Liberan miles de mosquitos modificados genéticamente contra el dengue y el zika



Florida inicia esta semana un controvertido proyecto para liberar miles de mosquitos modificados genéticamente para combatir una especie de insecto que propaga enfermedades.

La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) aprobó el proyecto para su “uso experimental” en mayo de 2020, con el fin de determinar si los mosquitos modificados genéticamente son una alternativa viable de control de plagas a la fumigación con insecticidas


Se cree que las hembras del mosquito Aedes aegypti son las principales portadoras de varias enfermedades infecciosas, como el dengue y el zika. Los mosquitos machos modificados genéticamente que no pican se aparean con los mosquitos hembra con la esperanza de que su descendencia no sobreviva.

“Las crías hembras de estos encuentros no pueden sobrevivir, y la población de Aedes aegypti queda así controlada”, dijo la empresa británica de biotecnología Oxitec en un comunicado.

Según el New York Post, las plagas modificadas genéticamente se liberarán en seis lugares de los Cayos de Florida durante las próximas 12 semanas, y se espera que 12.000 salgan al aire cada semana.

El proyecto ha estado en proceso durante muchos años. Un referéndum que permitía la liberación de mosquitos fue aprobado por casi el 60% de los votantes de los Cayos en 2016. Sin embargo, hubo oposición.

El año pasado, Oxitec recibió luz verde para proceder con su primera prueba después de meses de pruebas y aprobaciones de la Agencia de Protección Ambiental y el Departamento de Agricultura y Servicios al Consumidor de Florida, según WTSP.

El mosquito Aedes aegypti, según Oxitec, representa sólo el 4% de la población de mosquitos en los Cayos de Florida, pero es responsable de casi todas las enfermedades transmitidas por los mosquitos a los humanos.

Sin embargo, no todo el mundo en los Cayos de Florida está contento con el aumento de la población de mosquitos. Varios residentes y organizaciones de defensa del medio ambiente se han opuesto a la propuesta.


A Mara Daly, una residente de Cayo Largo que lleva años protestando contra el proyecto, le preocupa que éste afecte tanto a las personas como al medio ambiente. “¿Por qué no realizan una simple prueba para satisfacer a los lugareños que se ven obligados a formar parte de este ensayo de proyecto?” cuestionó Daly.

Cuando se aprobó la propuesta por primera vez, Jaydee Hanson, director de políticas del Centro Internacional de Evaluación Tecnológica y del Centro de Seguridad Alimentaria, dijo en un comunicado: “La administración ha utilizado el dinero de los impuestos y los recursos del gobierno para un experimento tipo Parque Jurásico”.

“¿Qué podría salir mal? No lo sabemos, porque la EPA se negó ilegalmente a analizar seriamente los riesgos ambientales, ahora sin más revisión de los riesgos, el experimento puede seguir adelante”, añadió Hanson.