Francisco promueve un experimento prohibido en seres humanos




En el tiempo de la Cuaresma, los cristianos contemplan el gran sufrimiento de nuestro Salvador por nuestros pecados. También reflexionan sobre su propia muerte, el juicio de Dios y la eternidad. 

Sin embargo, en estos días el mundo entero está expuesto a una campaña frenética que impone la fatalmente peligrosa vacunación con una vacuna de ARN mensajero relacionada con una pandemia intencionada. La mayor tragedia es que aunque la vacuna no probada es un experimento prohibido en seres humanos y un crimen contra la humanidad, es promovida por muchos obispos, teólogos y médicos católicos, que abusan de la autoridad eclesiástica. Todos se refieren al llamado papa Francisco, quien también obligó a los empleados del Vaticano a vacunarse bajo la amenaza del despido. Al hacerlo, sentó un precedente pernicioso para la Iglesia y el mundo.

Utiliza el eslogan «vacuna para todos» y afirma hipócritamente que quienes no se vacunen pecan contra los demás porque representan una amenaza para ellos. Los expertos no solo lo niegan, sino que también han publicado los resultados de un estudio según el cual quienes reciben la vacuna de ARN mensajero se vuelven peligrosos para los demás y deben ser aislados. La Biblia advierte que el castigo por dejarse implantar un chip es el lago de fuego. 

La serie planificada de las vacunas es parte de un proceso para implantar chips en los humanos. (…)