Cuanto más Me ames, más santa te haré (Jesús)



PENSAMIENTOS
(De las enseñanzas de Jesús a Sor Consolata)

Consolata, fíjate sobre un “Jesús, María, os amo, salvad almas” continuo. Mira: es el único propósito que te da la fuerza de responder “sí” a todas mis peticiones de sacrificio.

¿Por qué no te permito tantas oraciones vocales? Porque el acto de amor es más fecundo. Un “Jesús, María, os amo, salvad almas” repara por mil blasfemias.

Dime, ¿qué oración más bella quieres hacerme? “Jesús, María, os amo, salvad almas”: amor y almas; ¿qué cosa más bella quieres?

Consolata, te haré subir a todas las cumbres de amor y de dolor, te lo prometo; y tú: “Jesús, María, os amo, salvad almas”, nada más.

Recuerda que un acto tuyo de amor decide la salvación eterna de un alma; por tanto ten remordimiento de perder un solo “Jesús, María, os amo, salvad almas”.

“Jesús, María, os amo, salvad almas” comprende todo: las almas del Purgatorio, como las de la Iglesia militante; el alma inocente y las culpables; los moribundos, los ateos, etc., todas las almas.

EL acto incesante de amor encierra todos tus propósitos; observando éste, observas todos los otros.

Vive anonadada y encerrada en un solo y continuo “Jesús, María, os amo, salvad almas”, nada más. Que no exista nada ni nadie para ti, sólo el acto de amor.

Sígueme con el acto incesante de amor día tras días, hora tras hora, minuto tras minuto; en todo lo demás pensaré Yo, proveeré Yo.

¿Sabes cuál es tu cruz? No perder un acto de amor... Te amo y esta cruz que pongo sobre tus hombros anonada todo en ti, mientras te lleva a la observancia escrupulosa de cada punto de la Regla, Constituciones, Directorio.

A fin de que tú estés Mí con el continuo acto de amor, tú vivirás una vida maravillosa, divina.

Si una criatura de buena voluntad me quiere amar y hacer de su vida un sólo acto de amor (con el corazón se entiende), desde cuando se levanta hasta cuando se acuesta, Yo haré por esta alma locuras. Escríbelo.


Consolata, di al mundo lo bueno y maternal que Yo Soy y como de mis criaturas en cambio Yo no pido más que amor. Hoy como ayer, como mañana, a las pobres criaturas Yo pediré sólo y siempre amor. ¡Oh, pudiera descender a todos los corazones y derramar a torrentes la ternura de mi amor!

Yo deseo ser servido por mis criaturas por amor. Evitar el pecado por temor de mis castigos no es lo que Yo deseo. Yo quiero ser amado. Yo quiero el amor de mis criaturas; cuando me amen, no me ofenderán más.

Ámame, Consolata, sólo ámame; en el amor está todo. Cuando tú me amas, das a Jesús todo lo que Él desea de sus criaturas: ¡el amor!

¡Sólo el amor divino puede hacer de apóstatas, apóstoles; de lirios manchados, lirios inmaculados; de viciosos pecadores rechazados, trofeos de misericordia!

Pon tu atención en el oficio actual para realizarlo con todo el amor posible. Tanto más valor tienen tus acciones cuanto más aumentes en amor.

Transforma todas las cosas que producen disgustos en el camino, en rositas; recoge con amor y ofrécelas con amor. Las ofrendas Yo las acepto así: Hechas con todo el amor posible: entonces aún vuestras pocas cosas me llegan a ser preciosas.

Consolata, di a las almas que prefiero un acto de amor y una Comunión de amor a cualquier otro don que puedan ofrecerme. Sí, un acto de amor a una disciplina, porque tengo sed de amor.

Consolata, escribe –porque te lo mando por obediencia-, que por un acto tuyo de amor Yo crearía el Paraíso.

Ámame, Consolata; el amor hará desaparecer tus deficiencias.

El amor es santidad; cuanto más me ames más santa te haré. Recuerda que el amor y sólo el amor te llevará a la cumbre.

Ámame y serás feliz, si más me amares más feliz serás. ¡Oh, si me amasen, cuánta felicidad reinaría en el mundo tan infeliz!