Los médicos no quieren vacunarse









(…)Aún no hay pruebas de que la vacuna haya evitado hospitalizaciones o muertes. En el anuncio de Moderna se afirmaba que once casos del grupo de control causaron enfermedades "graves", pero no se definía el término "grave". Si hubo hospitalizaciones o muertes en cualquiera de los dos grupos, no se ha informado al público. 

(…)Una medida de eficacia (de la vacuna) significativa sería el número de vacunas que se deben aplicar para evitar una hospitalización o una muerte. Esas cifras no están disponibles. Una estimación del ensayo Moderna para prevenir un solo "caso" sería de quince mil vacunaciones para prevenir noventa "casos" o 167 vacunaciones por "caso" prevenido, lo que no suena como un 94,5 por ciento de eficacia. Los publicistas que trabajan para las compañías farmacéuticas son personas muy inteligentes. Si hubiera una reducción de la mortalidad por estas vacunas, esa información estaría en el primer párrafo del anuncio.


No hay información sobre cuánto tiempo persistiría cualquier beneficio protector de la vacuna. La respuesta de los anticuerpos después del covid-19 parece ser de corta duración. Basándonos en lo que sabemos, la vacuna covid puede requerir dos inyecciones cada tres a seis meses para ser protectora. Cuantas más inyecciones se necesiten, mayor será el riesgo de efectos secundarios por la sensibilización a la vacuna.


No hay información sobre la seguridad. Ninguna. Las agencias gubernamentales como los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) parecen tener dos estándares completamente diferentes para atribuir las muertes a la covid-19 y para atribuir los efectos secundarios a las vacunas covid. Si estas vacunas son aprobadas, como es probable que lo sean, el primer grupo en ser vacunado será el de los beta testers. Soy empleado de un centro médico universitario que es un centro de referencia para la región oeste de Texas. Mis colegas incluyen a médicos residentes y médicos de la facultad que trabajan con pacientes con covid a diario. He preguntado a varios de mis colegas si serán los primeros en la fila para la nueva vacuna. Aún no he escuchado a ninguno de mis colegas responder afirmativamente. Las razones de la duda son que las incertidumbres sobre la seguridad exceden lo que ellos perciben como un pequeño beneficio. En otras palabras, muchos de mis colegas quieren ver los datos de seguridad después de un año de uso antes de vacunarse; estos colegas están preocupados por los posibles efectos secundarios autoinmunes que podrían no aparecer hasta meses después de la vacunación.

(…) Sin embargo, deben prestar más atención a la (información) que se deja fuera de un anuncio que a lo que se declara. Las compañías farmacéuticas están más que felices de que los pacientes malinterpreten lo que se entiende por eficacia. Caveat emptor (comprador cuidado)!