Los castigos inflexibles del Vaticano recaen o sobre los auténticos católicos (si ocupan un puesto prominente se les despide o persigue, si son laicos sufren la burla de los sacerdotes bergoglianos a cargo de la parroquia y hasta se les niegan los sacramentos, por ej, la comunión en la boca) o sobre los supuestos abusadores sexuales clericales. En Alemania han abultado artificialmente las cifras del clero abusador para llevar a cabo el Camino Sinodal herético que condona, entre otras cosas, los pecados sexuales. No se sabe cómo esto produciría menos abusos sino más bien todo lo contrario
Mientras, a los prelados que dirigen diócesis en las que abundan las herejías, los sacrilegios, el homosexualismo y la mala gestión financiera, no sólo se les permite seguir con sus fechorías, el escándalo y la pérdida de fieles, sino que son promovidos y reconocidos públicamente.
La Nunciatura en Varsovia anunció el 29 de marzo que el Vaticano sancionó a dos obispos polacos jubilados por una supuesta negligencia en su gestión de los abusos homosexuales a menores.
Las sanciones se refieren al arzobispo retirado de Gdánsk Sławoj Głódź, de 75 años, y al obispo retirado de Kalisz Edward Janiak, de 68 años.
Sus presuntos delitos se mantienen en secreto, mientras que el castigo se hace público.
Ambos deben vivir fuera de sus antiguas diócesis, ya no pueden aparecer en público y tienen que pagar una "suma apropiada" a la Fundación San José, creada por los obispos polacos en octubre de 2019 para apoyar a las presuntas víctimas de abusos.
Głódź se retiró en agosto de 2020. Janiak fue destituido en junio y se retiró en octubre de 2020.
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