Los planes de Bill Gates, Rockefeller... pueden ser detenidos



Hoy como ayer, los peores enemigos de la humanidad los encontramos entre los intelectuales y los magnates, que crecieron mamando de la misma cantera ideológica. Su dinero financió las ideologías del siglo pasado. Desde la posguerra, se han aliado constituyendo grupos think tank y encuentros como el Foro Económico Mundial de Davos. Organización fundada en 1970 por el economista alemán Klaus Schwab, este año ha actualizado “la guía para las empresas en la era de la Cuarta Revolución Industrial”. Es decir, el Gran Reseteo, si lo prefieres, la Reimpostación económica y social. En la página werb Sole 24Ore del 20 de enero de 2020 la periodista Angela Manganaro escribe ciertamente. 


“Todos los años, a mediados de enero, una pequeña aldea de los Alpes suizos hospeda durante cinco días a presidentes y primeros ministros, presidentes de bancos centrales y jefes de grandes empresas, industriales, multimillonarios, académicos influyentes, deportistas, actores, estrellas de rock, innovadores, jóvenes y no jóvenes”. Un poco más adelante, da un pequeño empujón a los llamados conspiracionistas: “De Davos se puede todo , albergar los grandes nombres implica y por lo tanto asegura la máxima visibilidad (banalmente, muchos encuentros pueden ser seguidos en línea en el sitio web)”.  No sé si la joven autora del artículo es ingenua o procede de mala fe, pero quien va a una gran reunión, festival, promoción, etc., sabe que el verdadero negocio se hace en las habitaciones de hotel y no detrás de los micrófonos.


En Davos, Bill Gates predijo en el 2004 que el mundo se vería abrumado por una epidemia en 2006. Los verdaderos conspiracionista lo acusan de ser el responsable de la propagación del Coronavirus, pero objetivamente, las historias sobre los virus pandémicos hablan de ello en novelas y películas durante décadas. No es algo inesperado. Dicho esto, es difícil negar que gracias al Covid-19 los habituales magnates conocidos se aprovecharon de ello para realizar lo que llaman la Cuarta Revolución Industrial.


Ahora, hay que entender lo que significa la cuarta revolución que, más que industrial, debería llamarse robótica y electrónica, en consecuencia, menos brazos de trabajo y más robots. Los siguientes pasos son el biochip subcutáneo y, en consecuencia, el control total de cada individuo. Es decir, una dictadura que hará de la sociedad una comunidad de gusanos listos para ser eliminados en cuanto no produzcan. Escribí esto en 2010, así que no estoy atrapado por la ola emocional de estos meses. No soy un profeta, sino que bastaba con informarse para considerar más que previsible el Gran Reseteo.


No tenemos ninguna motivación racional para los confinamientos, porque nadie en su sano juicio lo impondría ad libitum, estrangulando la economía y obligando a millones de pequeños y grandes empresarios y multinacionales a desesperarse. Nuestros antepasados convivieron con los virus, miles o millones de personas murieron, pero siguieron trabajando y empezaron de nuevo. Entre las diversas teorías sobre el Coronavirus hay tesis riesgosas y otras que se pueden compartir. Pero lo que seguramente no podemos menospreciar es el terrorismo mediático impuesto por las noticias y los diarios, tanto de izquierda como de derecha. Es absolutamente deplorable, si no ofensivo, que las cadenas de televisión nacionales hablen obsesivamente sobre el Coronavirus, los enfermos y los muertos durante todas los noticieros, desde la mañana a la noche. En poco menos de media hora de las noticias viente minutos de ellas están dedicadas a la supuesta pandemia. No es difícil pensar que están diseñadas para crear pánico y depresión entre las personas más débiles y sensibles.


En 1969, por ejemplo, hubo millones de personas enfermas en cama por la gripe influenza, y no faltaron los muertes, pero las noticias lo informaron como un hecho natural. Efectivamente, para no crear alarmismo, en clave irónica https://www.youtube.com/watch?v=2HTV7sLjPgo. No se trata de negar la peligrosidad del Coronavirus sino, como también podemos ver en el video, para evitar las enfermedades los médicos siempre han aconsejado la prevención. Prevención, prevención, ¿cuántas veces lo hemos escuchado decir? ¿Por qué hablan poco o nada de ella en los últimos meses? Evidentemente están esperando las vacunas. Lo que significa prepararse para una serie de confinamientos por más meses. ¿Quién, después de tantos sacrificios, negará la vacuna? Las ganancias de Gates & C. serán lo descaradamente colosales como para controlar económicamente el planeta. En lugar de vacunas poco probables que pueden hacer mal, se deberían promover las defensas inmunológicas que producen los suplementos bio-naturales. 


Para fortalecer nuestro sistema inmunológico también contamos con zinc, magnesio, lactoferrina, suplementos vitamínicos C, D, A y -en el caso de los virus- heparina, medicamentos antiinflamatorios como la hidroxicloroquina y antivirales como el Remdesivir. Si se toman a tiempo, pueden resultar invaluables contra el virus. Por el contrario, desde el pasado mes de marzo la palabra prevención está semi-oscurecida, mientras aumentan las muertes, sobre todo en los no afectadas por el Coronavirus… En las cadenas de televisión, a pesar de que ahora hay miles de virólogos e infectólogos que refutan los confinamienots y las mascarillas, rara vez se les invita a explicar con pruebas científicas los absurdos que están imponiendo los gobiernos esclavizados.


