Los medios de comunicación anticatólicos han propalado machaconamente desde hace décadas, los abusos sexuales de los sacerdotes católicos, mientras callaban los mismos abusos entre los rabinos judíos, imanes musulmanes, líderes budistas o entre pastores protestantes, por no tocar otras profesiones que se relacionan con niños y jóvenes y donde ocurren los mismos delitos. Es verdad que algunos acosos por parte del clero católico fueron ciertos, otros inventados para cobrar una compensación o si seguimos el rastro de las directrices masónicas, se usaron para desprestigiar a la Iglesia y el sacerdocio, como se vio en el card Pell.
Es ya conocido que jóvenes homosexuales/comunistas entraron en los seminarios para dañar la reputación del catolicismo, cuyas fechorías han quedado impunes muchas veces pues los obispos participaron en su encubrimiento o ellos mismos eran depredadores sexuales.
Pero claro, los curas que llevan un distintivo sacerdotal como el cleryman y que son los más fieles a la Iglesia y por tanto no abusan de la infancia, son los únicos reconocibles y contra ellos se dispara el odio, cada día más desatado como se ha visto en las numerosas profanaciones y quemas de iglesias en todo el mundo.
Este es el caso del padre Javier Contreras, de 73 años, de la parroquia de San Josemaría Escrivá de Balaguer en Alcorcón, Madrid, resultó herido en un atentado cuando se bajó de su coche para abrir la iglesia para celebrar la primera misa del día.
Por milagro, no peligra su vida. Recibió heridas de arma blanca en su omóplato, bíceps y manos.
El sacerdote pertenece al Opus Dei y ha estado sirviendo en la parroquia durante dos años. Su atacante fue arrestado.
Contreras dijo a AlfaYOmega.org que se defendió como un "Bruce Lee del clero" sosteniendo una lucha de cinco minutos con el joven criminal.
Durante el ataque el delincuente estaba balbuceando que "los sacerdotes matan a los niños".
en.news/María Ferraz