Por culpa de vosotros, traidores, muere la Iglesia terrenal



CARBONIA, 27 de enero de 2021

¡Fátima está en su plenitud! ¡El templo ha sido profanado!

Amados hijos, Yo soy Jesús, Yo soy vuestro Salvador, Yo soy el que ahora os acogerá en sí mismo para daros la belleza que le pertenece.

Todas las campanas suenan al son de la trompeta. He aquí que el Ángel del Señor está llamando la atención a un pueblo distraído, atrapado en las cosas del mundo, ya no absorbido por Dios, sino alejado de Él a causa del gran pecado al que se ha convertido.

Debo intervenir ahora, hijos míos, este es el momento predestinado para el cambio. Esta Humanidad debe arrepentirse, debe hacer su propia elección, la de volver a Mí, su Dios Creador, o volver con Satanás.

Volved la mirada hacia arriba, hombres, no os dejéis llevar por la Muerte, el Cielo os sigue llamando con tanto amor a la verdadera conversión.

La Iglesia terrenal ha caído en manos del enemigo, mis sacerdotes se han vendido por una mísera pieza de plata: el ansia de dinero los ha cegado, la silla del poder los ha atrapado para Satanás.

Desde mi montaña sagrada bajaré, ... Tomaré a mis ovejas en Mí y las pondré en mi santo redil donde encontrarán consuelo y alegría.

Mis consagrados han perdido la perla de la pureza, ¡la lujuria se ha apoderado de ellos! Mis hijos acampan y se deleitan en el mal, sus corazones se han vuelto negros como la brea.

Oh, hijos míos, ¡cuánto dolor hay en mí, vuestro Dios! ... 

Mi santo altar habéis ensuciado, por vuestra arrogancia habéis caído en el engaño, habéis perdido la cordura, habéis bebido la copa de la Muerte, ... seréis condenados para siempre. ¡Traidores! Como Judas, también vosotros me habéis dado la espalda, me habéis vendido por unas monedas, las que os han puesto la marca de Satanás, vuestra casa será el infierno.

Escribe, hija mía, escribe de mi Sagrado Corazón, escribe a mi Iglesia:

Oh vosotros, cardenales, obispos, sacerdotes, escuchad estas palabras mías: ¡Fátima está en su plenitud!

¡El templo está profanado!

Por culpa de los traidores muere la Iglesia terrenal. ¡Las Sagradas Escrituras son dejadas de lado! Quisisteis ocupar el lugar de Dios pero habéis perdido, ya no hay nada para vosotros, vuestro corazón goteará sangre por vuestra insensatez.

Procederé a mi batalla y saborearé mi victoria con todos mis hijos, los que han renunciado a los encantos del Diablo y han tomado la mejor parte: ... ¡Dios, por la Eternidad!


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