¿Se está preparado Trump para la ejecución de los traidores?


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El Departamento de Justicia de EE.UU. modifica las normas federales de ejecución para permitir la muerte por horca, silla eléctrica, cámara de gas y pelotón de fusilamiento.

El Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha ampliado las normas que rigen las ejecuciones para permitir un mayor número de métodos, incluidos los pelotones de fusilamiento y la electrocución, ya que cinco reclusos federales se enfrentarán a la pena de muerte antes del día de la inauguración.

La regla enmendada se introdujo en el Registro Federal el viernes, permitiendo al gobierno "una mayor flexibilidad" para llevar a cabo la pena capital utilizando cualquier método "prescrito por la ley del estado en el que se impuso [una] sentencia". Mientras que la inyección letal sigue siendo el medio más común de ejecución - y anteriormente el único permitido bajo las regulaciones federales - la nueva regla acomodará a los estados que permiten métodos alternativos, incluyendo la muerte por electrocución, gas nitrógeno, ahorcamiento o pelotón de fusilamiento.


El cambio propuesto de la regla fue inicialmente puesto en circulación en agosto - con el DOJ aceptando comentarios del público por sólo 30 días, la mitad del período típicamente asignado - y pasó una revisión de la Casa Blanca a principios de este mes, según ProPublica, que fue la primera en informar sobre la regulación enmendada.


Antes de que Trump tomara el poder, la última ejecución federal se llevó a cabo en 2003 - Louis Jones, fue condenado por asesinato y secuestro - pero la actual administración ha revivido la costumbre. El gobierno ha autorizado la pena capital para 13 reclusos en lo que va de 2020, incluyendo los cinco que aún están bajo custodia, todos ellos aprobados en los últimos seis meses. Aunque los gobiernos estatales condenan a los presos a muerte cada año, las ejecuciones han sido mucho más raras a nivel federal, con un total de sólo 45 desde 1927, según la Oficina de Prisiones.


Joe Biden ha prometido poner fin a la pena capital para los delitos federales, diciendo que su administración no aprobará ninguna ejecución. Esa postura refleja los crecientes llamados de sus colegas demócratas para abolir la pena de muerte, argumentando que la práctica es cruel y arcaica. (NT: La pena capital también ha sido criticada vehementemente por Bergoglio, apoyando así todas las directrices de la élite)


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