El Departamento de Justicia pidió el miércoles a la Corte Suprema que restablezca la prohibición de dar una píldora abortiva a las madres que no visiten un centro.
La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) hace 20 años impuso restricciones a la píldora abortiva Mifeprex y a su versión genérica aprobada. Las restricciones hacen que sea ilegal vender el fármaco en farmacias minoristas y por Internet. De acuerdo con la FDA, Mifeprex debe "ser dispensado en determinados centros de atención médica, específicamente en clínicas, consultorios médicos y hospitales, por o bajo la supervisión de un prescriptor certificado".
Buscando el aborto a demanda sin restricciones, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos y otras organizaciones pro-aborto utilizaron el virus Wuhan -que limitó el acceso a algunos procedimientos médicos legítimos- como pretexto para demandar a la FDA y al Departamento de Salud y Servicios Humanos en mayo.
El 13 de julio, el juez del tribunal federal de distrito Theodore Chuang falló a su favor.
"Al hacer que ciertas pacientes decidan entre renunciar o retrasar sustancialmente la atención del aborto, o arriesgarse a exponerse al COVID-19 para ellas mismas, sus hijos y miembros de la familia, los requisitos [de acceso al fármaco abortivo] representan una seria carga para muchas pacientes de aborto", dijo Chuang en el fallo.
Pero la Administración Trump está presionando en contra, argumentando en su petición a la Corte Suprema:
Las circunstancias aquí - en las que un solo tribunal de distrito, presentado con una demanda por un solo médico y un puñado de organizaciones, desplazó el juicio científico de la FDA con respecto a todos los proveedores de medicamentos del país - ilustran los problemas de permitir que los tribunales de distrito otorguen un resarcimiento sin ataduras a las lesiones establecidas de los demandantes específicos que se encuentran ante ellos.
Mientras el caso sigue adelante, la administración pidió que la prohibición se mantuviera.
Los grupos pro-vida se posicionan
"El único propósito de la píldora abortiva es acabar con la vida de los seres humanos en gestación", dijo Jim Sedlak, director ejecutivo de la Liga Americana de la Vida, a Church Militant.
"En cualquier sociedad sana, estaría prohibida", continuó. "Hasta que eso suceda, los esfuerzos de la Administración Trump para restaurar los controles sobre su distribución, quitados por un juez activista, al menos frustrarán los esfuerzos racistas de Planned Parenthood para convertir cada hogar americano en una instalación para matar bebés".
"Sin embargo, el objetivo a largo plazo de la Administración Trump debe ser la erradicación de esta píldora mortal", concluyó Sedlak.
Kristan Hawkins de Estudiantes por la Vida dijo, "No deberíamos tener que ir a la corte para defender las normas de salud y seguridad avaladas por la FDA para que las mujeres no mueran o sean dañadas por las píldoras de aborto químico, pero aquí estamos de nuevo en la corte, gracias en parte a la ACLU".
"La petición proactiva de la Administración Trump representa justo lo que los americanos pro-vida esperan de su gobierno - un compromiso con las madres y sus hijos, nacidos y pre-natos", añadió.
La Presidenta de "Susan B. Anthony List", Marjorie Dannenfelser expresó su gratitud a la administración de Trump.
"El aborto químico plantea graves complicaciones para las mujeres que pueden incluir sangrado intenso, dolor intenso y prolongado, infección e incluso la muerte".
Viendo la pandemia de manera diferente a la del Juez Chuang, Dannenfelser dijo, "Durante este tiempo de crisis para nuestra nación, las mujeres embarazadas merecen protección de estas peligrosas drogas". Estamos con el Presidente Trump y pedimos que el Tribunal Supremo tome esta petición en serio y actúe con prudencia. Las vidas de innumerables mujeres y niños están en riesgo".
https://www.churchmilitant.com/news/author/william-mahoney-ph.d