Hace tan solo unos meses se demonizaron y se quisieron eliminar para siempre las pajitas de plástico, para evitar la contaminación de los acuíferos. Incluso el mismísimo "vicario" de Cristo cooperó a la idea utilizando la cátedra de san Pedro para asuntos peregrinos de los que deberían ocuparse los gobiernos.
Pero nadie levanta la voz con respecto a las mascarillas.
Es que van todos a una.