, como tantos otros, podría haber estado al servicio de los masones illuminatis para promover el ateísmo y el comunismo

El Osservatore Romano, diario de la Santa Sede, criticó (en 2010) la postura ideológica de José Saramago, el escritor portugués premio Nobel de Literatura, afirmando que parecía del todo indiferente ante los crímenes del comunismo: del Gulag, de las purgas, de los genocidios, de los ‘samizdat’ culturales y religiosos .

Saramago, escribió el crítico Claudio Toscani, era “un hombre y un intelectual sin ninguna admisión metafísica, clavado hasta el último momento en su obstinada confianza en el materialismo histórico, alias el marxismo”.

Toscani agregó que Saramago se autocolocó "de la parte de la cizaña en el campo de grano evangélico" y señaló que "un populista extremista como él, que se hacía cargo del porqué de los males del mundo, habría debido antes que nada aplicar el problema a todas las estructuras humanas erróneas, desde las histórico-políticas a las socioeconómicas, en vez de saltar al detestado plano metafísico y culpar, de manera demasiado cómoda y carente de cualquier otra consideración, a un Dios en el que nunca creyó debido a su omnipotencia, a su omnisciencia, a su omnipresencia".

Saramago fue enfrentado severamente por la Iglesia Católica portuguesa por su “El Evangelio según Jesucristo” donde se mofaba del Redentor y lo presentaba como amante de María Magdalena. En alguna ocasión agregó a sus blasfemias que "Dios no es de confiar". (fuente: Catolicidad)

-Y por contraste, en 2020 el Vaticano de Fco, a través del mismo Osservatore, lo ensalza; fuente :

Con el artículo titulado "Saramago y la miopía del mal", del periodista de L'Osservatore Romano Sergio Suchodolak, el Vaticano parece pedirle disculpas a José Saramago, (...)

Elogiando su Ensayo sobre la ceguera, la novela de Saramago que le valió el Premio Nobel de Literatura en 1998, el artículo del medio vaticano enmienda las discrepancias del pasado y valora que el autor "trató de poner de relieve el factor humano" en sus historias.
Mordaz con la Iglesia Católica en algunas de sus publicaciones, de Memorial do Convento al Evangelio según Jesucristo, Saramago dijo, al presentar su última novela, Caín, que la "Biblia era un manual de malas costumbres".
Sin embargo, L'Osservatore Romano, en tiempos del Papado de Francisco, ha aprovechado la coyuntura de la pandemia del coronavirus para recordar Ensayo sobre la ceguera como una novela profundamente lúcida y original en la que tiene lugar una epidemia de pérdida de vista que desata el caos en medio de una sociedad segura de su modernidad.
El autor del artículo advierte que el elemento central del argumento de la novela "es el de la indiferencia y el egoísmo que, con la propagación de la pandemia, se hacen cada vez más evidentes, y que el autor denuncia con vehemencia".
Valorando positivamente la descripción de Saramago de unas estructuras de poder "profundamente miopes", L'Osservatore reivindica la compasión que se desprende de Ensayo sobre la ceguera. Invitando "al lector a la conciencia y la responsabilidad de ver" y de trabajar en auxilio de los otros, para que la ciudad no se vuelva "un mundo de bárbaros".