El médico que cobraba con oraciones




El beato László Batthyány-Strattmann fue un médico generoso que nunca rechazaba a un paciente, aceptando oraciones como "pago".

Para muchas personas, las facturas médicas a menudo son excesivas, y una simple visita al médico representa un verdadero descalabro económico. Esto puede disuadir a muchas personas de ir alguna vez al médico, sabiendo que no pueden pagar los numerosos gastos.

Sin embargo, el beato László Batthyány-Strattmann tenía como prioridad servir a los pobres en su consulta médica, y nunca rechazaba a un paciente si no podía pagar.

Se encontraba en una situación única, ya que heredó el castillo de Körmend, en Hungría, tras la muerte de su tío. Esto le dio el título de "Príncipe" y el nombre de "Strattmann". Fue generoso con su riqueza real, convirtiendo un ala del castillo en un hospital.

La biografía vaticana de Batthyány detalla cómo se hizo conocido por su experiencia médica y su generosidad con los pobres

Ladislao se convirtió en un reconocido especialista en este campo, tanto en Hungría como en el extranjero. También se le conocía como "médico de los pobres", y los pobres acudían a él en busca de ayuda y consejo. Los trataba gratuitamente; como "pago" por el tratamiento médico y la estancia en el hospital, les pedía que rezaran un "Padre Nuestro" por él. Las recetas de medicamentos también eran gratuitas y, además de proporcionarles tratamiento médico, a menudo les daba ayuda económica.

Esta generosidad procedía de una fe profunda y permanente en Dios. Rezaba a Dios antes de cada intervención quirúrgica, considerándolo el Médico Divino.

Antes de operar, pedía a Dios que bendijera la operación. Estaba convencido de que, aunque la cirugía médica era de su competencia, él seguía siendo un instrumento en manos de Dios, y que la propia curación era un don de Dios. Antes de que sus pacientes recibieran el alta hospitalaria, les entregaba una imagen de Nuestro Señor y un libro espiritual titulado: "Abre los ojos y mira". Era una forma de orientarles en su vida espiritual. Era considerado un "santo" por sus pacientes e incluso por su propia familia.

Su singular práctica médica fue una inspiración para muchos, y lo ha seguido siendo incluso después de su muerte, el 22 de enero de 1931.

San Juan Pablo II beatificó a László Batthyány el 23 de marzo de 2003. Es un poderoso intercesor para todos los que se dedican a la medicina.



P Kosloski