¿Por qué no dicen la verdad? ¿Por qué tienen miedo de presentar en la televisión a profesionales de clara fama? ¿Cuáles son las verdaderas razones que no se pueden decir? Algunos observadores señalan con el dedo la insostenible deuda mundial para los grandes bancos. No soy economista, pero eso no me convence. Pienso que quieren poner en marcha la economía y la política social de China llevando a la desesperación a cientos de millones de trabajadores occidentales con salarios insostenibles. Los trabajadores chinos, que sobreviven con un salario muy inferior al de los occidentales, representan el ejemplo a seguir. Además, a los pueblos no cristianos no les importa el concepto de libertad, les basta con comer y divertirse. Por lo tanto, abatir al cristianismo -que ennoblece la libertad- es parte del Gran Reseteo. La elección de Bergoglio tiene precisamente ese propósito.


De aquí nace la certeza de que nos están gastando una mala broma. Parece justamente que los “señores” de Davos quieren que terminemos como la rana hervida. Entre un confinamiento aquí, uno allá y los otros por venir, están destruyendo la economía occidental, mientras que la economía china navega tranquilamente. Así que a menos que los “señores” de Davos no tengan conocimiento del mercado -cosa que hay que excluir- es evidente que seremos hervidos como la famosa rana. Y esto es posible gracias a la complicidad de quienes deberían defendernos: gobiernos, magistrados, medios de comunicación y fuerzas del orden.


Otro hecho que confirmaría lo que estamos escribiendo es de Bielorrusia. Como sabemos, en julio pasado el presidente Alexander Lukashenko rechazó 940 millones de dólares ofrecidos por el FMI. A cambio le querían imponer el confinamiento como en Italia, a pesar de que no parece haber una pandemia en Bielorrusia. A1uí está el video: Bielarrusia rechaza 940 millones: “¿Confinamiento como en Italia? ¡Qué absurdo!”.  Después del rechazo, los magnates pagaron a los imbéciles habituales, presentes en todos los rincones de la Tierra, que muchas veces se manifestaron contra Lukashenko. Los medios de comunicación, mano larga de los personajes de Davos, los han inmortalizado difundiendo las manifestaciones en todas las cadenas de televisión y diarios, acusando al presidente bielorruso de todas las maldades habidas y por haber.


Todo sugiere que los magnates, definidos como Estado Profundo o Establishment, a través de los confinamientos y el terrorismo mediático están poniendo a prueba la reacción popular. Si no se reacciona pasarán a una opresión psicológica y legal más coercitiva. Si, por el contrrio, la gente reacciona, el Moloch se detendrá, pero habrá que vigilarlo bien. La Bestia no renunicará jamás a su programa antihumano. 


¿Qué se puede hacer antes de que los ciudadanos sean reducios como la rana en la olla a fuego lento?


En primer lugar, debemos pedir al gobierno claridad sobre el virus y sobre su propagación, no es posible que, partiendo de China, salte a pie juntillas a toda Asia salte para llegar a la provincia de Bérgamo; claridad sobre la importancia efectiva de las mascarillas (que son realmente dañinas); cancelar los confinamientos y el terrorismo mediático. Permitir a las voces fuera del coro, profesionales preparados y de clara autoridad, que participen en los programas de entrevistas y en los telenoticieros mucho más a menudo. Actualmente, las respuestas de los infectólogos autorizados y fiables se encuentran principalmente en las redes sociales.


Si en el gobierno se hacen los sordos, el pueblo tiene derecho a organizar manifestaciones que inunden las calles italianas. En cuanto a las fuerzas del orden, deben ser conscientes de que también ellas están en la olla de la rana. Las órdenes sólo se cumplen cuando forman parte de la justicia democrática. Si la mayoría de los ciudadanos es injustamente humillada en su dignidad, dejados sin trabajo, aterrorizados por la muerte y aislados también de sus afectos más cercanos, las fuerzas del orden no están obligadas a obedecer. Si un gobierno ordena disparar a ciudadanos indefensos y las fuerzas del orden cumplen esas órdenes, son culpables de un crimen. Hoy en día se mata sin armas, se quita el trabajo, aislando afectiva y socialmente a la persona. La depresión grave es peor que la muerte.


Después de la decisión que impone nuevos confinamientos, un tipo duro me dijo que lo más probable es que las manifestaciones en las calles no funcionen, añadiendo: “Miles de manifestantes deben rodear el Palacio Chigi, posiblemente con los gobernantes dentro. Se debe rodear la RAI y las oficinas de los diarios”. Mirándome directamente a los ojos, enfatizó: “También en el Vaticano deben temer la ira de la multitud. Es cuestión de vivir humanamente o de morir lentamente. No nos dejan otra opción”.


Agrego: si se completa el Reseteo, nos encontraremos bajo la dictadura más inhumana de la historia. Con los controles electrónicos invasivos como el biochip -aunque son suficientes los smartphones- no habrá vuelta atrás.


La ideología de Gates, Rockefeller, Soros & C. puede ser detenida solamente si el pueblo se rebela lo más rápidamente posible. Ya comenzó el fracaso económico. Nunca la sincronización ha sido tan vital para nuestras familias y para la sociedad.


Agostino Nobile


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