Hacer la voluntad de Dios, la llave para salvarnos





754
Esta es la llave para abrir la puerta y entrar en el Reino de los Cielos: "qui facit voluntatem Patris mei qui in coelis est, ipse intrabit in regnum caelorum" —el que hace la voluntad de mi Padre..., ¡ése entrará!


755
De que tú y yo nos portemos como Dios quiere —no lo olvides— dependen muchas cosas grandes.


756
Nosotros somos piedras, sillares, que se mueven, que sienten, que tienen una libérrima voluntad.

     Dios mismo es el cantero que nos quita las esquinas, arreglándonos, modificándonos, según El desea, a golpe de martillo y de cincel.

     No queramos apartarnos, no queramos esquivar su Voluntad, porque, de cualquier modo, no podremos evitar los golpes. —Sufriremos más e inútilmente, y, en lugar de la piedra pulida y dispuesta para edificar, seremos un montón informe de grava que pisarán las gentes con desprecio.


757
¿Resignación?... ¿Conformidad?... ¡Querer la Voluntad de Dios!


758
La aceptación rendida de la Voluntad de Dios trae necesariamente el gozo y la paz: la felicidad en la Cruz. —Entonces se ve que el yugo de Cristo es suave y que su carga no es pesada.


759
¡Paz, paz!, me dices. —La paz es... para los hombres de "buena" voluntad.


760
Un razonamiento que lleva a la paz y que el Espíritu Santo da hecho a los que quieren la Voluntad de Dios: "Dominus regit me, et nihil mihi deerit" —el Señor me gobierna, nada me faltará.

     ¿Qué puede inquietar a un alma que repita de verdad esas palabras?


761
Hombre libre, sujétate a voluntaria servidumbre para que Jesús no tenga que decir por ti aquello que cuentan que dijo por otros a la Madre Teresa: "Teresa, yo quise... Pero los hombres no han querido".


762
Acto de identificación con la Voluntad de Dios:

     ¿Lo quieres, Señor?... ¡Yo también lo quiero!


763
No dudes: deja que salga del corazón a los labios un "Fiat" —¡hágase!... —que sea la coronación del sacrificio.


764
Cuanto más cerca está de Dios el apóstol, se siente más universal: se agranda el corazón para que quepan todos y todo en los deseos de poner el universo a los pies de Jesús.


765
Más quiero tu Voluntad, Dios mío, que no cumpliéndola —si pudiera ser tal disparate—, la misma gloria.


766
El abandono en la Voluntad de Dios es el secreto para ser feliz en la tierra. —Di, pues: "meus cibus est, ut faciam voluntatem ejus" —mi alimento es hacer su Voluntad.


767
Ese abandono es precisamente la condición que te hace falta para no perder en lo sucesivo tu paz.


768
El "gaudium cum pace" —la alegría y la paz— es fruto seguro y sabroso del abandono.


769
La indiferencia no es tener el corazón seco... como Jesús no lo tuvo.


770
No eres menos feliz porque te falta que si te sobrara.


771
Dios exalta a quienes cumplen su Voluntad en lo mismo en que los humilló.


772
Pregúntate muchas veces al día: ¿hago en este momento lo que debo hacer?


773
Jesús, lo que tú "quieras"... yo lo amo.


774
Escalones: Resignarse con la Voluntad de Dios: Conformarse con la Voluntad de Dios: Querer la Voluntad de Dios: Amar la Voluntad de Dios.


775
Señor, si es tu Voluntad, haz de mi pobre carne un Crucifijo.


776
No caigas en un círculo vicioso: tú piensas: cuando se arregle esto así o del otro modo seré muy generoso con mi Dios.

     ¿Acaso Jesús no estará esperando que seas generoso sin reservas para arreglar El las cosas mejor de lo que imaginas?

     Propósito firme, lógica consecuencia: en cada instante de cada día trataré de cumplir con generosidad la Voluntad de Dios.


777
Tu propia voluntad, tu propio juicio: eso es lo que te inquieta.


778
Es cuestión de segundos... Piensa antes de comenzar cualquier negocio: ¿Qué quiere Dios de mí en este asunto?

     Y, con la gracia divina, ¡hazlo!